Dale valor a tus fotografías
“Tenemos cientos de archivos digitales sin ningún orden, acumulamos viejos álbumes en lugares como el garaje o el ático, donde terminan por arruinarse, y hasta terminamos por botar fotos en mal estado o en las que aparecen personas que desconocemos. Pero el reto está en saber conocer el valor de estas, y saber cómo [conservarlas y] compartirlas”, dice Levenick. Para esto recomienda:
- Retira las fotografías de los álbumes clásicos, pues el pegante que emplean las deteriora. Puedes usar seda dental o una microespátula para despegarlas sin dañarlas. Luego, conserva tus fotos en cajas sin ácido y ponlas en lugares con poca luz, cuya temperatura esté entre 60 y 70 ºF, como por ejemplo, los roperos.
- Escanea las fotografías. Los genealogistas recomiendan guardar una copia en papel, otra en el computador y otra en la nube. Nunca botes las fotografías originales.
- Escribe una historia sobre los distintos recuerdos que encuentres y ponla a rodar entre tus conocidos. Además, “investiga y ayúdate con la información que puedan darte tus conocidos al respecto, quizá ellos te cuenten datos que ignorabas”. tipo.
¡Aprovecha las herramientas digitales!
“Muchos recuerdos suelen terminar en un e-mail o en una red social y, más tarde, en el olvido. Pero, conservar las historias [personales] requieren un poco más de esfuerzo”, dice Levenick. La buena noticia es que ahora, gracias a plataformas tecnológicas, como por ejemplo JamBios o Kindeo, se pueden subir y organizar fotos, audios, videos, e historias, para que los vea la familia y, si alguien lo desea, participe en estas.
Beth Carvin, creadora de JamBios, empezó esta página como una solución para que sus familiares compartieran y complementaran entre ellos, historias y fotografías, que antes compartían solamente por e-mail. Hoy en día, la plataforma está abierta al público y es una innovadora solución para compartir los recuerdos colectivamente. Además, también puedes imprimir un libro con lo que has creado; la orden se hace desde el sitio web y en unas semanas lo recibes en casa.
Elige los recuerdos más recientes o los que recuerdas con más claridad para escribir tu historia personal.
Rawpixel Ltd / Alamy Stock Photo
Escribe tus memorias
Piensa que un anillo o un vestido de bodas, que para ti es importante, solamente tendrá valor emocional para tus hijos o nietos si cuentas de dónde viene, desde qué época lo tienes y cuál es su significado. De lo contrario, para ellos será difícil darle importancia y conocer tu historia.
La tarea de organizar los recuerdos es terapéutica —comenta Carvin—, se trata de sacar todo lo que hay acumulado en el corazón y en la cabeza, para crear unas memorias que nos conecten con los nuestros, sin que la gramática o problemas de redacción nos detengan. Para esto, recomienda:
- Mantén el equilibrio entre la objetividad y la subjetividad en tus narraciones.
- Empieza por contar los recuerdos más frescos en tu memoria. No intentes contar todo de una vez.
- Usa fotografías para ilustrar lo que cuentas, o para escribir a partir de ellas.
- Se selectivo. ¿Tienes 35 fotos del mismo evento? Elige las cinco mejores.
- Dale oportunidad a otros miembros de tu familia a que participen en tu historia y cuenten sus percepciones sobre el tema del que escribes.
Tanto Carvin como Levenick coinciden en que todos tenemos grandes historias personales que contar, y compartirlas con los familiares y los amigos, es una forma de darles continuidad, mantenernos unidos e incluso contrarrestar la negatividad y las malas noticias del día a día. Pero, sobre todo, preservar lo que realmente importa en la vida, el amor por la familia.
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