Vida Sana
No es tu imaginación: realmente hace más calor que cuando eras niño. De hecho, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el 2023 fue el año más caluroso registrado desde 1850. Y los nueve años comprendidos entre el 2014 y el 2022 completan los diez años más calurosos.
Los expertos climáticos advierten que los episodios de calor extremo van a ser cada vez más frecuentes a medida que la temperatura global continúa aumentando. Esa es una mala noticia para la cantidad cada vez más alta de adultos mayores, que son más propensos a enfermarse —y hasta pueden morir— a causa de las altas temperaturas.
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Según un informe del 2024 (en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el marcado aumento de las temperaturas fue motivo de que casi 120,000 personas acudieran a salas de emergencias en Estados Unidos en el 2023. De acuerdo con datos de los CDC, en el país mueren cada año aproximadamente 1,220 personas a causa del calor extremo, si bien otras investigaciones sugieren que esa cifra es mucho más elevada. Un estudio del 2020 publicado en la revista Environmental Epidemiology concluyó que cada año se producen, en promedio, 5,608 muertes atribuibles al calor. Otro estudio de un equipo de investigadores de la Universidad Duke estima que cada año mueren 12,000 personas por causas relacionadas con el calor.
Independientemente del número total, la mayoría de las personas que mueren a causa del calor son de 50 años o más, dice el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA).
“Eso está directamente relacionado con la capacidad del organismo de lidiar con el calor a medida que envejecemos”, le dijo a AARP el Dr. Aaron Bernstein en el 2022, cuando era director interino del Center for Climate, Health and the Global Environmental en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan en Harvard. Bernstein es ahora director del Centro Nacional de Salud Ambiental (NCHE) y de la Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades (ATSDR) de los CDC. “El organismo de las personas mayores puede ser incapaz de disipar el calor con la misma eficiencia que el de las personas más jóvenes. También tendemos a tener más problemas crónicos de salud y es posible que tomemos más medicamentos que afectan la capacidad del cuerpo para lidiar con el calor”.
A continuación te explicamos por qué el calor es un riesgo tan alto para la salud de los adultos mayores y las medidas que puedes tomar para mantenerte bien a medida que las oleadas de calor se vuelven más frecuentes.
Hay mayor cantidad de adultos en riesgo
Las temperaturas están aumentando, y también está aumentando la población mayor. Según sugiere un estudio publicado (en inglés) en Nature Communications, en el 2050 habrá unos 200 millones más de adultos mayores, con respecto a la cifra actual, expuestos al calor peligroso en todo el mundo.
"Se prevé que los efectos serán más graves en Asia y África, que también podrían tener la menor capacidad de adaptación", afirmó en un comunicado Deborah Carr, profesora de Sociología en la Universidad de Boston y coautora del estudio.
Enfriar el cuerpo se vuelve más difícil
La situación se complica cuando las personas no pueden reducir la temperatura corporal. Ahí es cuando puede ocurrir el agotamiento por calor, a menudo marcado por mareos, fatiga y un pulso débil y rápido. Y si eso no se trata, puede producirse una insolación, que conlleva el riesgo de causar daños a largo plazo en los órganos e incluso causar la muerte.
La sudoración es la mejor manera en que los seres humanos se enfrían, dice Bernstein. No es el sudor en sí lo que es particularmente refrescante, sino más bien el proceso de evaporación. Se necesita energía para evaporar el sudor de la piel, y la fuente de energía en esta ecuación es el calor. Así que, a medida que el sudor cambia de líquido a vapor, el calor deja el cuerpo y la persona comienza a enfriarse.
Pero las glándulas sudoríparas se vuelven menos eficaces con la edad. “No pueden generar tanto sudor tan rápido”, explica a AARP el Dr. Daniel Van Durme, exdirector médico de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida.
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