Vida Sana
¿Estás por casarte con alguien que tiene hijos? ¿Sales con una persona divorciada, soltera o separada? ¿Te has casado hace poco y han creado una familia combinada que es tu propia versión del Brady Bunch? O tal vez solo buscas que el Día de Acción de Gracias con los hijos adultos de tu nueva pareja sea menos incómodo.
Con el paso de los años, las familias ensambladas son cada vez más comunes. Según un estudio publicado en Journals of Gerontology Series B, aproximadamente el 40% de las parejas mayores y de mediana edad que tienen hijos viven en familias ensambladas, es decir, tienen hijos de relaciones anteriores. La mezcla de familias no siempre es tan fácil como la pintaban Mike y Carol Brady en la serie de televisión, ya sea que los niños estén atravesando la angustia de la adolescencia o sean ya adultos y tengan su propia familia.
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Con frecuencia, la relación entre padrastros e hijastros es tensa, dice Maria Natapov, consejera de padrastros en Synergistic Stepparenting. "Y a menudo eso se convierte en un punto importante de discordia en la relación romántica", dice.
Sin embargo, la falta de un vínculo inicial con tus hijastros no significa que tu relación con ellos esté condenada al fracaso. Aquí te ofrecemos algunos consejos de expertos para encontrar puntos en común.
Tómate tu tiempo
Puede que estés ansioso por establecer un vínculo con tu nuevo hijastro, pero ir demasiado rápido o con demasiada intensidad no te hará ningún favor. "Sé que suena muy obvio, pero de verdad, construir la relación lleva tiempo. Se necesita tiempo para que el niño se abra", dice Natapov. La clave está en ir de a poco, y lo mejor es dejar que la relación evolucione en forma natural. Esto, según Natapov, ayudará al niño a adaptarse a tener una nueva figura parental en casa.
Un buen punto de partida es dejar que el hijastro tome las riendas. "Dale a tu hijastro el espacio que necesita y concéntrate en establecer gradualmente relaciones positivas con él. Cede el control. Lo que debes evitar es que el niño se sienta presionado, así que déjalo que tome la iniciativa y marque el ritmo", dice Aurisha Smolarski, terapeuta matrimonial y familiar licenciada en Los Ángeles y autora de Cooperative Co-Parenting for Secure Kids: The Attachment Theory Guide to Raising Kids in Two Homes.
No hables mal de la madre o el padre biológico
El hecho de que los padres de tu hijastro estén separados no significa que no colaboren en la crianza de sus hijos. Después de intercambiar correos electrónicos o llamadas telefónicas con una expareja sobre el niño, tu cónyuge podría sentir la tentación de desahogarse. Y es posible que tú también tengas algunas frustraciones al tratar con esa expareja. Pero no le hables mal al niño de su padre o de su madre; eso nunca es productivo.
"Se trata de uno de sus padres biológicos, y en lugar de acercarte a los hijastros, esa actitud los aleja, porque internamente comienzan a sentir que necesitan defender a ese otro progenitor porque tienen un vínculo muy estrecho con él", dice Natapov.
Y si puedes "brindar apoyo en vez de dividir", recibes puntos extra, dice Smolarski. "Cuando un niño puede sentir que su padrastro o madrastra no está creando división o conflicto entre sus padres biológicos o en el sistema de crianza compartida, tendrá menos estrés y podrá sentirse más a gusto, lo que ayudará a generar confianza", explica.
Haz un plan de crianza con tu cónyuge
Si te conviertes en madrastra o padrastro, es posible que no tengas bien en claro cuál es tu papel, sobre todo con niños que necesitan normas y límites. ¿Compartirán tú y tu pareja la disciplina y las decisiones sobre el cuidado de los niños? ¿Cuáles son los límites para los hijos mayores que viven en casa porque desean ahorrar o están buscando trabajo? O si tienen su propia familia, ¿se les permite dejar a los nietos en tu casa en cualquier momento y sin previo aviso? Una pareja debería resolver este tipo de cosas cuando la relación comienza a volverse seria y, de ser posible, antes de que la nueva persona conozca a los niños, dice Natapov. Ella sugiere que te sientes con tu pareja y hablen de cómo visualiza tu papel en la crianza de su hijo, y luego elaboren juntos un plan. Deberías examinarte internamente para ver con qué te sientes cómodo, dice, y comunicárselo a tu pareja. Luego, haz todo lo posible por ceñirte a eso. Es natural que la dinámica de tu relación cambie, y puedes reevaluar esto periódicamente con tu cónyuge. Pero establecer estos parámetros puede ayudar a que no te excedas ni te quedes corto.
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