El prestigioso artista David Hockney, de 86 años, dice: 'Cuando estoy en mi estudio, siento que tengo 30'

En resumen, ha creado recientemente un gran número de obras de arte de distintos géneros y medios. Sin embargo, eso no es nada nuevo. Cuando conocí a David Hockney hace 40 años —pasé de asistente a colaborador, y ahora soy su amigo de toda la vida—, ya era famoso. Sus aclamadas pinturas acrílicas de los años sesenta y setenta, así como su prolífica obra en dibujo y grabado durante esos años, se consideraban ya entonces icónicas, y muchas de ellas se encuentran ahora en grandes museos y colecciones privadas de todo el mundo. Pero David nunca se ha dormido en los laureles ni se ha repetido: siempre me ha dejado claro que no le sirve de nada la nostalgia. "Solo existe el ahora", le gusta decir, y esa creencia ha animado durante mucho tiempo su éxito artístico en un espectro asombrosamente amplio de medios, durante más de siete décadas.

La estrella del pop Harry Styles posó para Hockney en Normandía en el 2022.

© DAVID HOCKNEY, JONATHAN WILKINSON, COLLECTION OF THE ARTIST

Es cierto que su obra se compone principalmente de naturalezas muertas, retratos (de personas y de sus perros) y paisajes, y que vuelve a ellos una y otra vez. Será siempre asociado con sus paisajes y retratos de piscinas inspirados en el sur de California. Pero incluso cuando vuelve a terreno conocido, siempre lo hace de formas nuevas y vanguardistas, como en la década del 2010 con el entonces nuevo medio del iPad y el iPhone, con el que sigue haciendo arte con gran éxito. Hockney también lleva mucho tiempo innovando en el grabado, ya sea con su serie Pools de finales de la década de 1970 (en la que utilizó pasta de papel teñida) o con sus grabados Home Made Prints (realizados en múltiples capas en una fotocopiadora a color) en la década de 1980.

Ha experimentado incesantemente con la fotografía, empezando por sus ensamblajes de fotografías instantáneas de inspiración cubista y sus colajes fotográficos de los años 80, hasta sus más recientes dibujos fotográficos digitales en 3D y películas digitales con nueve cámaras digitales.

Y desde hace mucho tiempo, como es bien sabido, ha vuelto a centrar su mirada creativa en el diseño para el escenario operístico: una de sus primeras producciones —la escenografía y el vestuario de The Rake's Progress, de Igor Stravinsky, en el Festival de Glyndebourne (Inglaterra) en 1975— se ha presentado allí con regularidad durante casi medio siglo. Este mismo verano, 48 años después de su estreno, David asistió a varias representaciones.

A lo largo de todo esto, como todos los maestros, de vez en cuando ha sido vapuleado por la crítica. The Guardian calificó su obra Bigger & Closer como una "abrumadora explosión de cursilería sin pasión". Pero David no deja que las críticas lo afecten. En ocasiones, incluso se burla de ellas, mientras que sus admiradores, por supuesto, votan con los pies: Bigger ha tenido tanto éxito que su presentación en Londres, con una duración prevista inicialmente hasta junio, se ha prolongado hasta finales de este año.

En el momento de escribir este artículo, David está de vuelta en Londres pintando paisajes y retratos en su estudio de Kensington. Sigue siendo un fumador impenitente y sugiere a la gente que se preocupe menos y "se ría mucho: despeja los pulmones". Sí, admite que su pérdida de audición lo hace querer salir menos, y hace poco cambió su bañera por una cabina de vapor a nivel del piso. Me dijo bromeando que sabía que podía meterse en la bañera, pero que no estaba seguro de poder salir.

Aun así, tiene ideas muy claras sobre cómo seguir desafiando a la edad y seguir avanzando: "Cuando no estoy en el estudio, siento mi edad", dice. "Pero cuando estoy en mi estudio, siento que tengo 30". Y además del trabajo, la clave, al parecer, está plasmada en el broche con su lema que siempre lleva en sus trajes hechos a medida: "Ama la vida".

Autorretrato de David Hockney con Charlie Scheips.

© DAVID HOCKNEY / RICHARD SCHMIDT NATIONAL PORTRAIT GALLERY, LONDON