Vida Sana
En 1997, a los 33 años, luego del estreno de su tercera película, I Went Down, Paddy Breathnach se convirtió en el talento más cotizado de su natal Irlanda. La cinta desafiaba muchas de las convenciones del género de gánsteres y esa extraña mezcla de ternura, humor y violencia se convirtió en el sello del director. Su siguiente filme, Blow Dry (2001), logró reunir a algunos de los actores más prometedores del momento: Alan Rickman, Natasha Richardson, Rachel Griffiths, Josh Hartnett y Hugh Bonneville, y a la modelo Heidi Klum. Las expectativas eran, obviamente, muy altas y la renuencia de Breathnach a ceñirse a un género especifico, actuó en contra del filme que no tuvo el éxito que se esperaba. Después de una carrera algo irregular, Breathnach regresa en Viva a esos primeros intentos de ir a contracorriente de las restricciones de cada género. Viva estuvo entre las nueve finalistas al Oscar para mejor cinta extranjera, pero fue eliminada en la ronda final. Entre los productores ejecutivos de Viva está el actor puertorriqueño Benicio del Toro.
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AARP: ¿Cómo se involucra un director irlandés como usted en una historia sobre Cuba? ¿Habla español?
Paddy Breathnach: Prácticamente tuve que aprender español para hacer la película. He viajado muchas veces a Cuba y es un país que me fascina. Suelo en mis viajes a la isla ver teatro y acudir a clubes nocturnos y la inspiración para la historia fue un espectáculo de travestis que presencié una vez. No me llamó tanto la atención el show en sí mismo sino la respuesta emocional de una muchacha sentada en la mesa contigua: lloraba muy conmovida. Yo le pregunté que qué le pasaba y me dijo que el artista en el escenario era su hermano y que nunca lo había visto más realizado que en ese momento. Esto me llevó a pensar en algo que siempre me ha interesado mucho que es la búsqueda de nuestra propia identidad y el hecho de que algunos tenemos que hasta disfrazarnos para ser nosotros mismos. El guionista [Mark O’Halloran] y yo volvimos muchas veces a investigar el país y el mundo de los espectáculos de travestis. Él comenzó a escribir desde el 2007, así que lo trabajamos bastante tiempo.
AARP: ¿El guion fue escrito en inglés?
PB: Fue escrito en inglés y traducido al español. Así que estuve muy involucrado en eso. Pero no dejé de ponerme nervioso por ser una persona que habla inglés y que va a hacer una película en español, hasta que empecé a filmarla y me di cuenta que no tenía necesidad de estar nervioso, que el idioma es importante, pero no lo es todo. Hay una gran cantidad de otros aspectos como la lectura de emociones, respuestas intuitivas, etc.
AARP: Es interesante, porque aun como mexicana, me sorprendió el lenguaje; su acento, sus metáforas, la extraordinaria riqueza de sus maldiciones—es muy divertido.
PB: Sí, el guion tenía su equivalencia en el lenguaje coloquial inglés que se utiliza en Irlanda, así que estoy muy familiarizado con eso.
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