Vida Sana


Para el año 2050, aproximadamente 895 millones de personas en todo el mundo habrán desarrollado una discapacidad visual, según un informe en The Lancet. Ese es un aumento del 150% en los próximos 30 años. Se calcula que, al cumplir los 65 años, más del 90% de las personas tienen una catarata y que la mitad de las personas entre 75 y 85 años han perdido algo de visión debido a una catarata. Según un estudio australiano, a los 80 años, 1 de cada 8 personas tiene glaucoma. En EE. UU., los afroamericanos corren un riesgo particularmente alto. Aun así, por preocupantes que suenen estas estadísticas, muchos problemas de la visión pueden tratarse —y en algunos casos prevenirse— con seguir algunos hábitos sencillos y saludables.

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1. Usa gafas de sol con protección contra rayos ultravioleta (UV)
Nuestra piel no es la única víctima de la exposición diaria a la luz ultravioleta. Esos rayos invisibles elevan tus posibilidades de desarrollar cataratas, una opacidad del cristalino del ojo que generalmente ocurre con la edad. Busca gafas de sol con una etiqueta que diga “100% de protección contra los rayos UVA y UVB” o “100% de protección contra los rayos UV 400”.
“Usar lentes oscuras que no filtren los rayos ultravioleta adecuadamente es realmente peor que no usar ninguna lente”, dice Andrea Thau, expresidenta de la Asociación Estadounidense de Optometría y optometrista con sede en la ciudad de Nueva York, “porque ese tinte oscuro hace que tu pupila se dilate y permite que entre más radiación ultravioleta en el ojo”. Además, busca lentes que tengan un tono uniforme.
Si pasas mucho tiempo al aire libre, considera las gafas de sol envolventes que te protegen contra los rayos ultravioleta que pueden entrar por los lados de las gafas. Si estás en contacto con materiales que se suspenden en el aire —por ejemplo, al cortar madera o césped— considera usar gafas de seguridad o protectoras.
2. Aliméntate bien
Las zanahorias quizás acaparen toda la atención, pero las verduras de hojas verdes oscuras (como las espinacas, la col rizada y la berza) son poderosas defensoras de la visión. Están llenas de luteína y zeaxantina con cualidades antioxidantes. Los expertos sugieren que estos nutrientes pueden bloquear la luz azul de alta energía, la cual puede dañar las células de la retina, ya que ayudan a proteger la visión y prevenir la progresión de la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE). Los huevos son otra excelente fuente de luteína y zeaxantina. Añade más color a tu plato con zanahorias, batatas, calabaza almizclera y pimientos rojos. Estos vegetales anaranjados y rojos están llenos de betacaroteno, que el cuerpo usa para producir vitamina A, la cual es esencial para una buena visión.
También hay evidencia de que los ácidos grasos omega-3 —que se encuentran en el salmón, el atún y las sardinas— pueden aumentar la producción de aceite, lo que ayuda a evitar el síndrome de ojo seco. “Los suplementos de omega-3 también han demostrado ser útiles”, dice el Dr. Davinder S. Grover, portavoz clínico de la Academia Estadounidense de Oftalmología y oftalmólogo en Dallas. ¿No te encantan los mariscos? Come nueces, legumbres o semillas.
Si a tu dieta le faltan vitaminas o nutrientes clave, o si tienes una deficiencia diagnosticada, pregúntale a tu médico sobre el uso de suplementos. Las investigaciones han revelado que un tipo específico de suplemento dietético de alta dosis, llamado AREDS, puede ser beneficioso para los pacientes con degeneración macular relacionada con la edad en etapa intermedia, ya que desacelera su progresión y evita que se convierta en DMRE en etapa avanzada.
3. Haz ejercicio
Sedentarios, tomen nota. Un estudio sueco (en inglés) con 52,660 participantes entre las edades de 45 y 83 años, publicado en la revista Ophthalmology, examinó un posible vínculo entre tipos específicos de actividad física, incluyendo caminar, y un menor riesgo de cataratas relacionadas con la edad. Caminar más de 60 minutos al día —comparado con casi nunca— se asoció con un menor riesgo de cristalinos nublados. Por otro lado, altos niveles de inactividad pueden estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar este problema. Otra revelación interesante: según investigaciones de University of California, Los Ángeles, caminar a un paso rápido también puede reducir tu riesgo de contraer glaucoma, y quienes están más activos tienen un riesgo un 73% más bajo que los menos activos.
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