Es hora de trabajar juntos
Volvamos al civismo con más firmeza que nunca en el 2018.
In English | Según revela una encuesta nacional reciente, un impresionante 75% de personas en Estados Unidos opinan que la falta de cortesía ha llegado a niveles críticos. Es hora de revertir la tendencia. Con el comienzo del nuevo año, trabajemos todos para marcar el inicio de una nueva era de discurso civilizado, bipartidismo, cooperación y compromiso para abordar los asuntos importantes que enfrenta nuestro país.
Republicanos y demócratas siempre han tenido sus diferencias filosóficas y siempre las tendrán. Eso es lo que los define como partidos políticos. Pero históricamente, los líderes de nuestro país se han unido para cooperar y hacer concesiones mutuas a fin de promulgar políticas que han cambiado nuestra vida y han hecho de Estados Unidos una nación más poderosa.
Mientras tratamos de mantenernos enfocados en los temas importantes que enfrenta nuestro país, en particular los asuntos de importancia para las personas mayores de 50 años —como la salud, los precios de los medicamentos prescritos, la seguridad financiera, el empleo, los impuestos, la prestación de cuidados y los esfuerzos para que las comunidades sean más habitables—, el ambiente tóxico en Washington dificulta el avance. Uno se pregunta si aún es posible contar con logros legislativos innovadores con un Congreso fracturado y en un país políticamente dividido.
Para abordar esta pregunta, AARP y el New York Times copatrocinaron recientemente un diálogo con la intervención de un moderador, entre los senadores Bob Corker (republicano por Tennessee) y Mark Warner (demócrata por Virginia), llamado “TimesTalksDC: Bipartisanship - A Lost Art?" (Bipartidismo: ¿un arte olvidado?”) Los senadores concluyeron que el bipartidismo es esencial para crear y aprobar leyes que perduren. Como dijo Warner: "No se puede hacer cosas importantes en este país sin contar con el apoyo de ambos partidos".
Los dos senadores estuvieron de acuerdo en que las divisiones en el país se empeoran debido a la gran cantidad de personas que obtienen información de una sola fuente —y las fuentes que tienen puntos de vista diferentes a menudo ni siquiera comparten un mismo conjunto de hechos—, lo que hace difícil mantener una conversación y un debate significativos. También estuvieron de acuerdo en que esto no es bueno para el país. Corker lo expresó bien: "Un modelo de gobierno que divide el país para solidificar su base no es un modelo al que yo me puedo adherir".
La solución, dijeron los senadores, comienza con un cambio de tono. No solo son los dos partidos los que están divididos, sino que también hay divisiones internas. Y con tantas personas que no logran alcanzar el estándar de vida que imaginaron, los extremistas en cada partido están capturando la atención. Los partidos deben eliminar esa brecha para hallar un terreno común y poder conducir un debate productivo.
Restaurar la urbanidad al discurso público comienza con cada uno de nosotros individualmente: con la manera en que hablamos y nos relacionamos con los demás, con el esfuerzo adicional que hacemos para entender por qué una persona tiene creencias diferentes a las nuestras, y con la capacidad de estar en desacuerdo y al mismo tiempo respetar a otros.
Comienza con el buen ejemplo que cada uno de nosotros damos al practicar el civismo en nuestra vida personal. Si podemos hacer eso, tal vez podamos cambiar el tono y restaurar la cortesía, no solo en Washington, sino también en todo nuestro gran país.
Jo Ann Jenkins es la directora ejecutiva de AARP.
También te puede interesar: