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Durante más de 35 años, los fenómenos anómalos no identificados (FANI) han sido parte de la vida de Lisa Tsering. Aunque el término más familiar es ovni (objeto volador no identificado), FANI comenzó a incorporarse al vocabulario popular hace unas décadas. Al principio, la sigla significaba "fenómenos aéreos no identificados", pero hace unos dos años la expresión cambió a "fenómenos anómalos no identificados", una modificación que permitió la inclusión de una gama más amplia de avistamientos indefinibles, incluidos aquellos bajo el agua.
"Suena raro, pero no me importa si es raro", dice Tsering, residente de 62 años del área de la bahía de San Francisco, sobre la "obsesión" que ella ha fusionado con su amor por los viajes.

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Tsering ha visitado docenas de "focos" famosos por su actividad de FANI, aunque "no es una 'experimentadora' como tal", es decir, alguien que ha tenido "una experiencia real con lo que llaman 'los otros' o 'el fenómeno'", explica. Sin embargo, dice que la conexión con el tema la hace seguir viajando. En lugar de viajar para ver algo, como la Torre Eiffel o las pirámides, Tsering explica que viaja para sentir algo.
"Si vas a uno de estos extraños focos de actividad y llevas el regalo de una mente abierta, puede ser realmente una experiencia de viaje inolvidable, incluso si no sientes nada", dice.
Para aquellos que buscan sentir o ver algo anómalo en los cielos, un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Utah sugiere que el oeste y el noreste de Estados Unidos son los lugares que se deben visitar. Aunque se han reportado avistamientos de FANI en los 50 estados y en Washington D.C., utilizando datos de más de 98,000 avistamientos reportados de FANI, los investigadores de la Universidad de Utah determinaron que tanto el sureste como las llanuras centrales fueron las zonas que menos avistamientos de FANI tuvieron.

Los objetos anómalos acaparan de nuevo los titulares
Los objetos anómalos están pasando por un gran momento. El aumento del interés y de avistamientos de lo anómalo puede estar relacionado con la pandemia. Según Diana Pasulka, profesora de Estudios Religiosos en la Universidad de Carolina del Norte, Wilmington, los avistamientos de FANI aumentan durante tiempos de crisis. El Congreso ha realizado audiencias, la NASA ha encargado la formación de un equipo de estudio y el Pentágono ha establecido un grupo de trabajo. Hay apoyo bipartidista para un proyecto de ley que pide transparencia del Gobierno sobre la investigación de fenómenos extraterrestres.
"Estoy totalmente convencido de que hay algo allá afuera", dice Alan Steinfeld, el autor de Making Contact: Preparing for the New Realities of Extraterrestrial Existence. En 1987 Steinfeld y su novia pasaron la noche dentro de un automóvil estacionado junto a un camino desolado. Sobre la experiencia, él dice: "Nos sentimos como si estuviéramos congelados en el tiempo", y agrega que cree que los FANI son un fenómeno que va más allá de los objetos. "Puede tener un efecto físico; puede ser negativo o positivo; puede atacar el estado de ánimo de las personas; puede cambiar la naturaleza de lo que piensan que es la realidad", explica.
Hace varios años, Suzanne Kho, de 58 años, viajó en automóvil al oeste de Texas desde Austin para ver las luces de Marfa. "Pasé más de una hora en la plataforma de observación [...] y escaneé el horizonte para intentar ver estas misteriosas luces, pero no tuve suerte. Así que sigo siendo escéptica", dice.