10 maneras de lidiar con la ira durante el duelo
Aunque es normal sentir rabia al perder a un ser querido, no prolongues este sentimiento.
Sentir ira o rabia cuando perdemos a alguien es una de las reacciones normales del ser humano. La pérdida de un ser querido de la familia, por lo general, la vemos como ilógica o sin sentido porque para el ser humano todo tiene que tener sentido. Durante el proceso de duelo es común formular preguntas llenas de rabia como: ¿Por qué? ¿Por qué ella? ¿Por qué no lo llevé antes al doctor? ¿Por qué no fui yo? ¿Por qué Dios lo dejó sufrir tanto? ¿Por qué no hay aún un tratamiento para esta enfermedad? Sentirse impotente ante esa circunstancia de pérdida solo hace acrecentar la rabia. Es importante que uno se permita sentirla, ya que es parte normal del proceso de duelo. Y como este proceso puede tomarse tiempo —dependiendo de cada persona—, pongo a tu disposición algunas consideraciones para que evites que la ira se convierta en un sentimiento prolongado.
Recibe contenido similar, suscríbete a nuestro Boletín
1. Reconoce y acepta que sientes ira
Este primer paso es muy importante porque te permite pensar de una manera profunda en las causas de tu ira y, aún más importante, te permite buscar maneras constructivas de manejar este sentimiento. Reconocerlo puede ayudarte a evitar conductas destructivas como el uso de drogas ilícitas o el consumo de alcohol en exceso.
2. Cuenta hasta 10 y si es necesario hasta 100
Cuando sentimos ira nuestro cuerpo responde de manera similar a cuando experimentamos tensión o estrés. Una forma simple de controlar nuestras emociones es contando mentalmente hasta 10 antes de actuar o decir algo de lo que después nos podamos arrepentir. Respirar profundamente mientras cuentas puede proporcionarte la oportunidad de relajarte y retomar control de tus emociones.
3. Busca distraerte
Si sientes que la ira va en aumento, evita relacionarte con otras personas en ese momento, pospón decisiones importantes y concentra tu atención en una de las actividades que disfrutes más. Por ejemplo, dibujar, salir a caminar, cocinar, o leer son algunas actividades que pueden ayudarte a concentrar tus emociones en algo más constructivo que la ira.
4. Perdona a quien te hirió
Es muy difícil olvidar las afrentas, y ¿qué hacemos si quien falleció es quien nos ha herido? Si logramos perdonar, podremos sacar de nuestra cabeza los pensamientos negativos que actúan como combustible para mantener viva la ira, incluso cuando la persona que nos lastimó ya se ha ido. Perdonar no quiere decir que aceptemos lo que nos hizo, perdonar quiere decir que no seguiremos usando eso en su contra y que no permitiremos que la ira nos consuma.
5. Escribe
Escribir o llevar un diario puede ayudarte a analizar las razones por las que sientes ira, describir lo que sientes y narrar cómo respondes a esa emoción. Recuerda que nuestras emociones son reales, pero no siempre son racionales, o dicho de otra manera, no siempre son lógicas. Cuando escribimos acerca de lo que sentimos, no solamente estamos escogiendo cognitivamente lo que nos gustaría que sucediera, sino también estamos escogiendo la mejor manera en que debería sucedernos.
6. Haz ejercicio
Cuando hacemos ejercicio, especialmente aeróbico, logramos que nuestro cerebro haga circular endorfinas. Estas sustancias sirven para darle a nuestro cuerpo una sensación de bienestar y tranquilidad. Las endorfinas se conocen comúnmente como hormonas de la felicidad o el placer, y juegan un rol importante en el empuje que necesitamos para salir de las crisis personales.
7. Se compasivo
La ira y la compasión son dos sentimientos incompatibles. El Dalai Lama ha enseñado que el mejor camino a la tranquilidad es la compasión. Cuando logramos sentir o nos identificamos con el sufrimiento de otra persona y decidimos hacer algo para aliviar ese sufrimiento, estamos dejando a un lado la ira y mirando en una dirección positiva. Cabe enfatizar que en ocasiones necesitamos ser compasivos con nosotros mismos. Esto quiere decir que aun viendo cosas negativas en nosotros mismos, nos decidimos por sentimientos positivos.
8. Agradece
El simple acto de ser agradecido nos aleja de los sentimientos de ira. Podemos encontrar cosas por las cuales estar agradecido con la persona que falleció, sin importar si ella nos hizo algún daño. Hacer que la gratitud sea un hábito puede ayudarnos a ser felices.
9. Ora
La acción de orar, sin importar la religión que profesas ni tu devoción a ésta, se manifiesta como distracción, pero también como una oportunidad para aceptar a los demás y concederles el beneficio de la duda. Perdonar en medio de la oración puede ser de gran ayuda para las personas que nunca antes habían expresado su ira. Si no profesas ninguna religión, puedes pasar unos minutos pensando en las cosas o las personas que son el objeto de tu ira, luego intenta concederles el beneficio de la duda.
10. Busca ayuda
Busca ayuda profesional si tu vida está llena de ira y no has logrado liberarte de ese sentimiento ni mediante acciones positivas como el perdón y la aceptación. Busca en el equipo de profesionales de la salud de tu confianza —psicólogos, consejeros, capellanes y ministros, entre otros—, éstos tienen la educación y la preparación para ayudarte a procesar y liberar sentimientos de ira. La rabia sin resolver puede convertirse en un síntoma de depresión.