María Celeste Arrarás 20 años después, aclara 'El secreto de Selena'

Para que quede claro, ¿el secreto era la supuesta relación que tuvo con el Dr. Ricardo Martínez?

Ese es uno de los ingredientes. El secreto es más general, es básicamente que ella al momento de su muerte no era esa persona ultra feliz con esa vida perfecta que pintaban a los efectos que se había ganado un Grammy y que iba en una carrera meteórica hacia el estrellato, y que estaba totalmente felizmente casada con Chris. Ella al momento de su muerte estaba viviendo una gran tensión porque estaba siendo presionada por muchas personas que para ella eran importantes y se sentía que la estaban halando en diferentes direcciones. Todo esto dentro del contexto de lo que pasa con el doctor, que llega a su vida y obviamente la impacta, por decirlo así.

¿Crees que fue válido revelar entre líneas esta supuesta relación con el médico cuando Selena ya no estaba viva para confirmarlo?

Cuando escribí el libro, cada pedazo de información que está en ese libro fue confirmado por tres diferentes fuentes. Aparte de que era lo correcto, era un requisito de la casa editorial.

Pero desde el punto de vista humano, ¿no enfrentaste un conflicto para poder revelar una información así?

Por eso lo dije de la forma que lo dije: de una forma elegante y respetuosa. La realidad es la realidad. Yo soy una periodista y esta es la reveladora historia detrás de su trágica muerte. Está hecha para los que en verdad quieren saber lo que pasó y dicho con un tremendo respeto a su memoria —de una forma sutil pero clara— y ahora más clara todavía porque 20 años después ya no es algo que la gente ignora.

En el libro hablas del disgusto de Abraham Quintanilla, el papá de Selena, por tú haberlo escrito. Veinte años después ¿han podido limar asperezas?

Obviamente yo nunca tuve aspereza con ellos. Él estaba opuesto a todo lo que tuviera que ver —fuera una publicación o a cualquier persona que quisiera hacer algo— con relación a Selena. Punto. Él quería estar en todo, controlar todo y tratar de negociar todo. Y por supuesto, no lo pongo en duda, también quería hacerlo porque era su hija. Con el tiempo nos hemos encontrado y nos hemos saludado.

¿Cuando piensas en Abraham Quintanilla ¿qué es lo primero que te viene a la mente?

El dolor de un padre es lo primordial. A él lo criticaron mucho por la forma como manejó las cosas de Selena, pero es muy difícil ponerse en su lugar, porque nadie que no ha pasado por eso puede determinar cómo reaccionaría en una situación así.

¿Y cuando piensas en Yolanda Saldívar?

Yo creo que hasta el día de hoy ella justifica lo que pasó a su manera.

Hemos hablado de los cambios en el libro a través de estos 20 años. Y tu vida,  ¿cómo cambió en este tiempo?

Como escritora he madurado muchísimo. Este libro lo escribí básicamente escribiendo con un dedo; ahora ya escribo rápido. Ahora tengo dos programas, pero me gusta. Este tipo de arreglo que tengo ahora me permite explorar en todas las gamas de noticias.

¿Piensas dejar alguno de los dos programas? Si así fuera, ¿cuál sería?

Es una pregunta que me hacen bastante y me la he hecho, y no tengo la respuesta porque cada uno de ellos me da una satisfacción diferente. Es como tener dos hijos: ¿a cuál de los dos renuncias si tienes que quedarte con uno?

Cuando escribiste el libro, no tenías hijos. Ahora tienes tres hijos adolescentes… ¿Cómo encuentras tiempo para escribir libros, dirigir dos programas y compartir con ellos?

Con muchas ojeras. Pero creo que el éxito emocional es siempre ver las cosas positivas y yo en vez de sentirme agobiada o lamentarme, me digo: ‘deja aprovechar esta etapa que estoy tan ocupada, porque significa que me está yendo bien en el trabajo, mis hijos aún están conmigo y los puedo aprovechar’.