Cómo detectar a tiempo el deterioro cognitivo

Así como nuestros automóviles requieren de una inspección periódica para asegurarnos que todos los sistemas están funcionando correctamente, nuestro cuerpo necesita de un examen general por lo menos una vez al año. Este chequeo médico, que debe incluir una evaluación de salud psíquica, es clave para mantener nuestra salud o la del ser querido a quien cuidamos.

Las señales de ansiedad, adicción, depresión, o pérdida de memoria podrían hacerse evidentes cuando hables con tu doctor o el profesional de salud que te atiende. El deterioro cognitivo es uno de los problemas que debe evaluarse con anterioridad.

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Los hispanos tenemos un riesgo 1.5 veces mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en comparación con otros grupos demográficos en EE.UU., según la Alzheimer’s Association. Este hecho y la predisposición genética que tenemos a los problemas de salud cardiovasculares y el aumento de la esperanza de vida para todos, aumentan aún más la importancia de hacernos una evaluación.

Entre más pronto sean evaluados los problemas de memoria, tendremos mejor oportunidad de establecer estrategias de intervención precoz para nosotros o un ser querido de la familia.

Sin embargo, ten en cuenta que la evaluación no se trata de una prueba o cuestionario que diagnostique, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer, sino de exámenes o pruebas que sirven para monitorear el progreso o deterioro de las funciones ejecutivas de una persona (memoria, comprensión, percepción, comunicación, cálculo y pensamiento, especialmente el proceso de pensamiento para planear, ejecutar acciones y dar resolución a los problemas).

Tal vez hayas oído del test del reloj o del mini examen del estado mental (MMSE). La gran mayoría de estas pruebas pueden administrarse en el consultorio en menos de 10 minutos. Algunas de las preguntas que podría hacerte el profesional de salud durante estas pruebas son: ¿Cuál es la fecha de hoy? ¿Cuáles son su número de teléfono y dirección?

Estas preguntas son por lo general seguidas por una serie de instrucciones que se deben ejecutar, dependiendo de la prueba. Por ejemplo, pueden pedir que repitas una oración tal como la ha dicho quien administra la prueba o copies un dibujo de figuras geométricas.