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Qué hacer si alguien en el hogar de ancianos de tu ser querido tiene COVID-19

Para evitar que haya un brote epidémico del coronavirus, deben tomarse ciertas medidas.


spinner image  Una mujer sentada sola en una mesa con una mascarilla
JANE TYSKA/DIGITAL FIRST MEDIA/EAST BAY TIMES VIA GETTY IMAGES

Quienes viven o trabajan en hogares de ancianos y centros de cuidados a largo plazo representan más de un tercio de los fallecidos a causa de COVID-19 en este país. En estos centros residenciales ha habido más de 240,000 casos confirmados del coronavirus y 50,000 muertes relacionadas con esta enfermedad (en inglés). Estos contagios y muertes han sucedido en miles de centros. Según datos del Gobierno publicados a principios de junio (en inglés), en aproximadamente uno de cada cuatro hogares de ancianos en Estados Unidos hubo al menos un caso, y en casi uno de cada cinco hogares hubo por lo menos una muerte relacionada con COVID-19.

¿Qué deberías hacer si se anuncia que en el centro de cuidados a largo plazo donde vive tu ser querido hay una persona enferma? Según Bill Sweeney, vicepresidente sénior de Asuntos Gubernamentales de AARP, la respuesta es “complicada”. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) emitieron directrices para la industria de hogares de ancianos sobre las maneras de abordar la COVID-19 en un centro de cuidados. Sin embargo, Sweeney dice que en todo el país las reacciones han sido “muy desiguales”.

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“La labor que están haciendo algunos estados es buena y la de otros, pésima”, afirma. “Es impresionante cómo las directrices se están interpretando de maneras tan distintas”.

Según Margaret Barajas, defensora de cuidados a largo plazo de Pensilvania, también hay diferencias dentro de los estados. “Se están tomando decisiones poco coherentes en general” entre un condado y otro y entre los diversos centros residenciales, dice, “y eso es lo que resulta frustrante para las familias”.

Debido a estas discrepancias, los especialistas recomiendan que las familias y los representantes de los residentes de un centro de cuidados a largo plazo pidan información sobre cómo ese centro maneja los casos, y que se basen en esos datos para tomar decisiones. A continuación, algunos factores clave que deberías tener en cuenta.

¿Se hacen pruebas con regularidad a los residentes y al personal en ese establecimiento?

Antes de que un establecimiento pueda reaccionar a la presencia de un paciente con COVID-19, necesita saberlo; eso solo es posible si se realizan pruebas. “Si en los establecimientos no se hacen pruebas, decir que no existen casos positivos no significa mucho”, señala Sweeney.

Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) emitieron directrices (en inglés) sobre pruebas semanales para los residentes y el personal de los hogares de ancianos. Pero los estados cuentan con flexibilidad para decidir la manera en la que se implementarán las directrices. Como resultado, en todo el país ha habido una “variedad” de maneras de realizar pruebas, dice Elaine Ryan, vicepresidenta de Defensa de Derechos y Estrategias Estatales de AARP.

La mayoría de los estados no cumplieron la fecha límite de la Casa Blanca para realizar pruebas universales de línea base en los hogares de ancianos, dice Ryan, quien cita un informe de Associated Press. Ya sea por cuestiones de logística, acceso, costo o personal, la respuesta general ha sido “lamentablemente inadecuada”, indica Ryan, pues muchos estados todavía se demorarán semanas en terminar de realizar pruebas universales de línea base. En los centros de vivienda asistida —los que, a diferencia de los hogares de ancianos, son regulados por los estados y no por el Gobierno federal—, la situación de los índices de prueba es todavía más confusa.

Dadas las diferencias, es importante averiguar sobre los protocolos de prueba del establecimiento de tu ser querido y verificar si están de acuerdo con las directrices de los CDC sobre las pruebas en los hogares de ancianos.

Jennifer Schrack, profesora adjunta en la Facultad de Salud Pública de Johns Hopkins y especialista en epidemiología del envejecimiento, recomienda fijarse más en las pruebas que se realicen a los empleados, porque “en la actualidad, son uno de los medios principales por los que la COVID-19 se introduce en un centro”. Si bien los CMS recomiendan que se vuelvan a realizar pruebas a los empleados todas las semanas, Schrack dice que “si los suministros están disponibles, no es poco razonable creer que se le deberían hacer pruebas al personal todos los días; ellos son quienes entran y salen a diario, así que aunque su prueba dé negativa un día, podría ser positiva al día siguiente”.

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¿El establecimiento actúa de manera transparente?

A pesar de que puede ser alarmante recibir confirmación de que alguien se enfermó de COVID-19 en un establecimiento, esa información en realidad puede ser una señal positiva. “Significa que hay transparencia”, afirma Sweeney, “lo cual es clave; es imposible que las familias tomen buenas decisiones para su ser querido si no reciben toda la información”.

Aunque los CMS ordenaron a los hogares de ancianos que notifiquen a sus residentes y a sus familias o representantes de un caso de COVID-19 en un plazo de 12 horas después de que se confirme, algunos establecimientos no cumplen con ese requisito. Y es posible que los centros de vivienda asistida y otros lugares de cuidados a largo plazo regulados por los estados no tengan que cumplir los mismos requisitos que los hogares de ancianos.

La falta de comunicación es una señal de advertencia, dice Dwayne J. Clark, fundador y director ejecutivo de Aegis Living, que opera 32 centros de vivienda asistida y para pacientes con trastornos de la memoria en Washington, California y Nevada. Aegis ha tenido 38 casos positivos, más de la mitad de ellos durante un brote epidémico temprano que sucedió en marzo en un centro en Washington.

