6 cosas que debes saber sobre los gastadores compulsivos
Cómo reconocer las señales y encontrar ayuda para los adictos a las compras.
Todos manejamos el dinero en forma diferente, según nuestra personalidad y nuestras experiencias de vida. Hay personas a quienes el ahorro puede brindarles una sensación de seguridad; para otras, gastar dinero puede resultar placentero. Lamentablemente, para las personas adictas a las compras —aquellas que gastan en forma compulsiva a pesar de las consecuencias— el dinero puede ser una fuente de dolor, ansiedad e inseguridad.
“Si creciste en una familia en la que el dinero era justo, puede ser que tengas mentalidad de escasez”, dice Patrick Durst, un planificador financiero certificado en LifeMark Securities Corp. en Centennial, Colorado. “Ahorras cada centavo y no gastas nunca”. A lo mejor podrías aprender a disfrutar más si ya has pasado los 50 o te has jubilado después de trabajar duro toda tu vida.
Tu pareja, por otro lado, tal vez sea propensa a gastar o despilfarrar, o disfrute de alguna extravagancia de vez en cuando. Tess Zigo, una planificadora financiera en Emerge Wealth Strategies en Palm Harbor, Florida, dice que entre ella y su marido logran un buen equilibrio. Ella es la que ahorra, y su marido la alienta a gastar para disfrutar de la vida ahora (esto es prueba de que las parejas pueden hallar un punto medio y resolver los problemas de dinero).
Los resultados de un estudio publicado en marzo en la revista Journal of Behavioral Addictions indican que las compras compulsivas aumentaron en el 2020, durante los primeros seis meses del brote de COVID-19. Los investigadores también señalan que los compradores compulsivos a menudo “tienen una cantidad descontrolada de deudas, lo cual crea problemas económicos y emocionales para ellos y para sus familias”.
Al igual que el alcoholismo o la drogadicción, la necesidad compulsiva de comprar puede ser un trastorno muy grave, dice Lamar Brabham, director ejecutivo y fundador de Noel Taylor Agency, una empresa de servicios financieros en North Myrtle Beach, Carolina del Sur. “Si tú o tu cónyuge están endeudados y no tienen la fortaleza para controlar los gastos, busca ayuda. Es posible recuperarse”. A continuación encontrarás más información.
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1. Un problema reconocido desde hace tiempo
Es necesario mencionar que el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría no clasifica oficialmente el problema como un trastorno de adicción a las compras, también llamado trastorno de compra compulsiva u oniomanía. Sin embargo, el psiquiatra alemán Emil Kraepelin lo identificó por primera vez como un problema hace mucho tiempo, a principios del siglo XX.
Muchos expertos lo reconocen. Un análisis del trastorno de compra compulsiva realizado en el 2007 y publicado en World Psychiatry señala que el problema está asociado con trastornos del estado de ánimo, ansiedad, consumo de drogas, trastornos alimentarios y otros problemas del control de impulsos. Tiende a presentarse en familias que padecen estas enfermedades.
2. Por qué algunas personas no pueden dejar de comprar
Según un artículo publicado en Frontiers in Psychology en el 2016, los compradores compulsivos compran para mejorar su estado de ánimo, hacer frente al estrés, obtener reconocimiento o aprobación social y mejorar su autoimagen. En cambio, con frecuencia se arrepienten, tienen remordimientos o sienten vergüenza o culpa, y luego se encuentran en problemas financieros y en conflicto con sus seres queridos. A pesar de todo eso, siguen comprando.
En el 2006, la investigadora británica Helga Dittmar, profesora de Psicología Social y Aplicada en University of Sussex, dijo que hay dos factores que pueden poner a las personas en riesgo: “Tener valores sumamente materialistas y una imagen pobre de sí mismas”. Algunas personas ven la acumulación de posesiones como un camino hacia el mejoramiento personal.
3. Tanto los hombres como las mujeres son susceptibles al problema
El análisis realizado por World Psychiatry también indica que el problema se encuentra en todo el mundo y afecta a casi el 6% de la población en el país. Tiene especial prevalencia durante las fiestas de fin de año, una época que para muchas personas resulta difícil emocionalmente y en la que hay mucha presión para comprar en línea y en las tiendas.
