En los últimos años, yo —como la mayoría de las mujeres en Estados Unidos— me he estancado en una rutina de estilo, viviendo en una rotación de blue jeans, sudaderas, pantalones de pijama, camisetas y sudaderas con capucha. Al fin y al cabo, durante mucho tiempo no tuvimos a dónde ir. Pero ahora que tenemos más ocasiones de socializar, intento luchar contra mi pereza y recordar la alegría de vestirme bien.
La informalización de la moda en Estados Unidos comenzó mucho antes de la pandemia. Silicon Valley tiene parte de culpa. Ver a los directores ejecutivos vistiendo blue jeans y camisetas en las conferencias provocó una falta general de decoro en la forma de vestir. La tendencia a vestir de manera atlética la aceleró. De repente, la comodidad se antepuso a todo lo demás.
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Pero hay algo que decir en favor de vestirse como un adulto, y con intención.
Llevo unos años jubilada, así que mi vestuario se ha vuelto mucho más informal que cuando iba a la oficina todos los días. Pero incluso hace 10 o 15 años, recuerdo subir al ascensor de Time Inc. (mi empresa de entonces) y pensar en lo inapropiado que era ver a las mujeres jóvenes con blue jeans con agujeros, vestidos maxi sin tirantes, blusas cortas, leggings, etc.
Lo siento, pero soy de la vieja guardia. Si tienes la suerte de estar empleado, especialmente en una cultura corporativa, debes darte cuenta de que representas a la empresa. Vestir bien es una cuestión de respeto: hacia tus superiores, hacia tus clientes y, en última instancia, hacia ti mismo. La reciente polémica sobre el código de vestimenta (en inglés) del Senado lo demuestra. Si parece que te acabas de levantar y vas de camino al gimnasio, estás enviando un mensaje equivocado. Tu ropa dice mucho, ¡incluso en las llamadas por Zoom!
También hay un componente psicológico en el vestir bien. Sé que me siento mejor cuando me veo bien arreglada, aunque solo vaya al supermercado, a una cita con el médico o a visitar a una amiga. Nunca se sabe con quién te puedes encontrar.
Así que, aquí tienes unas mejoras fáciles para todos los días.
En lugar de una sudadera con capucha, prueba con un poncho:
Esta prenda de punto favorece la figura y combina con todo, desde jeans hasta pantalones deportivos, y queda mejor con una camiseta de manga larga.
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