Vida Sana
La carretera Panamericana es una red de aproximadamente 30,000 millas de carreteras que une el continente americano, atravesando 14 países, desde Alaska hasta el fin del mundo, en Argentina, lo que la convierte en la carretera más larga del mundo. Si tienes la pasión de recorrer una vasta región en automóvil, esta —sin duda— es la oportunidad para salirse de lo tradicional, pues atraviesa desiertos, ciudades, bosques tropicales, así como distintas formas de vivir. En EE.UU., el gobierno federal considera todas las rutas interestatales como parte de la carretera Panamericana, así es que hay un sinnúmero de paradas que puedes hacer. Estas son algunas paradas recomendadas en diferentes países, de norte a sur.
Paseo panorámico de Matanuska, Alaska, EE.UU.
Si bien la carretera Panamericana se inicia muy al norte de Alaska, en Prudhoe Bay —el yacimiento petrolífero más grande de Norteamérica—, es recomendable comenzar el recorrido más al centro del estado, por el paseo panorámico de Matanuska. Tras partir por la autopista 11 (Dalton Highway), hasta la autopista Glenn al sur de Alaska, podrás observar bosques boreales, ríos de agua fresca y abundante vida salvaje. A lo largo de la vía, de 135 millas, hay plataformas de avistamiento con carteles interpretativos. Su mayor atractivo, sin duda, es el enorme glaciar Matanuska. A la altura de la milla 101 encontrarás una confortable zona de campamentos.
Dawson City y Tombstone Territorial Park, Yukon, Canadá
Tomando la autopista Top of the World Highway, llegarás a Dawson City, famosa por la bonanza de oro que se vivió allí a finales de 1800. Sus conservadas edificaciones —el bar, el banco, la oficina postal— te harán viajar al pasado para darte una idea de la fiebre del oro. A una hora y media, por la North Klondike Highway, llegarás a Tombstone Territorial Park, un parque natural con áreas de senderismo entre paisajes de tundra ártica, donde viven alces, osos grizzly, lobos, y cientos de aves. El invierno es la época ideal para observar la aurora boreal.
San Blas, México
Ubicado en la costa pacífica mexicana, el pueblo de San Blas es una parada perfecta para recargarse con el calor de sus playas y su gente. El de allí es un turismo sin opulencias, un paraje que llena el alma con sus hoteles pequeños y familiares, sus playas tranquilas y sus exquisitos restaurantes de palma y madera. Entre diciembre y marzo, pueden avistarse ballenas jorobadas que vienen de Canadá en busca de aguas cálidas para tener sus crías. Otro atractivo de esta ciudad histórica es la Contaduría, un antiguo fuerte español.
Lago Atitlán, Guatemala
Vale la pena que hagas una escala en Guatemala para conocer uno de los lugares más bellos de América Central: el lago Atitlán. Para llegar al lago desde el norte, toma la ruta CA-2, y desde Ciudad de Guatemala, toma la interamericana CA-1. Este hermoso lugar es ideal para descansar y conocer la cultura maya que se vive en pueblos aledaños como Panajachel, Santa Catarina, San Pedro y San Juan de la Laguna. Quienes disfrutan las caminatas y la naturaleza, pueden ascender a los volcanes que rodean el lago: el San Pedro, el Atitlán o el Tolimán.
El Zonte, El Salvador
Desde el lago Atitlán, parte tomando la CA-2 hacia San Salvador, la capital salvadoreña. De ahí, a solo 45 minutos en el km 53 de la carretera del Litoral, encontrarás El Zonte, un pueblo playero en el que confluyen viajeros en busca de tranquilidad y avezados surfistas en busca de grandes y desafiantes olas. Entre los principales atractivos de este pueblo de aire bohemio, están la desembocadura de su río en el mar, y su oferta de restaurantes con platos típicos como las pupusas o la sopa de mariscada.
Choluteca, Honduras
Siendo la cuarta ciudad más grande del país, Choluteca es un lugar encantador de clima cálido, por lo que vale la pena detenerse en él unos días. Para llegar desde El Salvador, toma la Ruta CA-2 y luego la CA-1. El alma de Choluteca es su parque central, bordeado por construcciones históricas, como la catedral de 1785 y las casas coloniales mejor conservadas de Honduras. Un lugar ideal para dar paseos a pie y tomar fotografías de sus jardines y arquitectura. Si quieres un poco más de sol y brisa, escápate a la playa de Cedeño, también de fácil acceso desde la Panamericana.