Cómo mejorar la calidad del aire en ambientes interiores
Estrategias simples para protegerse de la COVID-19, el moho, el radón y otros contaminantes del aire.
In English | Ahora que trabajamos o estudiamos desde casa y el clima se pone más frío, pasamos más horas en ambientes cerrados que antes de que comenzara la pandemia de coronavirus.
Por eso, es más importante que nunca hacer lo posible que el aire que respiramos dentro de casa no tenga contaminantes. Si trabajas fuera de casa o en una oficina, allí también puedes mitigar el riesgo de contraer coronavirus.
La calidad del aire en los espacios cerrados se puede contaminar debido a elementos habituales del hogar como asbesto, radón, moho, productos químicos domésticos y humo de cigarrillo. En algunas zonas del país, el humo de los incendios forestales también puede agravar el problema. A decir verdad, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) calcula que la contaminación del aire de los espacios cerrados podría ser de dos a cinco veces superior que la del aire exterior (en inglés).
6 hábitos que mejoran la calidad del aire interior
- Limpia las rejillas de ventilación de la cocina con frecuencia para que funcionen bien.
- Enciende los ventiladores de techo.
- Usa filtros HEPA en el sistema de climatización (HVAC) y cámbialos cada seis a doce meses.
- Limpia las superficies del baño después de la ducha.
- Quítate los zapatos y las botas al llegar para reducir la cantidad de sustancias químicas y partículas que ingresan a la casa.
- Limpia la humedad de las ventanas y los alféizares.
Las estrategias sencillas como una buena ventilación y ciertas soluciones económicas como los purificadores de aire y los filtros pueden ser de gran utilidad. Si bien las plantas verdes pueden lucir bien, los expertos señalan que no afectan demasiado la calidad del aire del hogar. Aquí compartimos algunos métodos para purificar el aire del interior del hogar.
Aumentar la ventilación
La mayoría de la gente no piensa en la calidad del aire interior a menos que tenga síntomas, como por ejemplo dolor de cabeza, alergias acentuadas, aumento del asma, fatiga, tos, sequedad de ojos y erupciones cutáneas.
“Sabemos que las partículas (aerosoles o pequeños sólidos o líquidos suspendidos en el aire, como polvo, humo, esmog o aceite de cocina) tienen efectos perjudiciales para la salud que oscilan entre enfermedades respiratorias pulmonares y problemas cardiovasculares”, indica Delphine Farmer, profesora adjunta de Química en Colorado State University en Fort Collins.
Si bien un buen monitor de aire interior puede indicar cuántas partículas hay en tu casa (aunque debes desconfiar de los que afirman poder detectar todo), también puedes usar la nariz, sugiere Farmer.
“Si hay humo en el área o si vives cerca de una carretera con mucho tráfico, por lo general puedes oler o ver que la calidad del aire no es buena”, explica.
Hay soluciones económicas que pueden lograr grandes cambios, según Jamie Gold, de 60 años, consultora de diseño para el bienestar en San Diego y autora de Wellness By Design. Comienza por abrir una ventana (a menos que haya humo de incendios forestales en la zona), una estrategia recomendada por la EPA para aumentar la ventilación y reducir el riesgo de contraer COVID-19.
“Lo ideal es tener el espacio mejor ventilado y que entre todo el aire exterior que sea posible. Esto es cierto durante una pandemia pero también es cierto en general”, indica Gold.
Utiliza también los ventiladores de baño o de cocina que estén bien instalados. Sin una ventilación adecuada de la cocina al exterior, la casa se puede llenar de grasa, olores de comida y humo, agrega.
“La falta de ventilación en el baño puede producir a formación de moho y hongos”, explica Gold. “Usa ventiladores que funcionen bien y cámbialos si ya no funcionan”.
Usar filtros y purificadores de aire
Usa filtros de aire eficientes en el sistema de climatización de tu hogar y cámbialos cada seis a doce meses para mejorar la calidad del aire. Trata de encontrar filtros de alta eficiencia para partículas de aire (HEPA), pero evita los que usan luz ultravioleta porque pueden producir ozono, un peligroso contaminante del aire, advierte Farmer. Lo mismo sucede con los filtros con ionizadores o productores de radicales hidroxilo.
“No cumplen ninguna función que no cumpla el filtro HEPA común y además pueden introducir moléculas tóxicas en los ambientes interiores”, explica.
Los purificadores de aire portátiles pueden filtrar los contaminantes de una sala y, cuando se usan con los mejores métodos que recomiendan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, pueden ser parte de un plan general de protección contra los gérmenes, las bacterias y el virus que causa la COVID-19, según la EPA. Farmer explica que los purificadores extraen el aire a través de un filtro HEPA, e incluso los modelos más económicos eliminan eficazmente los aerosoles.
