Los casos y las muertes por COVID-19 siguen aumentando en los hogares de ancianos

El análisis también encontró que las tasas de vacunación contra la COVID-19 en los hogares de ancianos se han estancado. A mediados de junio, el 88% de los residentes y el 89% del personal de los hogares de ancianos en todo el país estaban completamente vacunados con una serie primaria de vacunas, que no representa un cambio en comparación con los dos meses anteriores. Alrededor de 1 de cada 8 residentes (aproximadamente 150,000) y 1 de cada 9 empleados (aproximadamente 220,000) no han sido completamente vacunados.

Las tasas de vacunación de refuerzo continuaron aumentando, pero solo levemente. A mediados de junio, alrededor del 74% de los residentes y el 51% del personal habían recibido por lo menos una dosis de refuerzo, un poco más que el 72% y el 48%, respectivamente, el mes anterior. Estos leves aumentos en las tasas de vacunación de refuerzo son similares a los que vimos el mes pasado, que fueron, por mucho, los aumentos mensuales más bajos desde que nuestro tablero de información comenzó a monitorear la aceptación de las vacunas de refuerzo en el otoño. Más de 300,000 residentes, y alrededor de 1 millón de trabajadores de hogares de ancianos, no han recibido el refuerzo en todo el país, y muchos de los que sí lo han recibido, tal vez estén listos para el siguiente refuerzo. Los datos federales sobre las segundas dosis de refuerzo no están disponibles actualmente.

Continuaron las marcadas diferencias en las tasas de vacunación y de refuerzo a nivel estatal. Las tasas de vacunación entre los residentes variaron de un mínimo del 79% en Arizona y Nevada hasta más del 96% en Dakota del Sur y Vermont, mientras que las tasas de vacunación entre los empleados variaron entre un 78% en Montana y Ohio hasta un 99% o más en Maine, Massachusetts, Nueva York, Rhode Island y Washington, D.C. Las tasas de refuerzo para residentes variaron de un mínimo del 59% en Florida y Nevada hasta un máximo del 89% en Massachusetts y Dakota del Sur. Y las tasas de refuerzo entre los trabajadores variaron entre un mínimo del 30% en Luisiana, Misisipi y Misuri hasta un máximo del 96% en Massachusetts.

El Gobierno federal solo requiere una serie inicial de vacunas contra la COVID-19 —no exige los refuerzos— para todo el personal de los centros de atención médica financiados por Medicare y Medicaid, que incluyen a la gran mayoría de los hogares de ancianos del país. AARP pidió a los hogares de ancianos que exigieran las vacunas de refuerzo entre los residentes y el personal en enero, y dijo que las vacunas de refuerzo “son necesarias para mantener la protección”.

Hemos estado analizando el impacto de la COVID-19 en los hogares de ancianos del país desde junio del 2020, cuando el Gobierno federal comenzó a recopilar esos datos, con el objetivo de identificar de manera oportuna las áreas específicas que despiertan inquietud a nivel nacional y estatal. Nuestro Instituto de Política Pública, en colaboración con el Scripps Gerontology Center en Miami University en Ohio (enlace en inglés), continúa ofreciendo un panorama de cuatro semanas sobre las tasas de casos, muertes y vacunación, así como acerca de la escasez de personal y más, para asegurar que los hogares de ancianos continúen siendo una prioridad durante esta pandemia.

Explora el Tablero de información de AARP sobre COVID-19 en los hogares de ancianos.