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Un homenaje a los héroes anónimos

5.5 millones de familias de militares apoyan a nuestros veteranos.

Familia - Homenaje a los héroes anónimos - Veteranos

Cortesía de Emery Popoloski

Emery y Charles Popoloski con sus hijas.

In English | Cuando el esposo de Emery Popoloski, Charles, regresó a su hogar en Boston luego de dos períodos de servicio activo militar en Irak, ella se dio cuenta de que él dejaba de respirar por tiempo prolongado mientras dormía. Después empezó a padecer otros síntomas. Ella pensó que eran normales para alguien que acababa de regresar de una zona de combate. Sin embargo, se enteró de que estaban relacionados con el trastorno de estrés postraumático y la lesión cerebral traumática que padecía su esposo. Emery debió asumir rápidamente el papel de cuidadora de un integrante de las fuerzas armadas. Cuando Charles comenzó a recibir tratamiento para sus convulsiones y otros males, Emery tuvo que aplazar sus estudios de posgrado y reconsiderar sus metas profesionales. Además, debió reorganizar los horarios y la estructura de su familia para poder ayudar a su esposo a recuperarse, al mismo tiempo que cuidaba a sus dos hijas pequeñas.

En su lucha por mantenerse positiva, Emery recurrió a la Elizabeth Dole Foundation, la organización para la que trabaja. Allí encontró el apoyo y la orientación que necesitaba para cuidar de su esposo, mantener la calma y mantener unida a su familia. A pesar de que reconoce que todavía hay días en que le cuesta trabajo y siente como si no hiciera lo suficiente, le consuela saber que no está sola en su lucha. A través de la fundación, Emery no solo puede comunicarse con otras personas en situaciones similares, sino que a su vez puede apoyarlas.

En Estados Unidos, los familiares que no reciben remuneración prestan cuidados en el hogar equivalentes a $470 mil millones ($470 billion) al año. Entre estos cuidadores se encuentran los familiares de nuestros soldados heridos en acción. Gracias a los avances de la medicina en el campo de batalla, miles de nuestros soldados que hubieran fallecido en guerras pasadas ahora sobreviven. Sin embargo, muchos de ellos tienen heridas, enfermedades y lesiones devastadoras, tanto visibles como invisibles, que requieren cuidados mucho después de que han dejado atrás el sistema de atención médica militar. ¿Quiénes son sus cuidadores?

Son personas como Emery; una de los aproximadamente 5.5 millones de cuidadores de veteranos militares en todo Estados Unidos. Ellos son los cónyuges, padres, hermanos y otros seres queridos que realizan una asombrosa variedad de tareas en el hogar —a menudo día y noche— para hijos, hijas, esposos y esposas que resultaron heridos durante su servicio militar.

Estos cuidadores administran medicamentos, navegan sistemas de atención de salud complejos, brindan apoyo emocional, programan la rehabilitación, manejan los asuntos legales y financieros de la familia y defienden los derechos de las personas a su cargo. Con frecuencia son la única persona que está disponible para brindar estos cuidados, sabe cómo hacerlos y es de confianza. Y muchos, como Emery, también crían a los niños y mantienen a la familia.

Los cuidadores de militares y veteranos son una fuerza laboral no remunerada que le ahorra a nuestro país miles de millones de dólares al año en gastos de cuidado de salud y posible ingreso a entornos institucionales. En algunos casos, el tiempo que requiere la prestación de cuidados puede causar que pierdan el empleo, parte del sueldo y posiblemente el seguro de salud. Aunque los cuidadores tienen muchas necesidades, no existe una estrategia nacional para apoyarlos. Debido a que anteponen el bienestar de sus seres queridos al suyo propio, el desgaste emocional y físico que sufren los cuidadores puede ser devastador.

Este mes, honramos a nuestros veteranos y rendimos un homenaje especial a los cuidadores familiares al proclamar el mes de noviembre como el Mes Nacional de los Cuidadores Familiares. Le estoy particularmente agradecida al personal del hospital de veteranos de Biloxi, Misisipi, que cuidó tan competentemente a mi padre. Pero honremos también los aportes y sacrificios de todas estas personas que cuidan de los integrantes de nuestras fuerzas armadas, esos héroes anónimos que ayudan a nuestros veteranos que han sufrido lesiones y discapacidades a vivir una vida más larga y mejor.

Consulta nuestros recursos para veteranos.

Jo Ann Jenkins es la directora ejecutiva de AARP.

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