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Una profunda división se cierne sobre las elecciones de mitad de mandato

Los votantes mayores dicen que desaprueban las profundas divisiones políticas del país. Sin embargo, pocos parecen estar dispuestos a cruzar las líneas partidistas.


spinner image Dos electores, uno vota en una cabina azul y otro en una cabina roja
HILL STREET STUDIOS/GETTY IMAGES

 

No es de extrañar que, en una encuesta nacional a principios de este año, los posibles votantes mayores de 50 años le den prioridad a la economía como su principal inquietud electoral. Sin embargo, la segunda inquietud era el clima político, es decir el alto nivel de disensión que enfrenta actualmente el país.

¿Desean un cambio estos votantes? Dicen que sí. En la misma encuesta, el 69% de los encuestados señalaron que era más probable que votaran por alguien dispuesto a dejar a un lado algunas prioridades a fin de que se aprueben las leyes necesarias. Solo el 29% indicaron que desean que sus legisladores se mantengan firmes pase lo que pase. Sin embargo, he aquí la ironía: en los últimos años, el número de personas en el país dispuestas a cruzar las líneas partidistas ha disminuido al nivel más bajo en más de un siglo.

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Es en medio de este entorno de convicciones contradictorias, preocupación por el futuro y desconfianza del Gobierno que las personas en el país se preparan para decidir las elecciones de mitad de mandato del 2022. Los estrategas, expertos y votantes no sienten gran optimismo en cuanto a la resolución de ninguno de estos desafíos en el futuro próximo.

“En algún momento en los últimos 20 años, transigir se ha convertido en una palabra odiosa”, señala Stu Rothenberg, redactor en jefe de Inside Elections, un boletín informativo no partidista. Si bien es cierto que todavía hay más personas en el país que en el Capitolio cuyas opiniones políticas se sitúan en el centro del espectro político, “también es cierto que las voces más fuertes y airadas llaman más la atención”, indica Rothenberg.

Y esas voces fuertes nos influyen a todos. “Creo que muchas personas van a votar según su afiliación política, porque los dos partidos se han vuelto muy polarizados debido a que las opiniones de ambas partes son tan extremas”, explica Leslie Dilley, una republicana de 68 años que vive en Hayden, Idaho, una zona que favorece mucho al Partido Republicano. “Hemos perdido nuestra estabilidad como nación”, añade. “Es la peor situación que he visto”. Dilley dice que no le gustan lo que llama los elementos marginales de ambos partidos. Por su parte, indica que aún puede mantener una conversación civilizada con sus dos hermanas, que tienen opiniones muy diferentes de la suya. No obstante, la mayoría de las veces la familia evita hablar de política cuando se reúnen.

Los asuntos nacionales prevalecen sobre los asuntos locales

El difunto presidente de la Cámara de Representantes Tip O’Neill siempre dijo que toda la política es local, lo que significa que los votantes basan sus decisiones en los problemas que los afectan directamente a ellos y a sus comunidades. Los politólogos observan que ese ya no es el caso. La política gira ahora en torno de los asuntos nacionales.

“Hemos llegado al punto en que votas por el equipo rojo o el equipo azul”, señala Glen Bolger, estratega electoral del Partido Republicano. “Sí, todavía hay algunos votantes que fluctúan entre un partido y otro y marcan una gran diferencia. No obstante, en muchos casos, no importa quién sea el candidato”.

Las investigaciones de Brookings Institution, un centro de estudios sin afiliación política radicado en Washington D.C., muestran que solo el 8% del electorado votó a favor de un presidente y un congresista de distintos partidos en el 2016; en el 2012, solo el 6% emitieron una papeleta “mixta”, es decir, votaron por candidatos de distintos partidos. Eso se compara con casi el 20% de los distritos con papeletas mixtas en el 2000 y el 44% en 1972. La última vez que el número de papeletas mixtas fue inferior al 10% fue en 1920.

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Como parte de su proyecto de investigación de mujeres votantes She’s the Difference, AARP habló con mujeres votantes de más de 50 años en todo el país. Muchas expresaron su inquietud por la falta de unidad. Durante un grupo de discusión, una demócrata dijo que hace una década era común que votara por candidatos de los dos partidos principales; todo dependía de su plataforma. Ahora, subrayó, ni siquiera consideraría votar por un candidato republicano.

Si bien el aumento de la polarización política ha llevado a más personas a atrincherarse en sus respectivos partidos, esta falta de unidad también ha tenido como consecuencia, irónicamente, que más personas se consideren votantes independientes, señalan los expertos. 

Muchas personas que solían identificarse como parte de un partido u otro ya no lo hacen, observa Jeff Jones, un redactor sénior de Gallup. “Cuando les preguntamos si se consideran demócratas o republicanos, estos votantes indican que se consideran independientes”, incluso si apoyan a un partido u otro en asuntos de política pública.

