Vida Sana
Al reflexionar sobre la extraordinaria historia de la Dra. Ethel Percy Andrus, fundadora de AARP, nos damos cuenta de que para muchas personas ella significó muchas cosas: maestra, patriota, mentora, líder, visionaria, creadora de tendencias, cuestionadora, defensora, innovadora y una voz para los adultos mayores que luchan por salir adelante. Más que nada, ella fue una catalizadora. Nuestra fundadora creía profundamente en el poder de los individuos para mejorar sus propias vidas y liderar el cambio social, haciendo que la vida fuera mejor para los demás.
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AARP ha evolucionado considerablemente desde que la Dra. Andrus falleció en 1967. Pasó de ser una operación emergente que ella administraba desde su casa a una de las organizaciones sin fines de lucro y sin afiliación política más influyentes y más grandes del mundo. De un millón de socios en 1960, AARP ha crecido a 38 millones de socios, con unos 60,000 voluntarios; una plantilla de más de 2,300 empleados y oficinas en los 50 estados, el Distrito de Columbia, Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EE.UU. ¿Y esa revistita que escribía y publicaba desde la mesa de su cocina? Ahora es la revista más leída en todo Estados Unidos. Durante todo este tiempo, nunca nos hemos apartado de la misión social y los valores fundamentales que la Dra. Andrus estableció para la organización en 1958.
"Continuamos con la visión de la Dra. Andrus, y nuestra visión, de una sociedad en la que todas las personas vivan con dignidad y con un propósito."
Nunca tuve la oportunidad de conocer a la Dra. Andrus (nací en el año en que ella fundó AARP), pero todos los días me siento inspirada y considero un honor seguir sus pasos. Ella me inspira a transformar el envejecimiento al desafiar creencias y estereotipos obsoletos; a abrazar una cultura de innovación; a luchar por la justicia social y acabar con la discriminación por edad, especialmente en el lugar de trabajo; y a seguir defendiendo y encontrando soluciones para los problemas por los que ella luchó en su momento y nosotros luchamos ahora: el cuidado de la salud, la fortaleza financiera y satisfacción personal, o salud, dinero y amor.
Debido a los temas por los que la Dra. Andrus luchó, y por los que continuamos luchando hoy en día, muchas sociedades que en su momento veían a la población que envejecía solo como unos jubilados dependientes, ahora comienzan a ver en ella trabajadores experimentados y capaces. Donde antes solo veían altos costos, ahora comienzan a ver un mercado de consumo de rápido crecimiento que está reforzando nuestras economías. Y donde antes solo veían un grupo creciente de dependientes, ahora comienzan a ver comunidades intergeneracionales con fortalezas nuevas y distintas.
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