Cómo reclamar deducción de gastos médicos en tus impuestos
Será más difícil deducirlos el año que viene.
In English | Siempre ha sido difícil cumplir los requisitos para la deducción de gastos médicos y dentales de los impuestos sobre ingresos: los gastos médicos de bolsillo deben ser extremadamente altos para ver algún beneficio en la declaración de impuestos.
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Gracias a la ley tributaria del 2017, la deducción está un poco más al alcance este año, pero ese margen se acabará pronto. Para los impuestos federales sobre ingresos del 2018 (el plazo para declarar es el 15 de abril, excepto en Massachusetts y Maine, en donde es el 17 de abril debido a festivos estatales), puedes deducir los gastos médicos que no te reembolsaron que superen el 7.5% de tus ingresos brutos ajustados. El límite será del 10% el año que viene.
“A medida que envejeces, tienes más problemas de salud, por lo tanto es importante que revises tus gastos médicos cuando prepares tu declaración de impuestos”, afirma Sallie Mullins Thompson, contadora pública certificada (CPA) de Nueva York. “La deducción estándar puede aumentar y dejarte detallar”.
Esto es en lo que debes fijarte:
Qué tipo de gastos están permitidos
Muchos gastos médicos son deducibles, comenzando con las primas de seguros que pagas por plan médico, dental y de medicamentos recetados, así como el seguro de atención a largo plazo (hasta ciertos límites). Al sumarlos todos, no pases por alto las primas de Medicare que se deducen de tu cheque de Seguro Social, aconseja Troy Lewis, CPA de Draper (Utah) que enseña contabilidad e impuestos en Brigham Young University. Esto concierne a las primas por varios beneficios de Medicare, no a los aportes que hiciste con tu sueldo a Medicare (que no son deducibles como gastos médicos, según el IRS).
Los gastos médicos de bolsillo, como copagos y deducibles, están permitidos y algunos otros gastos pueden ser menos obvios. Por ejemplo, puedes incluir los gastos de desplazamiento a tus citas médicas a una tasa de 18 centavos por milla, más los gastos de estacionamiento y peajes.
Puedes deducir las modificaciones que le hayas hecho a tu vivienda por motivos médicos, como la instalación de barras de agarre, rampas y elevadores para escaleras. Las sesiones de acupuntura, el tratamiento con un quiropráctico, los audífonos y los anteojos también cuentan, así como los programas para bajar de peso y las dietas especiales indicados por el médico (si son por alguna enfermedad específica que te haya diagnosticado el médico; por ejemplo, obesidad, hipertensión o enfermedades cardíacas), según el IRS. Por ejemplo, el costo de comidas especiales solo está permitido si dichas comidas alivian o tratan alguna enfermedad y no satisfacen las necesidades nutricionales normales, de acuerdo con el IRS.
“Si está indicado por el médico, puedes deducirlo”, dice Gail Rosen, CPA a cargo de la oficina de WilkinGuttenplan en Somerset County (Nueva Jersey). “Pero debes tener las notas para probarlo”.
Para una lista completa de las deducciones permitidas, consulta la Publicación 502 del IRS (en inglés) o usa esta herramienta interactiva del IRS (en inglés).
En dónde debes poner más cuidado
Si esperabas deducir el estiramiento facial que te hiciste en el 2018, no tendrás suerte: generalmente, la cirugía cosmética no está permitida. Tampoco podrás deducir los medicamentos de venta libre.
“La gente piensa que se permite todo lo relacionado con la atención médica”, dice Lewis. “La cirugía cosmética solo se permite si es con el fin de mejorar alguna deformidad”.
Además, si pagaste algún gasto de bolsillo con dinero de tu cuenta de gastos flexibles (FSA) o de tu cuenta de ahorros para gastos médicos (HSA), tampoco puedes deducir ese gasto. Dado que los fondos de las FSA y las HSA provienen de tu salario bruto, esto se consideraría una doble deducción desde el punto de vista tributario.
Finalmente, la atención de los adultos mayores en hogares de ancianos sí es deducible, pero se puede complicar si recibes atención en una institución de vida asistida. Debe haber una indicación médica para que vivas ahí (ya sea que padezcas alguna enfermedad crónica o un deterioro cognitivo), y solo es deducible lo que pagues por los servicios de atención a largo plazo y la atención médica. Por lo tanto, dice Thompson, asegúrate de tener una nota del médico en la que explique que necesitas dicha atención para que puedas deducir al menos una parte de las cuotas que pagas.