La mala fortuna de Patria

No puedo evitar que algo dentro de mí se rebele cuando pienso que Patria pudo no haber ido. A eso no me he podido resignar, porque ella no debió ir, no podía ir. Ni siquiera tenía permiso para entrar a verlos. Cuando discutieron sobre el tema, para tranquilizar a mamá supongo, ella aseguraba: «No se van a dar cuenta en Puerto Plata». Y Minerva le decía: «Patria, ese paisaje cuando uno sube la montaña, ¡qué cosa más bella!». Viéndolo a la distancia y conociendo el carácter de Patria, siempre cumpliendo con su rol de hermana mayor, creo que ella decidió ir para protegerlas. Sé que tenía conciencia del peligro, aunque no lo mostrara; había prestado atención a todo lo que se decía, incluyendo el alerta que le hizo Jaimito. Pero iba convencida de que con su presencia contribuiría a evitar que les pasara algo malo a sus hermanas menores. (Pág. 186, Capítulo VIII, La Tragedia).

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