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Las elecciones de mitad de mandato y la discriminación por edad

Un nuevo Congreso podría decidir qué protecciones tendrán los trabajadores mayores al buscar o querer conservar un empleo.

Martillo en un libro con el título de discriminación por edad en inglés.

Designer491/Getty Images

In English | Por más de cinco décadas, la ADEA (Ley de Discriminación por Edad en el Empleo) ha ayudado a los adultos mayores a combatir los prejuicios en el lugar de trabajo. Pero los fallos judiciales de la última década han debilitado algunas de las protecciones de la ADEA, justo cuando la cantidad de trabajadores mayores está alcanzando picos históricos. Los adultos de 55 años o más constituirán el 25% de la fuerza laboral de Estados Unidos dentro de seis años, según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, en comparación con solo el 11.9% de los trabajadores en 1990.


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A pesar de la creciente cantidad, los trabajadores de más edad siguen sufriendo discriminación por edad a un ritmo continuo. Una encuesta reciente de AARP reveló que el 61% de los trabajadores de 45 años o más dijeron haber visto o experimentado discriminación por edad en el lugar de trabajo, casi idéntico al nivel reportado en una encuesta de AARP del 2013. La cantidad de quejas por discriminación por edad presentadas ante la EEOC (Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo) de Estados Unidos también se ha mantenido constante: en el año fiscal 2017 se presentaron 18,376 quejas.

Nuevas reglas, nuevos problemas

En una decisión importante del 2009, la Corte Suprema dictaminó que los trabajadores que presentan quejas por discriminación por edad tienen que probar que la edad fue el factor principal que afectó la decisión del empleador, no solo uno de varios elementos. La ley se había aplicado anteriormente al igual que otras leyes de derechos civiles: el sesgo de la edad podía alegarse si formaba parte de la decisión del empleador.

El nuevo estándar es difícil de cumplir, en especial cuando algunas personas mayores que buscan trabajo tal vez no sepan lo que se están perdiendo. Una práctica conocida como microfocalización ("microtargeting") permite a los empleadores decidir qué personas pueden ver sus anuncios en internet. Si no te ajustas a las características que la empresa está buscando (por ejemplo, vives demasiado lejos o no estás en el rango de edad preferido), ni siquiera verás ese anuncio. Un grupo de trabajadores mayores está demandando a T-Mobile, Amazon y varias otras compañías por usar Facebook para reclutar candidatos de esta manera.

Otro punto débil de la ADEA, según los expertos legales de AARP, es la manera en la que limita los pagos en efectivo. A diferencia de la mayoría de las demás leyes antidiscriminatorias, la ADEA esencialmente solo permite que las personas ganen una compensación por pérdida, pero no daños punitivos. Debido a que las víctimas tienen menos probabilidades de poder recibir grandes indemnizaciones si su caso tiene éxito, los abogados pueden ser reacios a representar a las víctimas.

Y existe otro obstáculo en la lucha contra la discriminación por edad: las personas, a menudo, no lo consideran comparable a otros tipos de prejuicios, como la discriminación por motivos de raza, sexo u orientación sexual. "Existe la idea de que la discriminación por edad no es tan perjudicial", expresa Cathy Ventrell-Monsees, asesora principal de la EEOC.

Los cambios a la ADEA requerirían una acción del Congreso. Hay evidencia de que los votantes quieren que los legisladores estén a la altura de esa tarea. Una encuesta de AARP entre los votantes mayores mostró que más de 9 de cada 10 estaban de acuerdo con que "los adultos mayores del país deben ser protegidas de la discriminación por edad, al igual que se los protege de la discriminación por motivos de raza, sexo, origen nacional y religión". Verifica si tus candidatos al Congreso respaldan esa idea y vota en consecuencia.

Imagen con preguntas sobre discriminación por edad.

AARP