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Cuando tienes que dar la noticia de que murió el abuelo

Cómo hablar de un tema tan difícil con tus hijos pequeños o adolescentes.


spinner image Cuando tienes que dar la noticia de que murió el abuelo - Madre e hija con cara de tristeza
Ten en cuenta que los niños y adolescentes basarán su reacción en el comportamiento que observan en los adultos.
Adam Weiss/Cavan Images/Offset

Dos días antes de que mi querida abuelita —la mujer que me crió desde mis 4 ó 5 años— cumpliera 100 años, el abuelo paterno de mis hijas falleció a los 80, tras un derrame cerebral que generó otros problemas de salud. Era el padre de mi exesposo. Pero ante todo, en lo que a mí respecta, era el abuelo de mis hijas.

Dar la noticia de la muerte de un ser querido nunca es fácil. Preferiría cien veces recibir malas noticias que tener que darles una sola mala nueva a mis hijas. Decirles a mis niñas que su abuelo había muerto fue lo más difícil que he tenido que hacer como madre.

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Tuvimos nuestras diferencias durante y después de mi divorcio, pero siempre consideré que la relación con sus nietas se anteponía a todo. Fue el único pariente que se alegró de la noticia de mi segundo embarazo. Los demás cuestionaron mi decisión de tener otro bebé. Pues bien, ese mismo bebé heredó el pelo rojo y carácter fuerte de su abuelo. Tenían una relación muy especial.

Para mis hijas, era el abuelo que las llevaba en auto a ver a su papá. Jugaba juegos de mesa con ellas, las llevaba a la biblioteca y a tomar helado. Disfrutaban de su tiempo con él. Y ya no está.

Recibí la temida llamada de mi exesposo a la medianoche. Envuelta en tristeza, no pude conciliar el sueño. Solo pensaba en cómo y cuándo les daría la noticia a mis hijas.

Al día siguiente, me levanté algo más temprano de lo habitual, con la idea de conversar con mi hija de 15 años antes de que fuera a la escuela. Pero ella ya se había ido. A mi hija de 12 años la desperté con suavidad. En cuanto se hubo lavado la cara, me senté en su habitación y le dije que tenía una triste noticia.

“Hija, el abuelo murió anoche. Lo siento”.

Ni más, ni menos.

Abrí los brazos. Vino a mí y enterró la cara en mi pecho. La abracé con fuerza.

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Según Lina Acosta Sandaal, experta en el desarrollo de niños y adolescentes y fundadora de Stop Parenting Alone, es importante hablar claramente con los hijos acerca de la muerte de un ser querido.

“La mayoría de los padres no tenderían a hablar de forma tan directa con sus hijos. Pero es vital ser honesto y claro al dar este tipo de noticia. Un adolescente (entre 12 a 18 años) necesita escuchar la verdad, de la forma más clara posible, sobre todo cuando se da cuenta de que sus padres están tristes por algo”, dice Acosta Sandaal. “Lamentablemente, muchos adultos evitan ser directos porque temen ver sufrir a su hijo o nieto”.

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Tras abrazarme y llorar, mi hija empezó a contarme los recuerdos que tenía de su abuelo, como la última vez que comieron juntos, el sabor favorito de helado y el tipo de bebidas que guardaba en el auto para sus nietas. Lloramos y reímos juntas.

Luego me dijo que quería ir a la escuela. No quería perderse una de las clases.

Asentí con la cabeza y me preparé para llevarla a la escuela.

El hecho de que mi hija pudiera asimilar la noticia y enseguida compartir conmigo recuerdos de su abuelo, demuestra que pudo sentir su dolor sin sentirse juzgada, dice Acosta Sandaal sobre este aspecto. “Por ello se enfocó en lo positivo, que son los recuerdos con su abuelo”, explica. “Esto solo pasa cuando el adulto permite al adolescente dar rienda suelta a todos los sentimientos que tiene en su interior”. De acuerdo a la experta, la rutina ayuda a los niños y adolescentes a sentirse seguros ante la pérdida de un ser querido, y es habitual una reacción como la de mi hija —querer ir a clase—.

El resto de la mañana le di muchas vueltas a cómo decírselo a la mayor. No quería que se enterara por las redes sociales.

Esperé hasta casi el final de su día escolar y le escribí un texto pidiéndole que viniera a casa. Ella tenía pensado reunirse con sus amigas antes de ir a su práctica de basquetbol y venir a casa para cenar. Le dije que tenía que venir directamente a casa y que luego la llevaría a donde quisiera. Ya saben que los adolescentes pueden discutir durante horas, pero me mantuve firme.

En cuanto llegó a casa le pedí que se sentara a mi lado.

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“Hija, tengo que decirte que el abuelo se murió ayer”.

Silencio. Un grito. Llanto.

Aceptó mi abrazo durante unos segundos. Luego me pidió que la llevara a casa de una amiga.

Los adolescentes entienden y procesan sus sentimientos y experiencias con más facilidad cuando están con su grupo social, indicó Acosta Sandaal. “Es normal que su hija de 15 años pidiera estar con sus amigas después de escuchar que murió su abuelo. No podemos ignorar que recibió el afecto de su mamá en el abrazo inicial, pero también tomó la segunda forma de procesar su dolor, hablando con sus amigas”, dice Acosta Sandaal.

Esa misma noche el padre de mis hijas y ellas dos decidieron que viajarían en avión para poder decirle el último adiós a su abuelo. Disfrutaron de unos días con su familia paterna, celebrando la vida de su abuelo y rememorando los momentos compartidos.

Desde entonces, a veces se despiertan y me cuentan que han soñado con su abuelo. Hablamos de él y de lo que significó y aún significa para ellas, lo cual parece reconfortarlas.

Consejos para dar la noticia de la muerte de un ser querido:

  • A niños menores de 10 años, hay que explicarles que el cuerpo del ser querido dejó de funcionar. “Los niños entienden esto porque sus juguetes se rompen”, afirma Acosta Sandaal. “Lo más importante en los niños menores de 10 años es poder explicarles cómo se sienten mamá, papá y el resto de la familia”.
  • Es mejor no decir a los niños que la persona está durmiendo, porque los niños menores de seis años se lo toman de manera literal y pueden desarrollar temor a irse a la cama.
  • Es aconsejable compartir con los niños de cualquier edad los valores o ritual religioso que tenga la familia en cuanto a la muerte y “lo que creemos que pasa después de que la persona ha muerto”, dice Acosta Sandaal.
  • Hay que tener en cuenta que los niños y adolescentes basarán su reacción en el comportamiento que observan en nosotros. “Es importante explicarles el dolor del luto y por qué lloran las personas”, dice la experta.
  • Acosta Sandaal aconseja también conversar sobre el ser querido que murió, y así permitir que tanto niños como adolescentes puedan expresar sus sentimientos.

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