Tras las huellas de ‘El Puma’
Un recorrido por los casi 50 años en la música del cantante venezolano José Luis Rodríguez.
por: Ernesto Lechner, actualizado el 30 de noviembre de 2021
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La electricidad de la música
El 14 de enero de 1943, nace en Venezuela uno de los cantantes indispensables de la música romántica en Latinoamérica. Maestro de la balada y el bolero, José Luis Rodríguez González —conocido en todo el continente americano como “El Puma”— es el más joven de 11 hermanos. Luego de un breve exilio político en Ecuador por cuestiones ideológicas de su madre, el joven José Luis cursa estudios de técnico electricista en Caracas mientras desarrolla una implacable pasión por la música.
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Primeros pininos
A principios de los años 60, Rodríguez entra como cantante al grupo juvenil Los Zeppy, y graba con ellos dos LPs entre 1961 y 1962. Evocando la inocencia de la época, temas como “Amorcito” y “Verano de amor” combinan cierta influencia tropical con las cálidas armonías vocales del doo wop estadounidense. Patrocinado por el músico venezolano Chelique Sarabia, compositor del bolero “Ansiedad”, empezó a aparecer con regularidad en su programa de televisión, para después lanzar su primer disco solista, aunque con escaso éxito comercial.
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De la Billo’s al mundo
Aparece una oportunidad envidiable: es descubierto por el talentoso Billo Frómeta, director de la orquesta tropical más importante de la música venezolana, la legendaria Billo’s Caracas Boys. Se suma a esta agrupación en 1963, reemplazando al extraordinario Felipe Pirela y haciéndose famoso en el mundo de la música afrocaribeña como intérprete de boleros. “Un sueño nada más”, “Desconocidos” y “Un cigarrillo, la lluvia y tú” son algunos de sus momentos más trascendentales con la Billo’s, con la que realiza extensas giras.
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Baladista y actor
En 1966, Rodríguez comienza una carrera paralela como actor en la televisión venezolana. Ese mismo año se casa con la actriz y cantante Lila Morillo, con la que tendrá dos hijas. Su carrera solista empieza sin demasiada gloria. En 1968, sin embargo, su excelente LP Lo romántico de José Luis lo encuentra volcado al género de la balada, con suntuosos detalles orquestales como las campanitas que dan comienzo a “Ayúdame”, uno de sus primeros grandes éxitos.
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‘Grito’ definitivo
El disco Grito al mundo (1969) consagra a Rodríguez como uno de los baladistas supremos de Latinoamérica, alcanzando el mismo nivel de ilustres contemporáneos como José José y Roberto Carlos. Con el tema “No, no puede ser” gana el tercer puesto en el Primer Festival de la Canción Latina en el Mundo. Son los primeros años de la balada como género definitivo en la música latina de esa época, y la experiencia previa de Rodríguez como bolerista le agrega un carisma particular a su repertorio.
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Nace ‘El Puma’
Mientras que la carrera musical de Rodríguez se retrasa en cruzar las fronteras, su participación en la telenovela Una muchacha llamada Milagros (1973) le abre puertas en el extranjero, además de otorgarle el apodo definitivo de “El Puma”, nombre del personaje que interpreta. En esa misma década, abandona el catolicismo, se bautiza como protestante en Puerto Rico, y en 1976, graba un LP de canciones cristianas, Una nueva canción, para el sello Salvation Records.
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Se consagra
En 1977, llega finalmente la internacionalización de El Puma. Una decisión clave es grabar en España una serie de discos colaborando con el compositor Manuel Alejandro, rey del pop hispanoamericano. El primero de estos, Una canción de España, luce un sonido depurado, con percusión suave y los coros grandilocuentes que cautivarían el gusto del público en los años 80. El disco abre con la balada “Voy a perder la cabeza por tu amor”, tema principal de la telenovela puertorriqueña Cristina Bazán, protagonizada por El Puma.
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El precio de la fama
Demostrando una gran ambición por conquistar nuevos territorios, El Puma incursiona en el mercado brasileño con el sencillo “Dono de nada” y en Italia con el LP Due come noi, además de presentarse exitosamente en el Festival de San Remo de 1984. Su éxito descomunal crea tensiones en su matrimonio y la pareja termina divorciándose en 1986. Al año siguiente, se casa con la modelo cubana Carolina Pérez (en la foto), con la que tiene una hija y continúa en pareja hasta el día de hoy.
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Cambio de escena
Como tantos otros artistas del pop hispanoamericano, El Puma establece residencia en Estados Unidos, accediendo así no solo al mercado de los latinos en el país del norte, sino también a México. En 1997, genera un llamativo renacimiento artístico con el disco Inolvidable, celebrando el maravilloso cancionero de Los Panchos. Sus versiones de clásicos como “La hiedra”, “Amorcito corazón” y “Rayito de luna” se caracterizan por un evidente respeto al material original. El disco genera dos secuelas, en 1999 y 2001.
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‘Inmenso’
En el 2002, prácticamente ignorado por la crítica y el público, aparece el extraordinario Champagne, astuto homenaje a la ternura de las baladas europeas de los 70; un guiño de ojo a la época más creativa del Puma. Con las cuerdas vocales algo desmejoradas, el cantante es además diagnosticado con una enfermedad pulmonar incurable que le dificulta la respiración. Pero sigue luchando. En el 2014 publica su autobiografía, y en el 2017 aparece Inmenso, donde revisita su cancionero con una ilustre galería de artistas invitados.
Nota del editor: este artículo fue publicado originalmente en el 2017.