Cómo aliviar el dolor de los pies
Pasos para lidiar con el dolor crónico de pie.
Una de las lesiones deportivas más trascendentales de todos los tiempos no fue un horroroso desgarre de rodilla ni un hombro destrozado. Fue el espolón calcáneo de Joe DiMaggio, una protuberancia dolorosa del hueso que supuestamente terminó la carrera del jugador de los New York Yankees en 1951. Pero los problemas de los pies de DiMaggio no acabaron ahí. En 1990, casi 40 años después de dejar los deportes, el atleta buscó un tratamiento de nuevo: no podía jugar al golf o incluso caminar.
"Los problemas de pies y tobillos no son mortales, pero afectan el estilo de vida", explica el podólogo Rock Positano, director del servicio no quirúrgico para el pie y el tobillo en el Hospital para Cirugía Especial de la ciudad de Nueva York. El dolor de pie a menudo es el evento desencadenante que conduce a problemas osteomusculares, como el dolor de la rodilla, cadera y espalda, y en última instancia a caídas, pérdida de movilidad o peor.
Alrededor del 24% de las personas mayores de 45 años sufren de dolor de pie. A los 70 años, la cifra es del 50%. Pero el dolor de pie no es una parte normal del envejecimiento, dice Alan Bass, podólogo con sede en Nueva Jersey. "Nunca les digo a mis pacientes, 'Estás envejeciendo y son cosas que pasan'".
La lesión de DiMaggio y la cirugía fracasada durante su carrera como jugador impulsaron grandemente las intervenciones osteomusculares no quirúrgicas de pie y tobillo en el país, dice Positano, quien trató exitosamente al exjugador con una tobillera especializada.
Hoy, gracias en parte a "Joltin' Joe", es más fácil que nunca tratar el dolor de pie, a menudo con ortopedia en lugar de cirugías. A continuación, algunos lugares comunes donde puede empezar el dolor y cómo lidiar con él.
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Los problemas
1. Vasculares
El flujo sanguíneo hacia los pies disminuye con la edad y eso puede empeorar cualquier problema del pie. Por ejemplo, un menor flujo sanguíneo hacia un tendón podría contribuir a trastornos como la tendinitis, explica Positano.
2. Ortopédicos
Generalmente, los problemas óseos o musculares, como fascitis plantar, espolones calcáneos, juanetes y cambios artríticos en las articulaciones del pie empiezan a surgir después de los 40 años, especialmente en las personas activas. Si eres un corredor, puede que sientas tensión en tu tendón de Aquiles repentinamente.
3. De la piel
El crecimiento más lento de las uñas y un sistema inmunitario debilitado pueden conducir al molesto hongo de las uñas, pie de atleta, piel agrietada o traumatismo en las uñas —este último ocurre a menudo por ponerse y quitarse los zapatos bruscamente—. A medida que alcanzas tus 70 y 80 años, tu piel se vuelve más fina y las almohadillas de grasa en la planta de los pies y debajo del antepié también se desgastan, dice Emily Splichal, podóloga con sede en Nueva York. Caminar con poco relleno en la planta del pie puede ser doloroso, señala ella. Si tienes problemas de movilidad, puede ser difícil solo tratar de alcanzar tus pies; una mala higiene de los pies puede agravar otros trastornos.
4. De los nervios
La sensibilidad del pie se reduce a medida que envejecemos, y por consecuencia es más difícil para el cuerpo determinar qué tan fuerte estás pisando o si estás caminando en una superficie irregular, lo que aumenta tu riesgo de caídas. Según los investigadores, a los 70 años tus pies necesitan el doble de estímulo para que el cerebro reciba la señal, dice Splichal.
3 ejercicios fáciles
Estar sentado por muchos años en un escritorio puede afectar tu postura, lo que puede cambiar tu paso y llevar a dolor de pie. Mejora tu centro corporal con estos ejercicios del terapeuta postural Pete Egoscue.
Siéntate y párate
Giros de tobillos
Espalda estática
Acuéstate boca arriba, con tus caderas y rodillas dobladas a 90 grados; descansa la parte inferior de tus piernas en el asiento de una silla. Extiende tus brazos rectos en el piso a un ángulo de 45 grados, con las palmas hacia arriba. Trata de relajar la parte superior de la espalda y verifica que tu espalda baja esté plana. Mantén la pose durante 5 minutos.
Las soluciones
El aumento de peso en la mediana edad puede conducir a trastornos en los pies, y debido a que los problemas de rodillas, caderas y hombros también pueden causar dolor de pie (y viceversa), no vale la pena arriesgarte. Al igual que irías al dentista si tienes dolor de diente, visita a un podólogo si tienes dolor de pie. Busca a un médico que esté afiliado a una escuela de podología o medicina y que se especialice en intervenciones no quirúrgicas, dice Positano.
Mientras tanto, estos 5 pasos pueden ayudarte a brindar alivio a tus pies.
1. Sé selectivo con tus zapatos
Hasta el 72% de las personas usan zapatos que no les quedan. Eso es parcialmente porque los arcos de tus pies pueden aplanarse (y alargar tus pies) a medida que envejeces. En los adultos mayores, usar zapatos muy estrechos está relacionado con callos, juanetes y dolor; los zapatos muy cortos están vinculados con otras deformidades, como el dedo en martillo y dedo en garra.
2. Ponte de pie
Mientras más te sientas, más desactivas los músculos de los glúteos —y la función adecuada del pie requiere glúteos, caderas y abdominales fuertes, dice Splichal—. Los ejercicios como las planchas y los puentes con las caderas no solo ejercitan tus abdominales y la extensión de la cadera (poses opuestas a estar sentado), sino que también te ayudan a practicar el pararte y sentarte en el piso —algo que las investigaciones han vinculado con la longevidad—.
3. Aliméntate mejor
La inflamación puede causar dolor de pie. Para un efecto antinflamatorio, ingiere ácidos grasos omega-3 y omega-6 mediante nueces, semillas, legumbres, vegetales, frutas, aceite de oliva y pescado. Una consecuencia positiva: las dietas mediterráneas se han vinculado con la pérdida de peso, que puede reducir la presión sobre el pie y aliviar el dolor.
4. Anda descalzo
Los nervios de la planta de los pies son aún más receptivos que los de las manos, pero usar zapatos los priva del estímulo sensorial que necesitan para ayudar al cuerpo a moverse. Puede ayudar hacer ejercicio descalzo, como yoga y Pilates, y caminar descalzo en el hogar.
5. Usa una pelota
Mover tu pie sobre una pelota de golf o de tenis por 5 minutos cada día brinda el estímulo que tu pie necesita, y mejora la estabilidad y movilidad al liberar los tendones y las conexiones faciales, dice Michael Ryan, entrenador con sede en Nueva York.
Cassie Shortsleeve es la ex editora ejecutiva de Shape.com.