Kathy Przywara tiene 55 años y toma medicamentos a diario para el asma, y ahora vivir en Mountain View, California, que es una zona de incendios forestales, presenta dificultades. Utiliza siempre los purificadores de aire que acaba de comprar.
“Cuando hay incendios activos y el humo sopla hacia el valle, aumentan los síntomas de asma”, señala Przywara, directora comunitaria sénior de la Asthma and Allergy Foundation of America, que en octubre celebró el Mes Nacional de Calidad del Aire Interior con el lanzamiento de un nuevo recurso interactivo para tener un hogar más saludable (en inglés) que ofrece consejos para reducir los desencadenantes de alergias y asma.
“También puedes simplemente comprar un ventilador de caja y pegarle un filtro con cinta adhesiva, lo que ofrece muy buenos resultados”, agrega Farmer.
Si vives en una zona donde el aire exterior está muy contaminado, por ejemplo, por el humo de incendios forestales, Farmer recomienda que intentes conseguir un mejor filtro para el sistema de climatización. Los valores de eficiencia mínima registrada (MERV) (en inglés) miden la capacidad de un filtro para absorber partículas más grandes, y lo mejor es comprar un filtro con el valor de MERV más alto que pueda usar tu sistema de climatización para que el aire sea más puro.
Prevenir la proliferación de moho y hongos
Reducir la humedad relativa del hogar es fundamental para prevenir el crecimiento de moho, bacterias y virus, afirma Doug Hoffman, de 71 años, director ejecutivo de la National Organization of Remediators and Mold Inspectors (NORMI), una organización sin fines de lucro de Abita Springs, Luisiana. NORMI ofrece información al público y capacita a los profesionales sobre la identificación y eliminación del moho tóxico.
“Por lo general, el moho, las bacterias y los virus proliferan en ambientes en los que la humedad relativa es superior al 60% o inferior al 40%, así que debes mantenerte dentro de ese margen”, explica Hoffman, quien recomienda usar ventiladores, pasar la aspiradora con frecuencia y asegurar que entre aire del exterior a la casa.
Para hacer un análisis exhaustivo de la humedad de tu hogar, un profesional puede realizar pruebas con hisopos o aerosoles, recuentos de partículas y mediciones de humedad relativa y temperatura para crear un perfil de la calidad del aire interior (IAQ). Según Hoffman, si se encuentran problemas se puede utilizar este resultado para adaptar una solución específica para el hogar. Para una casa o condominio de 1,500 a 1,700 pies cuadrados, un análisis completo probablemente cueste entre $600 y $1,200.
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Para solucionar problemas de moho, en general los expertos desinfectan a fin de reducir la cantidad de microbios. Para eso puede ser necesario vaporizar y limpiar el área o usar tecnología de purificación del aire. En los casos graves puede ser necesario descontaminar, es decir, eliminar los materiales afectados.
Controlar el nivel de radón
Como se acerca la temporada de invierno, el radón representa otro riesgo para la calidad del aire interior. Este gas natural radioactivo se encuentra en casi todos los tipos de suelo y puede ascender a través del piso hasta el hogar por los cimientos. La presencia de altas cantidades de radón constituye la segunda causa principal de cáncer de pulmón, advierte Gold.
“Es invisible, no tiene olor y está presente en el nivel inferior de muchos hogares”, indica. “Tal vez haya más personas en el hogar en este momento, estudiantes universitarios que regresaron de la facultad o un familiar mayor, o tal vez estés utilizando el sótano para trabajar desde casa”.
Los detectores de radón son económicos y se pueden comprar en internet o en la ferretería local. Las empresas de servicios profesionales de mitigación de radón, que suelen ser más exactos, también pueden examinar si hay radón en el hogar.
En Boulder, Colorado, David Naidu, de 54 años, y su esposa Daniela, de 51, aprovecharon el kit gratuito de prueba de detección de radón de que proporciona la ciudad y registraron los valores durante varios días.
“Descubrimos que el nivel de radón de nuestro apartamento era alto, por lo que el arrendador accedió a contratar una empresa de reducción de este gas”, señala Naidu.
Para disminuir el nivel de radón, la empresa aumentó la ventilación de gas debajo del piso de concreto del hogar de Naidu y lo extrajo del apartamento a través de un agujero que perforaron en la pared. La pareja se siente aliviada de que se haya resuelto el problema, en particular porque también se encuentran en una zona de incendios forestales.
“La calidad general del aire en nuestra zona ha sido inferior a lo aconsejable, con humo y niebla claramente visibles”, indica Naidu. “Compramos dos purificadores de aire con filtros HEPA para nuestro hogar que funcionan al menos seis horas por día. Notamos que el aire interior de la casa parece mucho más puro”.