Elton John se sincera en sus nuevas memorias
La estrella detalla los altibajos de su extraordinaria vida en "Me".
In English | El muy ansiado primer libro de memorias de Elton John llegó a las librerías y es extraordinario. Me, que apropiadamente significa "yo" en inglés, incluye todos los esenciales de las biografías del rock and roll que podrías esperar: una niñez de clase trabajadora con padres horribles y un repentino y confuso camino a la fama, la lista de amistades célebres y de abusos hirientes por parte de la prensa amarilla, el consumo de drogas que desafía a la muerte y, por fin, la agradecida y final sobriedad. Pero lo cuenta con más colorido que la mayoría. Porque se trata de Elton John.
Sin embargo, más allá de la pompa, Me realmente es una historia sobre la llegada a la adultez y sobre el esfuerzo irregular de siete décadas de John para encontrar la alegría. Ahora, con 72 años, tras un combate contra el cáncer de próstata y tras ser padre de dos queridos hijos junto a su marido, David Furnish, parece haberla encontrado.
Aquí tienes algunos detalles interesantes del nuevo libro de esta estrella exuberante:
Su familia
Sus padres eran un lío. Su madre "sin duda tenía algunas ideas profundamente extrañas sobre la crianza", escribe, incluso "en una época en la que a los niños se los mantenía a raya a golpes". Su padre tenía tendencias de ira irracional. Pero su abuela Ivy Sewell, "adorable abuela", fue su roca. John descubrió su extraordinario talento musical tocando el piano de la abuela. ("Tras oír algo una vez, podía sentarme al piano y más o menos tocarlo a la perfección", relata). Cuando llegó a una edad más avanzada, Sewell se mudó a casa de John y se quedó con él hasta su muerte, en 1995.
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Cómo crea su música
Es bien rápido. "A veces tardo lo mismo en escribir una canción que lo que se tarda en escucharla", explica. "'Sad Songs (Say So Much)' fue así: me senté, leí la letra y la toqué, básicamente igual que se oye en el disco". Un día, tomando el desayuno, cuando tenía 24 años, escribió tres canciones completas: “Mona Lisas and Mad Hatters”, “Amy” y “Rocket Man".
Sus atracones de compras
Compró muchas cosas —tanto drogado como sobrio—, incluso un tranvía de Australia una vez que estaba drogado ("no el modelo de un tranvía, un tranvía de verdad"), que debieron entregar en su casa con dos helicópteros. Ha coleccionado objetos caros a granel, como lámparas Tiffany, antigüedades y obras de arte y hasta cursiladas de mal gusto. En un momento empezó a guardar el exceso en su cancha de squash.
Su ostentoso estilo de cortejo
Durante el noviazgo con su actual marido, David Furnish, le resultó imposible ser discreto. "Si quieres que tu relación no llame la atención, probablemente no te convenga tener por costumbre mandar dos docenas de rosas de largo tallo al trabajo de tu pareja", bromea. "Puede que el reloj de Cartier también fuera un error".
Su recuperación y sobriedad
Dejó de consumir drogas hace décadas, pero todavía sueña con la cocaína "casi todas las semanas, y llevo 28 años sin drogarme". Sin embargo, no le tienta: "Todo lo contrario... es una droga que hace que las personas actúen como idiotas". Ahora es el padrino de Eminem en Alcohólicos Anónimos: "Es maravilloso ayudar a la gente a volver a la sobriedad", explica.
El atractivo de la princesa Diana
La adoraba, y la describe como "compañía fabulosa, la mejor de las invitadas, increíblemente indiscreta, una tremenda chismosa". Todos la querían: una vez, en una cena en casa de John para personalidades de Hollywood en la que la princesa era una invitada especial, Sylvester Stallone y Richard Gere casi se pelean a puñetazos por ella. Según John, cuando Gere y Diana se sentaron juntos frente al fuego después de la cena, Stallone "se marchó enojado a casa".
Su futuro
Aunque John sigue queriendo escribir musicales, crear discos y continuar brindando apoyo a la Fundación contra el sida a la que ayuda hace ya mucho tiempo, también quiere hacer cosas normales de papá, como llevar a sus niños a la escuela y a comer pizza, "cosas que en un momento jamás hubiera pensado hacer". Pero "más que nada, quiero pasar tiempo siendo... pues, normal, o tan normal como podría esperar ser".