¿Estás distanciado de tus nietos? No pierdas la esperanza
Consejos de expertos para una reconciliación cuando todas las puertas están cerradas.
El ser abuelo debería tratarse de tomar helados, alentar a los nietos en los partidos de fútbol los sábados por la mañana y enseñarles a montar bicicleta, a hornear un pastel o a usar una caña de pescar.
Pero algunas personas no pueden disfrutar de estos simples placeres con los hijos de sus hijos. El tiempo que pueden pasar con los niños está restringido. Los padres de los niños son los guardianes que deciden cuánto acceso tienen los abuelos a sus nietos, y a veces los conflictos familiares significan que ese acceso es limitado.
El efecto en los abuelos que no pueden interactuar con sus nietos puede ser soledad, dolor, vergüenza, culpa y el estigma derivado de que otras personas se preguntan qué habrán hecho para “enojar a su hijo”, dice Megan Dolbin-MacNab, profesora adjunta en Virginia Tech, quien ha estudiado la relación con los abuelos durante más de 20 años y es terapeuta familiar y de pareja.
Imagínate comer con amigos que te muestran las últimas fotos de sus nietos. Eso podría generar celos. “Es terriblemente doloroso”, dice Dolbin-MacNab. “Es una pérdida, es un duelo [...]. Podría ser vergonzoso”.
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Causas de distanciamiento
Una guerra fría entre generaciones se puede desencadenar por asuntos grandes o pequeños.
El divorcio y un nuevo matrimonio, o la muerte de un padre, pueden conducir a desacuerdos. O una nuera o un yerno crítico pueden cerrarle de golpe la puerta a un abuelo por sus propios motivos.
Esos motivos pueden abarcar desde disputas aparentemente menores sobre comida chatarra o tiempo frente a la pantalla hasta desacuerdos más profundos sobre las mascarillas y las vacunas contra la COVID-19, las técnicas de crianza, la política, la religión o la orientación sexual, dice Dolbin-MacNab.
En todo el mundo, los abuelos se valoran por su apoyo práctico, emocional y financiero, dice, y a medida que las personas viven más años, las relaciones con los nietos pueden durar décadas. Las personas mayores pueden ser cuidadores, historiadores de la familia, modelos a seguir y mentores.
Pero si un abuelo fue percibido como tóxico o abusivo en el pasado, sus hijos adultos pueden sentenciar: “No fuiste un gran padre (o madre) para mí, y no quiero que mis hijos estén expuestos a eso”, dice Dolbin-MacNab. Para la persona mayor, ese rechazo puede ser brutal, ya que la sociedad identifica el papel de abuelo como un rol divertido y gratificante.
Cuando la relación pierde el rumbo
Karl Pillemer, gerontólogo de Cornell University, describió sus hallazgos con respecto al distanciamiento en un libro publicado en el 2020, Fault Lines: Fractured Families and How to Mend Them. Un año antes, Pillemer había dirigido una encuesta nacional de 1,340 adultos de Estados Unidos y halló que alrededor de uno de cada diez participantes dijo estar distanciado de un padre o de un hijo. Los nietos a menudo son un “daño colateral” en medio de esa discordia, dice.
Pillemer ha identificado seis caminos principales que llevan al distanciamiento familiar, comenzando con lo que él llama el “largo brazo del pasado”, que puede incluir una historia de crianza dura, abuso y negligencia física o emocional, favoritismo o rivalidad entre hermanos.
Otros caminos incluyen un divorcio que genera hostilidad o debilita los lazos, la falta de aceptación de los parientes políticos por el resto de la familia (o viceversa), conflictos sobre dinero y herencias, diferencias en valores o estilos de vida y expectativas no satisfechas.
