Rita Moreno, una pionera de la industria
Sus comienzos, éxitos y sueños, a los 86 años.
Es emocionante ser parte de este país maravilloso, de este crisol de culturas al cual, como latina, le agrego sabor criollo. Esto es América, los Estados Unidos, mi país, con sus imperfecciones y todo, y sigue siendo el mejor país del mundo. Desde Puerto Rico, Cuba y cualquier lugar en Latinoamérica, los hispanos estamos entretejidos en la esencia de esta nación. Nuestras comidas, valores familiares, música y pasión son las fibras de ese tejido.
Cuando tenía 5 años, mi madre me trajo con ella a la ciudad de Nueva York desde Puerto Rico. El choque cultural está todavía grabado en mi memoria de 86 años. El idioma, la nieve —nunca había visto nieve— el racismo, incluso entre los niños, los insultos. De repente, era "diferente". Nunca había sido diferente. O nadaba o me ahogaba; desarrollaba carácter o me rendía. Afortunadamente, me sirvió de ejemplo el temple de mi madre. Nunca te rindas, nunca te des por vencida, muévete. Así era mi mamá, y así soy yo.
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Desde sus comienzos, este país ha sido una incubadora de soñadores, en especial de inmigrantes esperanzados. Siempre quise ser artista y triunfar en el mundo de los espectáculos. Cuando me dieron el personaje de Anita en la versión fílmica de West Side Story en 1961 —una producción importante— supe que el sueño americano podía ser realidad para alguien como yo.
Estoy segura de que el éxito de West Side Story significó para los latinos algo muy diferente que para el resto de la población. Al tener una mayor exposición a ese musical de influencia latina, una comunidad más amplia tuvo la oportunidad de oír nuestra música grandiosa, experimentar nuestro enorme entusiasmo y vernos como personas cuyo amor es profundo y apasionado. Por otra parte, mi comunidad quedó estupefacta al ver que finalmente estábamos representados en la pantalla grande.
La comediante Liz Torres compartió una historia maravillosa sobre la noche en que gané el Óscar por interpretar a Anita. En aquel tiempo, Liz vivía en el barrio, el gueto hispano. Hacía mucho calor y todas las ventanas estaban abiertas; podías escuchar los televisores en todos los apartamentos del área. Ella dice que cuando leyeron mi nombre como nominada, todo era silencio, y cuando me anunciaron como la ganadora, todo el mundo comenzó a gritar desde las ventanas, “¡Se la comió! My God, she made it! ¡Lo logró!”. Sabes, creo que lo que en realidad querían decir es, “Nosotros lo logramos”. Cuando compartió esa historia, comencé a llorar, porque significó tanto para mí, que yo significara tanto para ellos.
Y esa historia de amor continúa. Dondequiera que voy, la gente me llama y, con acento puertorriqueño, me dice, “I like to be in America”.
Quién se iba a imaginar que, incluso después de ganar el Óscar, los que me podían ofrecer trabajo continuarían ofreciéndome roles de hispana temeraria. Me ofrecían solo esos papeles de muchachita morena. Decidí que no volvería a interpretar esos papeles: “Ja, ja; ¡les voy a enseñar!” Pero ellos me enseñaron a mí; no volví a filmar en siete años después de West Side Story. Me rompió el corazón. No lo podía entender. Todavía no lo comprendo. Así era la mentalidad de Hollywood en aquel tiempo.
Francamente, los papeles para los latinos no han cambiado lo suficiente en Hollywood. Estamos considerablemente subrepresentados. No solo nosotros; ¿cuándo fue la última vez que vimos a un asiático en un papel principal? Estoy agradecida por el ejemplo de la comunidad negra, que ha aprendido a navegar mejor el sistema y hacerlo más inclusivo.
Estoy viviendo el mejor momento de mi vida. La vida es increíblemente linda. Ahora estamos grabando la tercera temporada de One Day at a Time, esa fabulosa comedia de Netflix, una nueva versión de la serie original de Norman Lear. Grabé un disco en español, llamado Una Vez Más, producido por Emilio Estefan.
Escribí un libro sobre mi vida, Rita Moreno: A Memoir, en inglés y español, y narrado por mí en un audiolibro. Estoy tan ridículamente feliz que es descabellado. Me despierto cantando. Estoy tan consentida; espero que sucedan cosas maravillosas. Esa es mi perspectiva, y es buena. Suena extraño; es como si hubiera sido necesario envejecer para tener más éxito.
Estados Unidos todavía es la tierra de los soñadores. Ruego por que siempre le dé la bienvenida a las personas de todos los lugares del mundo y que nuestra diversidad aumente. ¡Más sabor criollo en el crisol!
—Según relatado a Katharine A. Díaz
Rita Moreno, ganadora de los premios Emmy, Grammy, Óscar y Tony, nació en Puerto Rico.
Nota del editor: Este ensayo forma parte de una serie sobre la experiencia de los latinos en Estados Unidos. En sus propias palabras, estas reconocidas figuras, tanto inmigrantes como nacidos en el país, nos dicen lo que significa para ellos ser estadounidenses, y cómo retribuyen a sus comunidades y ayudan a moldear nuestro mundo. A continuación, la lista de perfiles que forman parte de esta serie: