Luis Fonsi: ‘Vida’
El cantante puertorriqueño explora nuevos sonidos tras su megaéxito “Despacito”.
Si alguien buscara un resumen de todo lo que el pop latinoamericano significa en el 2019, la respuesta sería simple: basta con escuchar las doce canciones de Vida, décimo disco del cantante puertorriqueño Luis Fonsi.
Mucho se ha hablado de Fonsi durante los últimos años, que marcaron su transición a estrella de la canción internacional. En enero del 2017, el lanzamiento de “Despacito” cambió para siempre el posicionamiento de los géneros latinos a nivel global, confirmando el ritmo sincopado del reggaetón como una referencia inescapable y omnipresente en todos los continentes del planeta.
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Vida es uno de los LPs más anticipados en la historia de la música latina. Lo precedieron tres sencillos, incluyendo “Despacito”, “Échame la culpa” —un dúo con la estadounidense Demi Lovato— y “Calypso”, otra exploración de cadencias caribeñas, en colaboración con la rapera inglesa Stefflon Don.
Estas tres canciones —una más exitosa que la otra— han sido incluidas en Vida, pero curiosamente lo más interesante del nuevo disco son los temas restantes.
Fonsi, que cursó estudios musicales en Florida State University y supervisa de cerca todos los detalles de su proceso artístico, se ha transformado en un creador de notorio oído comercial, adaptando las corrientes de la música contemporánea a su estilo individual. En el mundo de este artista no hay cabida para lo rústico. Desde los majestuosos refranes de sus baladas hasta los ritmos digitales de los temas bailables, cada detalle es pulido suavemente, redondo y sofisticado. Todas las canciones del LP han sido escritas parcialmente por él, un detalle que le concede un estilo uniforme de principio a fin.
El tema de apertura, una melancólica balada titulada “Sola”, es el sencillo más reciente del disco. Para acompañar una letra que habla de anhelo, de amores imposibles y declaraciones desesperadas, Fonsi crea un clima de minimalismo que enfatiza la sinceridad de su voz, protagonista absoluta del LP de principio a fin. El sobrio marco instrumental se apoya en lánguidos riffs de guitarra eléctrica, un ritmo digital que marca el compás sin llamar demasiado la atención, además de efectos de percusión que acentúan esta atmósfera intimista.
Otro tema lento, “Le pido al cielo”, comienza con una introducción de cuerdas levemente psicodélica, abriéndole paso a un refrán monumental y pegajoso, que genera en el estudio de grabación el efecto de un batallón de personas batiendo palmas al unísono.
El material romántico ha sido desde siempre el paisaje sonoro donde Fonsi se siente más cómodo. Ya en el 2008, el disco Palabras del silencio lo había establecido como una de las promesas más deslumbrantes del género; un artista que basaba su éxito en la alta calidad de sus composiciones y una habilidad pasmosa para rodearse de colaboradores idóneos.
Pero no sólo de balada vive el hombre, y Vida está sabiamente balanceado alternando temas nostalgiosos con otros de tempos más ágiles. “Imposible” genera una sensación agridulce: la letra continúa la tónica del amor perdido y con escasas chances de ser recuperado (“es imposible que te bese como yo”), pero gana en contrastes gracias a un sabroso ritmo de reggaetón y la voz de Fonsi a dúo con el joven cantante puertorriqueño Ozuna.
La inclusión de los sencillos que ya dieron la vuelta al mundo podría darle al disco un dejo de algo que ya fue, pero el material nuevo proporciona suficientes melodías nuevas para obviar el hecho que “Despacito” salió hace dos años. El compacto incluye también una versión muy correcta de “Sola” en inglés —aunque la letra suena más emotiva en español— y los remixes de “Despacito” con Justin Bieber y “Calypso” con la colombiana Karol G.
No es arriesgado apostar que repetir el éxito de “Despacito” sería una misión imposible para Fonsi. Más de 6 mil millones de visitas en YouTube es algo nada fácil de duplicar. Quizás el próximo paso para el cantante y compositor es regresar a un sonido más orgánico. Habiendo agotado todas las variantes posibles del reggaetón y la fusión de melodías accesibles con la estética urbana, ha llegado el momento de explorar otras vertientes, combinaciones novedosas y géneros poco conocidos. Al fin y al cabo, la música latina sigue siendo, hoy más que nunca, una fuente inagotable de inspiración.