Cuando a los adultos mayores no se les permite ver a sus nietos, el distanciamiento puede llevar al aislamiento social o causar depresión, ansiedad, insomnio y baja autoestima, dice Pillemer. Y el estrés crónico resultante puede escalar súbitamente en un cumpleaños, una fiesta u otra ocasión, como el Día de los Abuelos en la escuela de los niños. Para compensar, algunos abuelos forzados al distanciamiento establecen relaciones con otros niños a través de trabajo voluntario o adoptan informalmente a los hijos de sus amigos, agrega.
6 consejos para lograr la reconciliación
Pillemer anima a los abuelos distanciados a que sean una presencia constante en la vida de sus nietos: mantener los canales de comunicación abiertos, enviar tarjetas de felicitación y regalos de cumpleaños, con la esperanza de que cuando el niño tenga 18 años y los abuelos puedan comunicarse con ellos directamente, haya una buena base para establecer una relación.
Sin embargo, no todas las familias deben retomar la relación con la abuela o el abuelo; no, si la persona mayor ha sido “abusiva emocional o físicamente o ha causado algún otro tipo de daño”, dice Pillemer.
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Pero si la meta es la reconciliación, Pillemer ofrece seis consejos:
1. Decide la reconciliación por ti mismo. Evalúa los beneficios para tu salud y bienestar.
2. Abandona la necesidad de disculpas. Toda historia tiene dos versiones, de modo que no asignes culpas.
3. Considera cuál fue tu papel en el distanciamiento. Reflexiona sobre la perspectiva de la otra persona.
4. Modifica las expectativas. No establezcas expectativas poco realistas, determina qué es lo mínimo que puedes aceptar.
5. Enfócate en el futuro. Olvídate del pasado y construye un futuro con límites y condiciones, según sea necesario.
6. Busca ayuda profesional. Un terapeuta o un mediador puede ayudar a diseñar un plan para iniciar el contacto con la otra persona.
Joshua Coleman, psicólogo del área de San Francisco y autor de Rules of Estrangement: Why Adult Children Cut Ties and How to Heal the Conflict, que ha ayudado a reunir a muchas familias distanciadas, ofrece un consejo adicional: como paso inicial para la reconciliación, él recomienda enfáticamente que los abuelos escriban una “carta de conciliación” a sus hijos adultos en la que digan que sienten lo sucedido y asuman responsabilidad por lo que, en la percepción del hijo, el padre ha hecho mal. “Es realmente una expresión pura de empatía”, dice, “y a menudo, para muchos hijos adultos, eso es suficiente para poner el acercamiento en marcha”.
Qué dice la ley sobre los derechos de los abuelos
La Corte Suprema de Estados Unidos emitió un fallo en el año 2000 sobre un caso en el que abuelos del estado de Washington solicitaron más visitas con las hijas de su hijo, quien había fallecido.
Los padres de los nietos nunca se habían casado; con el tiempo se separaron, y luego el padre murió. La madre había permitido que los abuelos paternos visitaran ocasionalmente a las nietas, pero los abuelos querían más. En ese momento, las leyes de Washington permitían que cualquier persona solicitara y obtuviera derechos de visita si eso contribuía al mejor interés del niño.
Tal como se dio el caso, la madre se casó y su marido adoptó a las niñas.
La Corte Suprema dio el fallo a favor de la madre de las niñas. Como madre idónea, ella tiene el derecho constitucional de tomar decisiones sobre el cuidado, la custodia y el control de sus hijas, expresó la Corte en Troxel vs. Granville.
De acuerdo con el abogado de Atlanta Thad F. Woody, las leyes estatales sobre las visitas a los nietos difieren. De todos modos, él no recomienda que los abuelos que desean pasar más tiempo con sus nietos entablen una querella legal, y dice que es mejor resolver las diferencias a través de un proceso de mediación en el que un tercero intenta ayudar a las partes en conflicto a solucionar un problema, sin el tiempo ni el costo que implica un litigio.
Katherine Skiba es escritora, editora y fotógrafa. Anteriormente, formó parte de la plantilla de AARP, el Chicago Tribune, U.S. News & World Report y el Milwaukee Journal Sentinel.