Las encuestas de Gallup confirman esto. “Al menos 4 de cada 10 personas en el país se han considerado votantes independientes todos los años desde el 2011, a excepción de los años de elecciones presidenciales del 2016 y el 2020”, indica un informe sobre su encuesta publicado en enero. “Antes del 2011, el número de votantes que se consideraban independientes nunca había llegado al 40%”.

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¿Es culpa de los medios de comunicación?

Las divisiones partidistas extremas han sido a menudo parte de la política del país, observa el estratega republicano Bolger. Y sugiere que recordemos la Guerra Civil, las protestas contra la guerra de Vietnam de los años 60 y Watergate. ¿Cuál es la diferencia ahora?

Bolger y otros sugieren que dónde las personas obtienen la información, qué canales de las redes sociales frecuentan e incluso dónde deciden vivir, ha exacerbado la atmósfera partidista actual.

“Las personas piensan que no pueden confiar en las noticias. No saben qué creer”, señala Margie Omero, encuestadora demócrata del equipo bipartidista que realizó la encuesta She’s the Difference, de AARP. Public Agenda, una organización no partidista de investigación y participación pública, realizó una encuesta el año pasado sobre la división partidista como parte de su iniciativa Hidden Common Ground. Solo el 9% de los 2,345 adultos de EE.UU. encuestados creen que la hostilidad política y las divisiones entre las personas comunes disminuirán durante la próxima década; el 42% creen que aumentarán. Cuando se les preguntó qué podría ayudar a unir al país, “noticias e información más precisas y fidedignas”, encabezó la lista.

“Creo que mucho de esto tiene que ver con la distribución geográfica de la población en el país”, sugiere Andrew Seligsohn, presidente de Public Agenda. “Cada vez más, vivimos en vecindarios que carecen de diversidad de varias maneras, en especial en términos de ingresos. Las personas no se reúnen a hablar con personas que son muy diferentes de ellas”.

Seligsohn también señala que, a diferencia de las protestas de los años 60 y principios de los años 70 contra políticas como la guerra de Vietnam, “lo que experimentamos ahora es diferente porque algunas de nuestras instituciones básicas se ven directamente amenazadas”. Incluso en la década de 1960, explica, se aceptó la legitimidad de las elecciones, por ejemplo.

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Votación partidista

Durante el siglo XX, las personas en Estados Unidos se mostraron más dispuestas a votar por un presidente de un partido político diferente de su congresista (denominado “resultado mixto”). Desde entonces, eso ha disminuido considerablemente.

Gina Everly cree que las divisiones en el país siempre han existido, pero que ahora han empeorado. Everly, de 60 años, es una trabajadora social, e inscrita como demócrata, que vive en el condado de San Bernardino, California. Le preocupa el posible menoscabo de algunos de los triunfos que permitieron a su familia superar la segregación hace décadas y lograr el derecho al voto. “¿Comenzaremos las minorías a perder los derechos de voto y las mujeres a perder los derechos sobre nuestro cuerpo?”. También le preocupa el estado de la democracia. “No creo que la democracia, en su sentido más fundamental, desaparezca nunca”, dice. “Sin embargo, no creo que sea inclusiva en la manera que los afroamericanos luchamos por lograr”.

La lucha por la esperanza

Seligsohn, de Public Agenda, admite que su encuesta no ofrece un panorama optimista. No obstante, señala, la falta de unidad en el país no significa necesariamente que las personas estén también enojadas con sus compatriotas. Según la encuesta, solo el 30% de las personas en el país tienen sentimientos desfavorables hacia quienes no votan como ellos.

Considera que las personas mayores han de desempeñar un papel en el intento de salvar la brecha partidista. “Los jóvenes piensan que sus intereses están por completo marginados en la política del país en este momento”, dice Seligsohn. Y muchos votantes más jóvenes solo conocen un país con profundas divisiones políticas. Seligsohn sugiere que las personas mayores deben ayudar al colaborar con los jóvenes para eliminar esas divisiones. 

Los expertos en política afirman que se observan focos en Estados Unidos en los que las personas y las organizaciones intentan salvar la brecha partidista.

David Blankenhorn cofundó Braver Angels después de las elecciones del 2016. El grupo sin fines de lucro cree que una manera de superar el clima actual es que nos reunamos y conversemos de manera civilizada con personas que tienen diferentes puntos de vista.

A los que sugieren que hablar no resolverá nada, Blankenhorn observa, les recordamos que “la definición misma de democracia es el gobierno por medio del diálogo. Si no ejerces gobierno por medio del diálogo, entonces lo que tienes es gobierno por la fuerza”.

Braver Angels tiene 83 oficinas locales en todo el país y alrededor de 50,000 personas que se han suscrito o asistido a un evento. “Este problema ha ido en aumento durante décadas, y no será fácil dar un giro”, explica Blankenhorn. “Creemos que estamos logrando progreso, pero en última instancia, es cuestión de tener esperanza”..

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