Trabajadores que florecen en su madurez tienen mucho que ofrecerles a los empleadores

Ha difundido el concepto en las escuelas, los educadores y hasta los padres, quienes están aceptando la idea, de que si sus hijos no logran obtener puntuaciones extremadamente buenas en los exámenes estandarizados y en sus calificaciones, si no los aceptan en las universidades más exclusivas, la vida será difícil para ellos. Esto no toma en cuenta todos los hechos. Hasta en el campo de la tecnología, cuando te detienes y reflexionas, encuentras que hay muchas personas de mediana edad que han tenido éxito en Silicon Valley, que se supone sea todo sobre el éxito juvenil.

Existe mucha discriminación por edad en Silicon Valley, donde vivo. Este puede ser el epicentro de la discriminación por edad en la economía. Y se pierde tanto talento como resultado.

¿Por qué no se les presta más atención a las personas que florecen en su madurez?

Karlgaard: Me asombra que, al buscar el término "late bloomer" (desarrollo tardío) en Google, por lo menos cuando comencé mis investigaciones para este libro, los resultados incluyen los mismos nombres de siempre, como el Coronel Sanders [de KFC], Ray Kroc [de McDonald's], [o la artista] Abuela Moses. Necesitamos actualizar estos resultados para hablar de las personas que florecen a mediana edad o después. Existen muchos ejemplos maravillosos en Hollywood, en el campo de la tecnología, del espíritu emprendedor.

Según las investigaciones que estudiaste para tu libro, ¿a qué edad alcanzan su cumbre las habilidades cognitivas?

Karlgaard: La respuesta depende porque existen múltiples habilidades cognitivas. Es cierto, si se trata del desarrollo de programas de software que deben terminarse en poco tiempo, esto tiende a favorecer a las personas con habilidades de procesamiento cognitivo rápido y una gran memoria de trabajo, y ambas alcanzan su cumbre en la adolescencia y los veinte años.

Pero en los 30, 40 y 50 años, el conjunto completo de capacidades cognitivas que apoyan el funcionamiento ejecutivo, las habilidades administrativas, de liderazgo, de comunicación y la compasión —todas las cosas que se desean en una persona que va a progresar en su carrera a niveles más altos de responsabilidad, sea que lo estén haciendo en la empresa de otra persona, para una organización sin fines de lucro o para su propia empresa incipiente— sigue progresando y creciendo. Y cuando perdemos, digamos, un poquito de la rapidez de ese procesamiento cognitivo que alcanza su cumbre apenas a los veinte años, la perdemos a un ritmo muy superficial. No se trata de una disminución drástica, en lo más mínimo. Es verdaderamente insignificante, la pérdida de esas habilidades, y los aumentos que logramos en estas otras cosas la sobrepasan.

Con el paso de los años, lo que logramos es un mayor rendimiento creativo. Podemos tener una mayor creatividad bruta cuando somos más jóvenes, pero mejoramos mucho nuestra capacidad de saber exactamente qué hacer con estas percepciones creativas —¿cuán útiles son?— porque las podemos comparar con esta memoria de cosas que han funcionado.

Todo lo que verdaderamente debemos hacer es permanecer saludables hasta el grado de poder estar y mantenernos activos mentalmente, y no hay por qué nuestros 60 y 70 años, y más allá, no pueden ser igualmente fecundos.

¿Qué deben hacer los empleadores para sacarle provecho a las habilidades de los trabajadores que florecen más tarde en sus vidas?

Karlgaard: Las empresas, los grandes empleadores verdaderamente deben considerar las carreras de sus empleados como arcos, no como trayectos de una sola vía que ascienden de forma lineal. Y aquí es donde pienso que los departamentos corporativos legales y de recursos humanos no han dado la talla. Necesitan ser más audaces con respecto a la creación de arcos de carreras para las personas que alcanzan su cumbre en sus 50 años o después.