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Es natural que los parques nacionales nos asombren por su inigualable belleza geográfica. Sin embargo, no se encuentra este esplendor desmesurado en el Parque Nacional Valle Cuyahoga (CVNP en inglés), a menos de 20 millas al sur de Cleveland. Al contrario, este parque nacional, el único en Ohio, presenta colinas ondulantes con valles ocultos por la neblina a lo largo de 33,000 acres. El trasfondo, un paisaje esculpido por los glaciares y tallado por el zigzagueante río Cuyahoga, ejemplifica la modestia de la región central del país, impactante, pero sin excesos. Un parque fotogénico, pero sin alardes.
El parque atrae a 2.2 millones de visitas por año, gracias a una combinación de elementos: ofrece una naturaleza serena, la posibilidad de aventura y la riqueza histórica. Los espesos bosques, las impetuosas cascadas y el lecho de roca teñido de cobre relatan su pasado de antiguos mares que cubrían esta tierra hace unos 400 millones de años. Durante miles de años, las tribus indígenas como los hopewell y los whittlesey cazaron, cultivaron la tierra y practicaron el comercio en las tierras fértiles. Después de que el país se independizó, los colonos llegaron para asentarse.

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A finales del siglo XVIII, Connecticut tomó posesión de una franja de 120 millas de ancho a lo largo del lago Erie, conocida como la Reserva Occidental, que incluía al valle Cuyahoga. Posteriormente, los colonos dieron inicio al proyecto trascendental del Ohio and Erie Canal, una vía navegable que fomentó el comercio y dio renombre a la región que desde 1803 sería Ohio. Pero con el tiempo, la revolución ferroviaria del país a fines de la década de 1850 y la subsiguiente industrialización de la región noreste de Ohio convirtió al río Cuyahoga en un vertedero general de desechos industriales y aguas residuales, los que generaban grandes incendios en el río contaminado. En el año 1969, esas llamas desataron un movimiento ecológico que condujo a la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), así como a la protección del valle Cuyahoga bajo la designación de área recreativa nacional.
Fue convertido en un parque nacional en el 2000 y hoy en día se destaca como un éxito ecológico.