Si bien la mayor parte de la investigación se ha centrado en las mujeres, los hombres también pueden verse afectados. A menudo llamados “coleccionistas”, pueden obsesionarse con subastas de herramientas, aparatos, equipos tecnológicos y cámaras fotográficas. Las mujeres tienden a comprar ropa, joyas, maquillaje y artículos artesanales o para el hogar.
4. Busca estas señales delatadoras
¿Tu cónyuge tiene una adicción seria a las compras? Los siguientes pueden ser signos de un problema grave que requiere atención.
- Cada vez que tu pareja está deprimida, pasa horas en los sitios de compras en línea, incluso en medio de la noche.
- Va al supermercado a comprar “unas pocas cosas” y vuelve con bolsas de productos que no necesitan.
- Hay un armario lleno de ropa que nunca ha usado, todavía con etiquetas. O descubres que te mintió y escondió montones de ropa o de cámaras.
- Llega el vencimiento de las cuentas y no puede pagar el mínimo requerido en las tarjetas de crédito, que están al límite.
Zigo tuvo un cliente que descubrió que su esposa era adicta a comprar artículos para proyectos de artesanía. “Acumuló alrededor de $40,000 en cargos de tarjetas de crédito. Recurrieron a la consolidación de deudas, cortaron las tarjetas de crédito y gastaban solo su asignación en efectivo”, cuenta.
5. Tu responsabilidad (y dónde termina)
Como cónyuge, ¿eres responsable del pago de esas cuentas? La respuesta depende de si vives en un estado con propiedad comunitaria o distribución equitativa.
En el Distrito de Columbia y los 42 estados que se adhieren a las reglas de propiedad del derecho consuetudinario, las deudas pertenecen a ambos cónyuges, pero solo si el dinero se destinó a compras conjuntas o a alimentos, vestimenta, alojamiento u otras necesidades que beneficiaron al matrimonio. Así y todo, tú y tu cónyuge pueden ser responsables si ambos firmaron un contrato que exige que tú hagas los pagos. En estos estados, los acreedores de tu cónyuge podrían reclamar tus ingresos y propiedades, o las propiedades en común, si la deuda se originó en necesidades o compras conjuntas.
Además, en algunos estados con derecho consuetudinario, un acreedor también puede reclamar tu propiedad conjunta para pagar deudas incurridas en forma separada por tu cónyuge, incluso si los fondos no se gastaron en necesidades. Sin embargo, en la mayoría de los estados, el acreedor podría tomar solo la mitad del dinero en la cuenta conjunta.
Arizona, California, Idaho, Luisiana, Nevada, Nuevo México, Texas, Washington y Wisconsin son estados de propiedad comunitaria. Las deudas contraídas durante el matrimonio —no importa quien las incurra— se consideran propiedad comunitaria. Si tienes alguna inquietud, consulta con un abogado sobre las leyes específicas de tu estado.
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6. Soluciones que puedes explorar
¿Dónde encontrar ayuda? Debtors Anonymous (en inglés), un programa de doce pasos, ofrece reuniones presenciales en todo el país, pero deberías averiguar de qué modo la pandemia de COVID-19 está afectando sus servicios. Además, las personas comparten sus experiencias en las redes sociales. Entre los grupos privados de Facebook se cuentan Shopping Addiction Recovery & Support, Shopping Addiction Support y Shopaholics Anonymous.
Con el consentimiento de tu pareja, invita a una persona objetiva a escuchar ambos lados de la situación y ayudar a identificar la raíz del problema. Podría ser un terapeuta matrimonial, un planificador financiero o un terapeuta financiero. Un planificador o asesor financiero puede ayudar a establecer metas financieras realistas; un terapeuta financiero combina esos conocimientos con experiencia terapéutica. La Asociación de Planificación Financiera (FPA) y la Asociación de Terapia Financiera (FTA) (enlaces en inglés) ofrecen herramientas para encontrar proveedores calificados en tu área.
¿Qué es un propiciador? Un amigo que alienta a tu pareja a gastar en un restaurante caro, en una tienda o en línea. “Cuando ciertas persona o cosas causan problemas, hay que eliminarlas. Es por tu propio beneficio”, dice él.
Patricia Amend es autora y editora de estilos de vida desde hace 30 años. Ha sido redactora de planta en la revista Inc., periodista en Fidelity Publishing Group y redactora principal en Published Image, una empresa de educación financiera que fue adquirida por Standard & Poor's.