Vida Sana
“Fue tan duro estar con mi esposo al final. Me sentí aliviada cuando por fin falleció”, confiesa la esposa de 80 años, un mes después de que su marido muriera a consecuencia de un cáncer de pulmón que avanzaba lentamente.
Pero entonces añade, acongojada: “Me siento muy mal por sentirme aliviada. Es como si hubiera querido que se muriera. ¡No fue así!”.
Membresía de AARP: $12 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Hace una pausa de nuevo antes de decir, bajito: “En realidad no”.
Sus palabras reflejan la incómoda mezcla de emociones —en su mayoría tristeza, a veces enojo, pero además, un poquito de agradecimiento— contra la cual luchan muchas personas después de que el ser querido a su cargo fallece y sus labores como cuidador terminan de repente.
El alivio es real. Pocos cuidadores echan de menos el estar con los nervios de punta todo el tiempo, esperando el próximo grito por la noche, una caída u otra emergencia médica. Pocos extrañan la angustia de ver a un ser querido sufrir y no poder aliviarlo. Con el fallecimiento de la persona a su cargo viene mayor libertad y tiempo libre para disfrutar de los nietos, de los viejos amigos y de horas enteras absorto en un libro o entretenido tomando café.
Sin embargo, el cuidador promedio tampoco comparte a voces estos sentimientos por miedo a sentirse culpable o a ser malinterpretado. Justo cuando debería estarse felicitando a sí mismo por un trabajo bien realizado, en cambio se flagela por sentirse aliviado. Aún peor, quizás se preocupa porque, deliberada o inconscientemente, deseó que se muriera su familiar enfermo y ese deseo tuvo el poder mágico para, de alguna manera, apresurar su fallecimiento. Estos sentimientos pueden complicar su proceso de duelo y atrasar su adaptación a una vida menos estresante y de mayor sastisfacción luego de haberle cuidado a un ser querido.
Es difícil resolver las emociones contradictorias cuando ya no se tiene que cuidar de alguien. Las siguientes ideas te pueden ayudar a aliviar el sentimiento de culpabilidad que estas emociones causan a menudo:
También te puede interesar
Qué pasa cuando ya no cuidas de un ser querido
5 maneras de encontrar paz y seguir adelante.¿Has pensado en llevar un diario?
Ya sea escrito u oral, te ayuda en muchas áreas del cuidado.
Cómo manejar los síntomas en la etapa final de la vida
Aprende a reconocer cuáles son y cómo buscar ayuda.