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9 compras de las que los jubilados a menudo se arrepienten

Desde barcos hasta casas rodantes, los compradores a menudo sienten remordimiento cuando se jubilan.


spinner image bote de pesca con un letrero que dice se vende en una marina
ISTOCK / GETTY IMAGES

 

No es por nada que a la fase inicial de la jubilación la llaman go-go days, un período de gran actividad y expansión. En los primeros años es común gastar, ya que los jubilados se dedican a concretar sueños, como un hogar de vacaciones, autos antiguos o juguetes caros. Pero para muchos adultos mayores, el arrepentimiento no tarda en llegar.

“Las personas tienen la idea de que se aproxima algo bueno, pero la realidad no cumple las expectativas”, dice Chris Manske, presidente de Manske Wealth Management en Houston. “Les cuesta mucho aceptar que eso que los entusiasmó tanto, eso con lo que soñaron, no es lo que querían”.​

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Los jubilados se arrepienten de una gran variedad de compras; pero hay algunas que encabezan las lista, incluidas las siguientes nueve.

1. Un barco

Esta es la compra por excelencia en la jubilación, algo con lo que las personas sueñan durante sus años de trabajo. Finalmente dejan el mundo laboral, compran el barco y se alistan para navegar hacia el horizonte cuando cae el sol. Pero ser propietario de un barco implica más que la compra, y los costos pueden sumarse con rapidez. Antes de que te des cuenta, lo que suponías que te iba a proporcionar alegría y libertad te está amarrando. “Los dos mejores días son el día en que compras el barco y el día en que lo vendes. Todo lo que está entremedio representa el riesgo de una discusión con tu cónyuge”, dice Denny Artache, asesor financiero en Artache Financial Group en Jupiter, Florida. “Si compras un barco por $80,000 y sales a navegar dos veces por mes, ¿es una forma sensata de usar el dinero?”.   

2. Vivir en un complejo turístico

Entre los jubilados que prefieren quedarse en tierra firme, vivir en un complejo turístico es una alternativa que hace furor. Y hay buen motivo para ello: tienes comidas al mejor estilo de un complejo vacacional, servicios de conserjería, limpieza semanal, un valet y una gran cantidad de actividades que pueden llenar fácilmente tu calendario social. Pero, advierte Manske, para muchas personas es una idea fabulosa el primer año; después, la novedad se agota rápidamente.

“Se dan cuenta de que todas las cosas que tenían valor, que les daban un propósito y eran gratificantes están dónde vivían antes”, dice. “Se mudaron y se dieron cuenta de que el lugar es lindo para unas vacaciones, pero no para vivir allí”. 

3. Una casa rodante

¿Quién no desea viajar cuando llegue la jubilación? ¿Y qué mejor manera de hacerlo que en una casa rodante? Tienes todas las comodidades del hogar y no tienes que preocuparte por conseguir alojamiento. Pero es posible que puedas calmar esa picazón de un viaje por carretera sin gastar decenas de miles de dólares en una casa rodante o cientos de miles en una casa rodante, sin mencionar los costos continuos de mantenimiento. Lo que sí tienes que hacer es llenar el tanque, algo que en las circunstancias actuales puede resultar costoso.

“Puedes alquilar una casa rodante en vez de comprarla”, señala Artache. “Si la vas a usar una vez al mes o tres veces al año, ¿necesitas realmente comprar una? Por supuesto que no. Muchas de esas cosas que hacen sentir bien a los jubilados pueden acumular muchos gastos”​.

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4. La casa de tus sueños

Se supone que la jubilación es una etapa en la que se reduce el espacio, pero para algunas personas es el momento de construir desde los cimientos la casa de sus sueños. Eso está bien para quienes tienen mucho dinero en el banco o pueden mantenerse dentro de un presupuesto. Sin embargo, a menudo “ese escenario se convierte en una verdadera desilusión, y a veces en una pesadilla”, observa Manske.

Cuando hacen una mejora aquí y otra mejora allá, los entusiastas de las mejoras descubren muy rápido que han usado gran parte del dinero que tenían para la jubilación. Esa construcción de ensueño de pronto se convierte en un pozo sin fondo al que va a parar el dinero en un momento en que no hay ingresos, dejando a los propietarios  “realmente estresados y frustrados”, dice MansKe. “Es algo de lo que los jubilados se arrepienten mucho”. 