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“Tenemos que reconocer tanto las buenas como las malas noticias”, dice. Además, menciona que la meta de los centros de Aegis Living es comunicar en menos de 24 horas a los residentes y a sus seres queridos sobre los nuevos pacientes con resultados positivos en las pruebas. “Esa es la única manera de lograr que los miembros de la comunidad confíen en nosotros y se sientan cómodos”.

Si te cuesta trabajo comunicarte con un establecimiento, Ryan de AARP sugiere que le pidas apoyo a tu defensor estatal de cuidados a largo plazo, quien puede brindar ayuda para conectarte con ese centro o averiguar sobre sus protocolos.

Si hubo un caso positivo, ¿cómo respondió el establecimiento?

Si se confirma un caso, deben tomarse ciertas medidas para evitar un brote epidémico.

Según las directrices de los CDC, se debería agrupar a los residentes en unidades. Eso significa que debería crearse una unidad de cuidados para COVID-19 específica y separada para los residentes enfermos con el virus. Lo ideal es que esta unidad esté lo más separada posible de la sección del centro de cuidados donde nadie tenga COVID-19. Se recomienda que sea “un piso, un ala o un grupo de habitaciones separado”. Deben asignarse empleados que solo trabajen en la unidad de cuidados de COVID-19 y permanezcan separados de los demás residentes y trabajadores.

Schrack de Johns Hopkins dice que ese centro no solo debería agrupar a los enfermos; debería intentar en la medida de lo posible separar a los residentes que dieron positivo en la prueba de otros residentes que también dieron positivo. “Deberían permanecer aislados, incluso entre ellos mismos”, afirma. “Aunque quizás parezca que es buena práctica que los enfermos estén juntos, todavía no hay suficiente información sobre este virus para saber si eso causará problemas”.

Las directrices federales también incluyen recomendaciones sobre el equipo de protección individual para el personal. Por ejemplo, se aconseja que dentro de la unidad de cuidados de COVID-19, los empleados usen todo el tiempo protección para ojos y una mascarilla N95 o de mayor protección. Además, se recomienda intensificar los protocolos de pruebas y rastreo de contactos. Las recomendaciones además incluyen el ingreso o reingreso de nuevos residentes, los que podrían introducir el coronavirus al centro.

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Si bien las directrices federales son integrales, los defensores de los residentes advierten que en esta etapa, solo son directrices y no requisitos oficiales. “Es lo que desearían ver los CMS, no lo que exigen”, dice Barajas de Pensilvania. A su vez, no se adoptan de manera uniforme. “Las directrices de los CDC y los informes de los CMS podrían parecer metódicos, pero mi advertencia es que no creas que todas las reacciones al coronavirus son así”, afirma Ryan.

spinner image  Una mujer está hablando con otra mujer a través de una ventana.
JOHN TLUMACKI/THE BOSTON GLOBE VIA GETTY IMAGES

Según datos del Gobierno federal, los hogares de ancianos de solo una estrella en su sistema de clasificación de calidad de cinco estrellas son más propensos a tener altos números de casos durante la pandemia. “No todos son iguales”, agrega Clark de Aegis Living, quien afirma que “el historial de un prestador de cuidados predecirá su futuro”.

Para consultar la trayectoria de una instalación, visita el sitio web Nursing Home Compare, que incluye información sobre las infracciones de control de infecciones en todos los hogares de ancianos del país que han sido certificados por Medicare o Medicaid. También incluye datos de encuestas realizadas durante la pandemia. El nuevo sitio web sobre COVID-19 de los CMS (en inglés), en el que puedes hacer un seguimiento de los casos y muertes por el coronavirus en hogares específicos de ancianos, también puede ser útil; pero recuerda que solo se actualiza semanalmente. Es posible que encuentres información más actualizada por medio de tu estado. Según Clark, las reseñas en Yelp y Glassdoor también son un buen recurso.

“Haz lo posible por enterarte rápidamente sobre la manera en la que el centro de cuidados reaccionó a un resultado positivo”, recomienda Barajas, quien sugiere que, ante todo, te comuniques directamente con ese establecimiento.

“Preguntar cuál es su plan y cómo lo están implementando es un paso muy esencial”, afirma Lori Smetanka, directora ejecutiva de Consumer Voice, un grupo sin fines de lucro de defensa de derechos públicos en relación con los cuidados a largo plazo. Dice que esto incluye muchas preguntas sobre el equipo de protección individual, las pruebas, la agrupación de residentes en unidades y otros temas, cuyo objetivo es responder a la pregunta central: ¿qué están haciendo para proteger a los residentes y al personal?

¿Debería sacar a mi ser querido?

Esta es una pregunta difícil y “no hay respuestas definitivas”, dice Schrack. “En verdad depende de si en tu hogar puedes brindarle mejores cuidados y un entorno más seguro, y si es así, ¿durante cuánto tiempo?”.

Para tomar esa decisión, deberías tener en cuenta muchos factores, según Smetanka: “¿Quiere la persona marcharse de ahí? ¿Tendrá derecho a regresar a ese lugar? ¿Está equipado tu hogar adecuadamente para los cuidados que necesita? ¿Tu ser querido necesita cuidado médico? ¿Cómo lo recibirá? ¿Quién entra a tu hogar y podría exponer a tu familiar al virus?”.

“No es imposible superar estos desafíos”, continúa, “pero la gente necesita tener presente que muchas veces no tiene que ver solamente con llevar a la persona a casa”.

En pocas palabras, piénsalo detenidamente. Y “entiende que la COVID-19 formará parte de nuestra nueva normalidad por un buen rato”, dice Barajas. “Su presencia en un centro de cuidados no es una sentencia a muerte", agrega, “pero sí podría serlo si ahí no se toman medidas para abordar el asunto con rapidez y coherencia”.

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