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Sorprendentes gastos de bolsillo: los cuidadores familiares gastan miles de dólares al año

El cuidador familiar típico gasta más de $7,400 de sus fondos personales por año para ayudar a un ser querido.

Una mujer comprando vitaminas y otros suplementos.

KENTAROO TRYMAN/GETTY IMAGES

In English | De acuerdo con un estudio de AARP, un cuidador familiar no remunerado puede anticipar gastar casi el 20% de sus ingresos personales en gastos de bolsillo destinados a ayudar a un ser querido.

El gasto es considerablemente más alto si se trata de un cuidado a larga distancia, según el informe El cuidado familiar y los gastos de bolsillo (en inglés)

"La carga puede ser enorme y puede poner en peligro la seguridad financiera y la jubilación [de los cuidadores]", indica Nancy LeaMond, directora de Activismo y Compromiso de AARP.

En julio y agosto del 2016 se realizó una encuesta de casi 2,000 cuidadores familiares de diversas razas y etnias en la que se pidió a los encuestados que llevaran un diario de sus gastos. El estudio determinó que los cuidadores familiares gastaban un promedio de casi $7,000 al año de su propio dinero (más de $7,400 ajustados al 2019). Esta suma ascendió a casi $12,000 ($12,700 ajustado por inflación) en el caso de los cuidadores que vivían a una hora o más de distancia de la persona que cuidaban. En general, los costos fueron ligeramente más altos cuando las personas que recibían la atención tenían 50 años o más.

Más de 3 de cada cuatro cuidadores reportaron los siguientes gastos de bolsillo, en parte o en su totalidad (las cifras se ajustaron por la inflación a valores del 2019; no suman $7,400 debido al redondeo):

  • Gastos de la unidad familiar. Se gastaron más de $3,000 (41%) en conceptos tales como pagos de hipoteca, modificación de la vivienda para responder a la dificultad de movimiento e instalación de dispositivos remotos para monitorear la salud y la seguridad. 

Gastos personales

Lo que los cuidadores dicen haber reducido debido a los costos de brindar atención a un ser querido:

  • Viajes o vacaciones: 45%
  • Comer fuera: 45%
  • Visitas al médico: 19%
  • Comestibles: 18%
  • Artículos para el hogar: 14%
  • Medicina personal: 13%
  • Educación: 5% 

Fuente: Family Caregiving and Out-of-Pocket Costs, AARP

  • Necesidades médicas. Se gastaron más de $1,800 (25%) en copagos de médicos, hospitales y medicamentos recetados; equipos como sillas de ruedas, concentradores de oxígeno o audífonos para facilitar la vida cotidiana; y transporte para llevar a la persona a cargo a un consultorio médico o a una clínica.
  • Gastos de cuidado personal. Se gastaron más de $1,000 (14%) en artículos como ropa, productos para la incontinencia, champú, jabón e incluso productos para mascotas de la persona que recibía los cuidados.
  • Educación, viajes y honorarios legales. Se gastaron casi $900 (12%) en conceptos tales como transporte para brindar atención, adaptación de vehículos para poder transportar sillas de ruedas, consultas con abogados o gastos de educación (por ejemplo, si el cuidador recibió capacitación).
  • Ayuda remunerada. Se gastaron más de $600 (8%) en ayuda y relevo de descanso para el cuidador, incluidos cuidados diurnos para adultos, consejeros, asesores de atención geriátrica y acompañantes contratados.

Según el estudio de AARP, los cuidadores hispanos/latinos con frecuencia tuvieron que gastar miles de dólares más de su propio dinero para realizar las tareas de cuidados que los cuidadores de otras etnias.

Los cuidadores familiares con frecuencia gastan este dinero debido a que es menos costoso que obtener atención médica profesional a domicilio. 

En el 2018, Genworth, que vende seguro de cuidados a largo plazo, calculó el costo mensual promedio (en inglés) de servicios de quehaceres domésticos —tales como limpieza ligera, preparación de comidas y diligencias— en más de $4,000. El costo de un auxiliar de cuidados en el hogar, alguien con capacitación médica que pueda ayudar al paciente a bañarse o con otras necesidades personales, fue de $200 adicionales al mes, lo que asciende a más de $50,000 al año.

Alrededor de uno de cada siete adultos en Estados Unidos (cerca de cuarenta millones de personas) brindan algún tipo de atención no remunerada a otro adulto, según un análisis del Pew Research Center (en inglés) del 2018 de datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. 

Según los investigadores de Pew, los cuidadores adultos destinan un promedio de casi ochenta minutos por día a brindar asistencia no remunerada, que incluye bañar a la persona a quien cuidan, vestirla, alimentarla, brindarle cuidados de salud, llevarla a las citas médicas, pagar facturas y mantener el hogar.

Cerca de uno de cada cinco cuidadores destina menos de veinte minutos por día para brindar los cuidados necesarios. Sin embargo, más de uno de cada diez necesitan tres horas o más al día, el equivalente a un trabajo a tiempo parcial.

Según otro análisis de AARP (en inglés) del 2016, alrededor de tres de cada cinco cuidadores (casi 24 millones de personas) tienen un trabajo remunerado además de sus responsabilidades de cuidador.

De acuerdo con los investigadores de AARP, más de la mitad de los cuidadores familiares tienen que faltar a su trabajo, reducir sus horas laborales o abandonar por completo el trabajo para ocuparse de sus responsabilidades. En consecuencia, pueden tener menos oportunidades de ascensos, menos seguridad laboral, menos beneficios laborales, menos reserva de dinero para su propia jubilación y menores beneficios del Seguro Social cuando llegue el momento de recibirlos.

Más de la tercera parte redujo sus gastos personales para contar con el dinero extra necesario para responder a las necesidades de un ser querido. 

Tres de cada diez cuidadores han utilizado sus ahorros personales, uno de cada seis ha reducido el dinero que reserva para su jubilación, uno de cada siete ha gastado menos en su propia atención médica, más de uno de cada diez ha utilizado sus ahorros de jubilación y otro uno de cada diez ha obtenido un préstamo.

La buena noticia: en los últimos dos años, algunos estados han promulgado más de doscientas leyes que respaldan a los cuidadores familiares y ayudan a brindar flexibilidad en sus trabajos remunerados, por ejemplo, con más opciones de licencias para cuidar de un ser querido enfermo. 

Sancionada en el 2018, la ley RAISE (Reconocer, Ayudar, Incluir, Apoyar e Involucrar a los Cuidadores Familiares, enlace en inglés) dispone que el Gobierno de EE.UU. cree una estrategia para ayudar a los cuidadores familiares. Dicha labor se está llevando a cabo en este momento.