Ubicación: región noreste de Ohio
Acres: 33,000 acres
Mejor vista: el mirador Ledges Overlook, a alrededor de 200 pies sobre el río Cuyahoga
Punto más bajo: río Cuyahoga, 590 pies
Millas y cantidad de senderos: 125 millas a lo largo de más de 50 senderos
Atracción principal: cascada Brandywine Falls
Precio: gratis
Mejor forma de verlo: a bordo del tren panorámico Cuyahoga Valley Scenic Railroad o recorriendo el sendero Towpath Trail en bicicleta
Cuándo ir para evitar multitudes: a mediados de semana en el verano, así como en invierno, primavera u otoño
“Nuestro parque nacional es una historia de vindicación”, dice Rebecca Jones Macko, guardaparques interpretativa. “Nuestro río fue designado un área de preocupación —la lista de los que no cumplen los requisitos de la EPA— y estamos más que encaminados para que nos saquen de la lista. Cuando antes teníamos apenas tres especies de peces, ahora contamos con 70. Estas gestiones comenzaron como un movimiento comunitario y surtieron efecto".
No escasean las experiencias en el CVNP, y la diversidad de puntos de interés atraen a los visitantes de todo tipo. “En el medio del parque tenemos granjas, un mercado de agricultores y un bello pueblito que nos remonta al pasado”, explica Macko. “¿Quieres observar aves? Muy bien. ¿Hacer un recorrido en kayak? Por supuesto. ¿Prefieres relajarte, beber vino y contemplar a tu alrededor? Tenemos una bodega. Si buscas, hallarás algo de interés para todos”.
Planea una visita
El Parque Nacional Valle Cuyahoga se considera uno de los más urbanos que hay entre los parques nacionales, ya que está a unos 30 minutos al sur del centro de Cleveland. Los residentes de Ohio viven cerca y, en algunos casos, dentro del parque de 50 millas cuadradas. Para ellos es tan familiar como su propio patio trasero, un atajo al conducir de este a oeste y una ruta para salir a correr a la mañana o para pasear al perro. Por eso , es fácil hacer una visita al parque.
No te toparás con portones de entrada, ni filas largas o permisos en el valle. Los visitantes entran y salen con facilidad, a través de decenas de caminos de acceso en el perímetro del parque. La entrada es gratuita y el parque se mantiene abierto el día entero, todos los días —incluso los feriados—. Las únicas áreas que cierran todos los días desde el anochecer hasta el amanecer son la cascada Brandywine Falls, el lago Kendall, el pabellón Octagón y la saliente rocosa del área Virginia Kendall.
La mejor forma de conocer la belleza del valle Cuyahoga es a través de un viaje en auto. Las rutas interestatales 77, 80 y 271 pasan cerca y atraviesan el valle Cuyahoga, lo cual significa un trayecto directo desde Pittsburgh (I-80, 110 millas al sudeste) y Columbus, Ohio (I-71, que conecta con la I-271, 130 millas al sudoeste).
Si vas a viajar en avión, comienza tu viaje en el aeropuerto internacional Cleveland Hopkins, al sudoeste de la ciudad. En el aeropuerto hay un servicio gratuito de ómnibus rápido hasta el centro de alquiler de automóviles cercano. De allí, viaja por la ruta I-71 durante 25 minutos y por la I-80 hasta llegar al pueblo de Península, que es céntrico y se encuentra flanqueado por bosques y entradas de senderos.
Gracias al servicio celular confiable y a las paradas de descanso frecuentes en los senderos, la accesibilidad reina en el valle Cuyahoga. El parque ofrece de todo: desde senderos que cruzan arroyos hasta sendas de ciclismo de larga distancia y pistas de esquí, y ni que hablar de las oportunidades para observar la fauna silvestre (águilas calvas, castores y más), que son mejores al amanecer y anochecer.
En casi todos los puntos de interés, restaurantes y entradas de senderos hay estacionamiento y baños cercanos. Los fines de semana los estacionamientos se congestionan, en particular para los puntos de interés concurridos como la cascada Brandywine Falls.
Las estaciones del año son bien marcadas en Ohio y cada mes brinda una nueva experiencia en el parque. Las flores silvestres colorean el valle con estallidos de rosa, morado y amarillo en la primavera. El verano es muy plácido con un calor moderado, animados mercados de agricultores, recorridos en canoa y kayak (pueden alquilarse fuera del parque) y conciertos en Blossom Music Center, el anfiteatro al aire libre donde la orquesta de Cleveland da conciertos en el verano. Cuando el otoño desciende en el valle, el espectáculo lo da el impactante follaje dorado y rojizo. Los rumores son ciertos: los inviernos de Cleveland son de un frío polar, pero vale la pena abrigarse para aprovechar las excursiones del parque en esquí, trineo y raquetas de nieve. Todo el año se ven multitudes constantes, pero Macko dice que las fechas más concurridas son el Día de la Recordación, el fin de semana del 4 de Julio y el mes de agosto.

Dónde alojarse y comer
Para alojarte en el CVNP, te recomendamos una combinación de historia, encanto y verdadera hospitalidad regional con estas dos joyas: Inn at Brandywine Falls y Stanford House (en inglés), ambos en el parque, a minutos de Península.
En la posada más lujosa, Inn at Brandywine Falls, quedarás deslumbrado con una vista directa de la cascada más imponente del valle, Brandywine. La casona principal cuenta con cuatro suites encantadoras, entre ellas la muy solicitada Simon Perkins Room, que tiene vista a la cascada. Un antiguo granero para carruajes alberga las suites más lujosas: Granary y Loft. Todas las habitaciones cuentan con baño privado y además hay una sala de estar compartida, biblioteca, comedor y cocina, donde los huéspedes pueden congregarse para las comidas y el entretenimiento.
La historia de Stanford House abarca dos siglos, donde generaciones de Stanford vivieron y labraron su tierra. Hoy en día se ha convertido en un B&B para recibir huéspedes. Por su alojamiento rústico e histórico, es casi como dormir en un museo. Cuenta con nueve habitaciones, dos baños comunitarios (con duchas y compartimentos), una cocina de autoservicio, un comedor compartido y un pozo de fuego al aire libre. Desde allí se llega a pie a las cascadas, los senderos boscosos y el río Cuyahoga.
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