5. Dar dinero a los hijos adultos

Es normal querer ayudar a los hijos sin importar la edad que tengan, pero dar demasiado puede hacer que los padres se arrepientan realmente de gastar de esa manera. Es cierto que tú tienes los medios para pagar la universidad de tus hijos o darles el depósito para comprar una casa, pero esa generosidad puede dejarte destituido en el futuro, particularmente si tienes un ingreso fijo. También puede crear conflictos familiares si tú esperas que te devuelvan el dinero, pero no lo recibes.  

6. Una propiedad de tiempo compartido

Una compra común en la jubilación son las propiedades de tiempo compartido, una inversión que resulta atractiva para muchos porque ofrece un lugar garantizado donde pasar las vacaciones y se puede compartir con la familia. Algunas empresas de tiempo compartido incluso tienen unidades en varias localidades. Pero este tipo de propiedad también viene con muchos costos, además de la inversión inicial. Hay un cargo anual de mantenimiento, servicios públicos e impuestos, que pueden absorber rápidamente tus ahorros jubilatorios.

“Las unidades de tiempo compartido son algo de lo que las personas realmente se arrepienten. Esa unidad puede drenar tus finanzas, y nunca puedes venderla por el precio que pagaste. Generalmente, son centavos por dólar”, dice Manske. “Es un agujero al cual arrojas dinero”. ​

7. Autos lujosos

Olvídate de que este tipo de extravagancia surge durante la crisis de la mediana edad: muchas personas esperan hasta jubilarse para comprar un vehículo de lujo. Es algo con lo que han soñado durante años sin considerar el hecho de que ese activo se deprecia en el preciso momento en que sale del concesionario. Incluso si pagas el auto al contado, todavía tienes que cubrir el combustible, el seguro y los gastos de mantenimiento. Y quienes piden dinero prestado para realizar la compra tienen que pagar el préstamo todos los meses.

Un pago mensual de un préstamo de automóvil significa endeudarse en un momento en el que, nuevamente, tus ingresos probablemente sean más bajos que cuando estabas trabajando. Incluso, si pagas en efectivo, aún debes cubrir el combustible, el seguro y el mantenimiento, que normalmente cuestan más para un automóvil de lujo.

“La razón por la que muchas personas se arrepienten es que compraron el auto cuando estaban jubiladas, en un momento en que contar con un flujo de dinero disponible es lo más importante”, dice Kevin Chancellor, director ejecutivo de Black Lab Financial Services, una empresa con sede en Melbourne, Florida. “Las casas rodantes y los autos se deprecian”.

8. Instrumentos musicales costosos

Tal vez fueras el guitarrista principal de tu banda de garaje adolescente o pudieras tocar un buen saxo en la agrupación de jazz de la universidad, pero gastar mucho dinero en un instrumento caro es algo que los jubilados a menudo lamentan.

“Están tratando de revivir algunos momentos de su juventud, sólo para darse cuenta de que no pueden mover los dedos como antes ni soplar la cantidad de aire que solían hacer”, dice Manske.

Puede que sólo después de la compra te des cuenta de que no era el instrumento por el que sientes nostalgia, sino la camaradería que sentiste (y la atención que recibiste) al estar en una banda, añade. “Eso no sucede jugando solo viendo lecciones en video de YouTube”.

9. Compra impulsiva en línea

​Internet hace que sea muy fácil comprar cosas que quizás no necesites pero que te abastezcas de todos modos porque crees que es una buena oferta. Con sólo unos pocos clics puedes tener de todo, desde muebles hasta comida, en la puerta de tu casa en días, si no horas. Pero esa compra impulsiva puede afectar tu flujo de efectivo si no lo mantienes bajo control, lo que a menudo genera arrepentimiento entre los compradores.

Lo mismo ocurre con los servicios de suscripción para cosas que puedes hacer tú mismo pero que pagas por conveniencia, como kits de comida o atención domiciliaria de rutina, dice Artache. No te resistas a “cocinar en casa, cortar [tu] propio césped y comprar alimentos a mejores precios”, añade. "[Tú] ahora tienes tiempo como persona jubilada".

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