Im Ja Choi

El momento que despertó mi pasión por este proyecto

En 1978, mi madre acababa de enviudar y la traje de Corea del Sur a vivir con mi familia en Estados Unidos. Tenía 85 años cuando le diagnosticaron cáncer de estómago en el 2002. Después de la operación no pudo comer casi nada durante meses. ¡Eso es lo mucho que le disgustaba la comida occidental! Su peso había bajado a 62 libras cuando el hospital quiso llevarla a un hogar de ancianos. Yo sabía que tampoco iba a comer esa comida, así que la traje a casa. Le di el confort de la comida familiar —jook, sam gae tang, kimchi— aunque no podía tragar mucho.

Dejé todo lo que estaba haciendo y me convertí en su cuidadora a tiempo completo. Fue muy difícil porque ella estaba en un estado crítico. Busqué ayuda, pero no pude encontrar un auxiliar de cuidados en el hogar que hablara coreano en toda el área de Filadelfia, y no había ninguna agencia de cuidados a domicilio que tuviera proveedores bilingües. Tardé siete meses en encontrar a alguien: la esposa de un pastor que se había mudado de Connecticut.

Las personas de mi iglesia empezaron a preguntarme cómo podían encontrar a alguien como ella. Me di cuenta de la urgencia de la necesidad y de mi obligación de ayudar. 

Consejos para los que desean marcar la diferencia

Cuando decidí crear PASSi, no sabía nada de los sistemas de cuidados a domicilio o gubernamentales. Sin embargo, pude aprovechar las relaciones que había forjado durante los veinte años que trabajé en bienes raíces y dos décadas de trabajo voluntario. Mi educación en dinámica organizativa me enseñó el modo de crear organizaciones sin fines de lucro y escribir propuestas de subvenciones, y lo más importante: no rendirme. No era para mí sino para mi gente, y esa fue mi motivación. Cuando uno se entrega a una buena causa, las personas están dispuestas a ayudar. 

Por qué mi estrategia es única

Los adultos mayores que inmigran de Asia desean vivir en su hogar y en su comunidad, pero antes de PASSi no tenían recursos ni servicios que se adaptaran a su cultura y su idioma. Ahora los tienen. PASSi brinda servicios de cuidados a domicilio que se adaptan a las necesidades específicas de los clientes e incluyen sus comidas étnicas y actividades familiares, como tai chi y origami; también ofrece la oportunidad de descanso para los cuidadores familiares, un nuevo y hermoso centro comunitario para responder al aislamiento social —que cuenta con instalaciones para nadar y hacer ejercicios— y capacitación vocacional para formar trabajadores bilingües competentes. En el futuro espero agregar un centro médico de atención primaria para los residentes mayores del vecindario de PASSi.