Vida Sana
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| Si bien una siesta por la tarde nunca ha sido un pilar de nuestra cultura obsesionada con la productividad, hay razones para creer que la siesta puede ser útil en vez de una pérdida de tiempo. Las investigaciones demuestran que una breve siesta puede aumentar la capacidad cerebral, mejorar la memoria y el estado de ánimo (incluida la capacidad de librarse de las frustraciones diarias) y hacer que uno se mantenga más alerta. Los científicos de la NASA descubrieron que una siesta de 26 minutos mejoró el rendimiento de los pilotos en un 34%, y compañías como Google, Samsung, Procter & Gamble y Ben & Jerry's no solo les permiten, sino que animan a los empleados a tomar descansos para dormir.
La siesta también puede ayudar a reducir la diferencia entre sentirte maravillosamente descansado y muy cansado si eres parte del 36% de los adultos en el país que tienen entre 55 y 64 años y no duermen las siete a nueve horas recomendadas por noche. "A medida que envejecemos, puede ser más difícil dormir lo suficiente por la noche", señala Michael Grandner, director del Programa de investigación del sueño y la salud de la Facultad de Medicina de University of Arizona. “Las siestas pueden ser una buena manera de reducir la fatiga y aumentar el desempeño del cerebro. Por lo general, no pueden reemplazar el sueño perdido en la noche, aunque pueden ayudarte a resistir durante el día”, señala.
Las siestas también pueden ayudar a compensar los descensos en nuestros patrones naturales de vigilia y sueño, que pueden variar según la persona.
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