Julie Andrews: lo que sé ahora
La amada actriz y cantante nos habla del sentido del humor, los silbidos y los nuevos comienzos.
Siempre debes estar preparado
Para mí, la disciplina es muy importante. Es decir, si investigué por mi cuenta, si sé lo que estoy haciendo, entonces puedo lanzarme en vez de simplemente andar dando vueltas. La señora Lilian Stiles-Allen me enseñó a hacerlo así durante toda la vida. Desde que yo tenía 9 años hasta el día en que falleció en 1982, ella fue mi profesora de canto y me enseñó buena dicción, colocación, todo. Fue una dama maravillosa y una gran mentora. ¿Cuánta suerte puede tener una muchacha?
Una cucharadita de azúcar
Si yo no era amable, que Dios me ayudara. Mi madre solía decir: “Ni te atrevas a abusar de tu autoridad. Siempre hay alguien que puede hacer lo mismo que tú y mucho mejor que tú”. Y yo era joven y sabía que me faltaba aprender mucho.
Algunas cosas que lamenta
Todos piensan que provengo del Castillo de Windsor o algo por el estilo. Pero de niña, andaba muy ocupada trabajando. Para lo único que tenía tiempo era para leer en trenes y en aviones. Cuando no fui a la universidad porque estaba trabajando, le dije a mi madre: “¿Estás segura de que no echaré de menos haber ido a la universidad?”. Dijo: “Obtendrás una educación mucho mejor de la vida”. Pero siempre quise haber tenido una verdadera educación.
La manera en la que la creadora de Mary Poppins percibió a Andrews como la niñera
No sé lo que pensó P.L. Travers. Me dijo: “Eres muy bonita, y tienes la nariz para esto”. Estoy segura de que ganó mucho dinero con facilidad. Ella era muy fuerte y astuta.
“Cuando me desperté de una operación para extirparme un quiste de una de las cuerdas vocales, ya no tenía voz para cantar. Me deprimí. Sentía que había perdido mi identidad”.
Tener voz...
Habría sido una señora bastante triste si no hubiera tenido una voz a la que aferrarme. Cantar era lo más importante de todo, y no quiero ser optimista como Pollyanna sobre lo increíblemente perdida que habría estado sin eso.
...y perder su voz, en 1997
Cuando me desperté de una operación para extirparme un quiste de una de las cuerdas vocales, ya no tenía voz para cantar. Me deprimí. Sentía que había perdido mi identidad. Pero por suerte, ese fue el momento en el que a mi hija Emma y a mí nos pidieron escribir libros para niños. Así que tuve una nueva carrera a los sesenta y tantos años. Esa fue una sorpresa buenísima. ¿Pero echo de menos poder cantar? Sí, de verdad me hace falta.
Reír juntos
No puedo imaginarme un buen matrimonio sin un buen sentido del humor. Nos reíamos mucho. Blake [Edwards, el difunto director, con quien ella estuvo casada por 41 años] me dijo: “Apenas te vi riéndote de las tomas eliminadas que te mostré, pensé, Esa es la muchacha para mí”.
Silba una melodía feliz
Me encantaría poder pintar. Me encantaría ser buena cocinera, pero soy pésima.
No tengo la paciencia para eso. Pero debo decir, puedo silbar muy bien. Muchos cantantes son así. —Según relatado a Margy Rochlin
Julie Andrews, quien tiene 84 años, es actriz y la autora de Home Work: A Memoir of My Hollywood Years.