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Cómo conservar la intimidad cuando te conviertes en cuidador de tu pareja

5 consejos que abordan preocupaciones de tipo físico y emocional.


spinner image Cómo conservar la intimidad cuando te conviertes en cuidador de tu pareja - Pareja soriendo
Cuando la pareja se enferma, la sexualidad puede servir como una manera de comunicación no verbal importante.
Thanasis Zovoilis

A veces las parejas descuidan el aspecto íntimo de la relación cuando uno de los dos se convierte en el cuidador del otro. Mantener el romance es un reto —esa conexión sexual, sensual o emocional tan importante— cuando uno está distraído con las tareas de cuidado y el otro enfrenta problemas de salud.

Una de las preocupaciones de los cuidadores es que las muestras físicas de afecto puedan lastimar al ser querido o que él (o ella) no esté de ánimo para besos ni caricias, ni mucho menos para relaciones sexuales, dice Carly O'Brien, coordinadora del programa de cuidadores de la organización sin fines de lucro CancerCare. "Muchos cuidadores se sienten culpables de solo pensar en la intimidad en vista de todo lo que está ocurriendo con su pareja". La demencia pone de relieve temas particularmente delicados en cuanto a la sexualidad.

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Sin embargo, dedicarle un tiempo a la intimidad puede ser invaluable para ambos, especialmente cuando enfrentan una crisis de salud o cuando tienen que lidiar con una enfermedad crónica. A continuación, presentamos unos cuantos consejos:

1. Hablen abiertamente. Es natural que quieran evitar temas incómodos o íntimos, pero trata de superar tu incomodidad y sé honesto con tu pareja en cuanto a tus necesidades y deseos, y de cómo afecta a ambos el cuidado del otro. Este tipo de conversación "es fundamental para preservar la intimidad", dice O'Brien.

2. Considera hablar con un psicólogo o trabajador social. Esto puede resultar muy útil cuando quieres trabajar con tus sentimientos sin temor a que te juzguen o cuando aún no estás seguro de cómo abordar el tema con tu ser querido. "Puedes planificar diferentes maneras para comunicarte", dice O'Brien. Los grupos de apoyo para cuidadores pueden ser además un buen lugar para ventilar tus frustraciones y sentirte menos solo. Con toda probabilidad encontrarás muchas otras personas que comparten tus preocupaciones.

3. Maneja tus expectativas. Entiende que la fatiga, los efectos secundarios y —en especial cuando se trata de cáncer o de otros padecimientos médicos graves o tratamientos— la pérdida de apetito sexual son reales. Puede que tu vida sexual no sea como antes, pero eso no significa que deba desaparecer, dice O'Brien. "En ocasiones restamos valor a cosas como abrazar o agarrarse de manos, decir 'te quiero' o decirle cuán hermosa se ve esa persona en un momento determinado —esos son los verdaderos pilares de la intimidad—".

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Y recuerda cómo era la relación antes. "Tómalo como el punto de partida con respecto a la manera en que manejas tus expectativas. Si a tu pareja no le interesaba mucho el sexo antes [de la enfermedad], entonces no esperes que le interese cuando está en medio de los tratamientos contra el cáncer".

4. Planea citas. No tiene que ser algo elegante; simplemente encuentra actividades en las que se puedan conectar de una manera que no sea física. Quizás pueden ir al cine o a su restaurante favorito —cualquier actividad en la que la enfermedad no sea el foco—. Hazte tiempo para decir “seamos esposo y esposa, o una pareja, en vez de cuidador y receptor de cuidados, por tan solo un par de horas", aconseja O'Brien.

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5. Establece tus propias reglas. "Hay mucha presión, interna y externa, en cuanto a cómo debe ser una pareja", dice O'Brien, quien recomienda que las parejas definan por sí mismas lo que significa la intimidad. "Es algo que fluye, que fluctúa", añade, "pero no tiene que ser todo o nada".

Problemas específicos cuando se trata de demencia

Cuando uno de los dos sufre de un impedimento cognitivo, la sexualidad puede continuar sirviendo como una manera de comunicación no verbal importante, dice Marc E. Agronin, psiquiatra geriátrico de Miami y autor de The Dementia Caregiver: A Guide to Caring for Someone With Alzheimer's Disease and Other Neurocognitive Disorders (El cuidador de pacientes con demencia: una guía para los que cuidan de personas con Alzheimer y otros desórdenes neurocognitivos).

Pero la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia pueden generar un sinnúmero de dilemas para el cuidador, en especial a medida que progresa la enfermedad.

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"Muchas personas no quieren pensar en esto o imaginarse esta etapa de su vida adulta", añade Agronin, "pero estos son temas muy comunes y es necesario abordarlos con empatía".

Consentimiento: ¿La persona tiene la capacidad para consentir de manera racional de modo que puedan tener intimidad física? Besarse o abrazarse no es un problema, pero ¿y qué de las relaciones sexuales? "Para la persona que no tiene el padecimiento", dice Agronin "esto pone sobre la mesa unos cuestionamientos éticos acerca de si la otra persona puede o no iniciar o comprender a cabalidad y consentir a lo que van a hacer". Asegúrate de que un especialista le haya hecho una evaluación exhaustiva a tu ser querido, sugiere él, para que puedas entender mejor sus capacidades.

Disfunción sexual: Los hombres que padecen de la enfermedad de Alzheimer tienen una tendencia mayor a padecer de disfunción eréctil y de disminución de respuesta sexual, dice Agronin. Por otro lado, "a medida que una persona pierde su función cognitiva, tiene menos probabilidad de saber cómo desempeñarse sexualmente". Sin embargo, en ocasiones se tornan más desinhibidos sexualmente a medida que empeora el padecimiento, lo cual puede ser molestoso para la pareja.

Cabe señalar que en muchas ocasiones la disfunción eréctil se puede tratar. "Para las parejas en las que uno de ellos está todavía en las primeras etapas de la demencia, podríamos abordar la disfunción eréctil como se haría con cualquier otra pareja", dice Agronin.

Deseo: Puede que el cuidador no se sienta atraído hacia ese ser querido cuya respuesta física y emocional es cada vez menor. Pero Agronin dice a los cuidadores que recuerden el valor de las caricias amorosas sin carga sexual. En especial cuando alguien sufre de demencia avanzada, a menudo no se le trata de la manera más cómoda. "A esas personas las tocan cuando los van a limpiar o a vestir", dice él, "pero también es importante que tengan contacto físico como agarrarlos de la mano, besarlos, abrazarlos —cosas que los hagan sentir bien y seguros—".

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