10 ciudades que no deberían pasar desapercibidas

In English | París: oui. Londres: yes. Roma: sì. Son todas ciudades obligatorias. Pero ¿qué pasa con los lugares de los cuales no se escribe casi nada? Estas son 10 ciudades con abundante sabor local que no deberían pasar desapercibidas.

Sayulita, México

Los lugareños se transportan en carritos de golf por las estrechas calles empedradas, pero los turistas se pueden movilizar a pie si quieren. Los muros de concreto se adornan con arte callejero, los indígenas huicholes venden joyería hecha a mano y la comida que viniste a probar en México está en cada esquina. Compra tacos en un puesto callejero o cena mariscos locales en uno de los restaurantes más finos de Sayulita. Este pequeño pueblo pintoresco de surfistas tiene abundantes opciones de alojamiento con desayuno incluido y estudios de yoga, y está a tan solo 25 millas por carretera de los complejos turísticos multipisos y de la estruendosa música nocturna de Puerto Vallarta. Por último, las olas del mar complacen a surfistas de todos los niveles.

Rotterdam, Holanda

Un resumen de Rotterdam, la segunda ciudad de Holanda: canales, cafés, bares, restaurantes de moda y vida nocturna. ¿Suena como otra ciudad de Holanda? También verás obras de Rembrandt, Bosch, Van Gogh, Monet, Mondrian, Magritte y Dalí. Además, hay un parque libre de contaminación, gracias a una torre de 23 pies —inventada por un diseñador de Rotterdam— que succiona y limpia un millón de pies cúbicos de aire contaminado por hora. Otro elemento innovador: la arquitectura de una ciudad que reemplazó la Europa del Viejo Mundo con cristales y rascacielos después de las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Las atracciones abundan: no te pierdas Markthal, el primer mercado bajo techo del país, donde incluso puedes tomar una clase de cocina. O quédate en una de las icónicas casas cubo de la ciudad.

Ciudad de Quebec, Canadá

¿No puedes ir a Francia? La ciudad de Quebec es la segunda mejor opción, con calles estrechas y empedradas, y altísimos chapiteles que invitan a pasear por ahí. Te verás recompensado con bistros, cafés y plazas ajardinadas repletas de artistas al mejor estilo europeo antiguo. Pasa una noche en la cima, en el Château Frontenac, diseñado por el arquitecto estadounidense Bruce Price, parte de una serie de hoteles estilo château de la Canadian Pacific Railway.

Ronda, España

¿Has estado alguna vez en una corrida de toros? Se dice que fue en esta ciudad donde surgió la versión moderna de este deporte. Y si te animas a ir, la plaza de toros, construida en 1785, tiene capacidad para 5,000 espectadores. Si eso no es para ti, escala el escarpado cañón del Tajo, que divide la ciudad en dos; o cruza el impresionante puente de 200 años de antigüedad, que se extiende por el desfiladero del cañón. Visita las cámaras abovedadas de los baños árabes del siglo XIV o desplázate en vehículo una media hora hasta la Cueva de la Pileta, una cueva con pinturas de la Edad de Piedra, a la luz de las antorchas.

Dingle, Irlanda

No vas a tener que sufrir por una pinta de cerveza en este pueblo de unas 1,200 personas, que dice tener más bares por habitante que cualquier otro lugar de Irlanda. Pero quizás debas esperar a saciar tu sed hasta después de que hayas explorado los impresionantes acantilados y algunos de los 2,000 sitios arqueológicos, entre ellos un fuerte construido alrededor del año 500 a.C. Por la noche, los sonidos de acordeones a botones, silbatos de estaño y violines flotan desde los bares hacia las calles empedradas. Si terminas siguiendo la música con los pies, inscríbete en una clase en la Dingle Music School y llévate a casa algunas melodías irlandesas.

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Verona, Italia

Romeo y Julieta probablemente fueron producto de la imaginación de William Shakespeare, pero nunca subestimes el poder de una buena historia de amor. Verona presume de tener un edificio del siglo XIII conocida como la casa de Julieta Capuleto. (El balcón fue añadido en el siglo XX). Si has visto la comedia romántica del 2010 Letters to Juliet, ya sabrás que unas 10,000 personas le escriben al personaje de Shakespeare cada año. Puedes probar a dar consejos a los que padecen del mal de amores como voluntario con los secretarios del Club de Julieta, que contestan todas las cartas. Además del amor prohibido, Verona es también conocida por excelentes ejemplos de  arquitectura románica, un festival de ópera anual y un montón de lugares de moda para ir de compras y comer.

Culebra, Puerto Rico

Si prefieres saltarte la escena nocturna de San Juan, Culebra es la isla para ti. Tiene una extensión de tan solo siete millas de largo y tres millas de ancho, y está rodeada de un mar de claras aguas azules. Unos sesenta pies de visibilidad bajo el agua hacen de este un paraíso para clavadistas y amantes del esnórquel. Explora los arrecifes, pasea en kayak, nada con las tortugas, echa un vistazo al faro más antiguo del Caribe y relájate en la playa. Espera encontrar la auténtica comida puertorriqueña, y abundante paz y tranquilidad.

Nuwara Eliya, Sri Lanka

En Nuwara Eliya, que significa "ciudad de la luz", encontrarás un campo de golf meticulosamente cuidado que se mezcla directamente con las plantaciones de té verde que rodean la ciudad. La primavera trae las carreras de caballos, las carreras de montaña de autos deportivos y una celebración del Año Nuevo al estilo de Sri Lanka. Alquila una bicicleta de montaña, juega al tenis o ve de excursión a más de una docena de cascadas cerca de la ciudad, entre ellas la cascada Ramboda Ella Falls de 357 pies, donde las cascadas de dos fuentes se funden en una.

Waikato, Nueva Zelanda

En la región de Waikato de Nueva Zelanda, puedes escalar a la Tierra Media, el telón de fondo de las trilogías de The Hobbit y Lord of the Rings, con un recorrido por el set de filmación. Descubre el campo mientras haces rafting a través de cuevas forradas de luciérnagas, y haz una caminata a las cascadas y a través de reservas ecológicas. Visita Zealong, la primera plantación de té oolong de Nueva Zelanda, a las afueras de la ciudad de Hamilton, o visita Hamilton Gardens, una especie de museo botánico con recreaciones de estilos de jardín de importancia histórica.

Taipéi, Taiwán

Taipéi, con 2.6 millones de personas, no es exactamente una ciudad libre de multitudes; pero tampoco está invadida de turistas. Haz compras en los mercados callejeros a cualquier hora, donde puedes encontrar lo tradicional (dumplings envueltos) y lo exótico (serpientes venenosas comestibles). Mezclar lo moderno y lo hecho por el hombre con lo natural es un tema de la ciudad. Aunque Taipéi se encuentra en una cuenca rodeada de montañas, su hito arquitectónico —Taipei 101— se encuentra justo en el centro. Con una altura de más de 1,670 pies, el rascacielos de 101 pisos tiene los ascensores más rápidos del mundo y fue diseñado para evocar a un tallo de bambú.

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