Skip to content
 

4 pasos para lograr que tu dinero te dure toda la vida

Una fórmula sencilla y fácil de usar para asegurarte de que no se te termine el dinero.

In English | Como columnista financiera, me preguntan lo mismo una y otra vez: “¿Cómo puedo asegurarme de que no se me acabará el dinero durante la vida?”. Y esto es razonable. Las encuestas confirman que la principal preocupación entre los adultos mayores en este país es que se les acabe el dinero. Por suerte, los planificadores financieros idearon métodos sensatos para prevenirlo. La siguiente es una recopilación de sus reglas clave para mantener ingresos con los que puedes vivir durante toda la vida, además de ejemplos que te muestran cómo implementar estas reglas generales. La meta es tu tranquilidad: saber que aprovechas al máximo el dinero que ahorraste y que siempre tendrás suficiente.


Recibe contenido similar, suscríbete a nuestro Boletín


El número mágico

La clave de la planificación a largo plazo es saber un número esencial: cuánto dinero puedes permitirte gastar al año. A partir de eso, puedes ajustar tus gastos para que coincidan con esa cantidad.

Quizás te sientas tentado a invertir el orden —calcular tus gastos en el futuro, y luego ajustar tus suposiciones de inversión para que esos gastos parezcan posibles—. Pero eso es hacerte ilusiones: esperar que un gran rendimiento en tus inversiones rescatará tu presupuesto. Te lleva a gastar demasiado al principio y arrepentirte más adelante.

En su lugar, concéntrate en el dinero real y garantizado que tendrás. Existen dos fuentes principales:

  • Tus ahorros e inversiones personales.
  • Tus ingresos garantizados de otras fuentes.

Descarga esta hoja de cómputos (en inglés) para ayudarte a determinar tus ingresos sostenibles. Los pasos clave:

Paso 1: suma tus ingresos garantizados

La fuente más común es el Seguro Social, que tal vez ya estás recibiendo. (Si no es así, obtén un cálculo aproximado llamando al Seguro Social o abriendo una cuenta “My Social Security” en ssa.gov). Quizás también tengas una pensión o anualidad. Si eres dueño de una propiedad solvente de alquiler, incluye la cantidad de alquiler que recibes después de los gastos.

Paso 2: calcula tus ingresos de los ahorros

¿Cuántos ingresos anuales puedes sacar con prudencia de tus ahorros e inversiones? Para obtener la respuesta, hay una regla general muy sencilla:

  • Suma el valor actual de tus activos gastables, como cuentas bancarias, fondos mutuos, acciones y bonos. Incluye los ahorros para la jubilación y los que no están destinados a la jubilación.
  • Resta de ese total una reserva de dinero en efectivo para ayudar a cubrir los gastos a corto plazo.
  • Después, saca el 4% de lo que quede.

Esa es la cantidad “segura” de tus activos que los planificadores financieros dicen que puedes permitirte gastar durante el primer año de jubilación sin correr el riesgo de que se te terminen los ahorros. En cada año posterior, saca la misma cantidad en dólares más un aumento por inflación.

Por ejemplo: digamos que tienes invertidos $100,000 (más una reserva de dinero en efectivo). Durante el primer año de jubilación, podrías gastar $4,000 de ese dinero. Si la inflación es de un 3%, en el segundo año retirarías $4,120; la cantidad del primer año más un aumento por inflación. Sigue este patrón para cada año futuro.

Con este sistema, conocido como la “regla del 4%”, tus ahorros deberían durar por lo menos 30 años y probablemente más. Esta estimación se basa en el trabajo pionero del planificador William Bengen, quien analizó tasas de gastos de 30 años contra el historial de rendimiento de acciones y bonos del Tesoro de Estados Unidos. Los mercados suben en algunos años y bajan en otros, pero la regla del 4% toma esto en cuenta. El dinero no se te terminará, siempre y cuando sigas retirando una cantidad estable, más aumentos por la inflación. Esta regla habría protegido tus ingresos anuales incluso durante períodos de 30 años que incluyen la Gran Depresión de la década de 1930 y la Gran Estanflación de la década de 1970. Durante períodos mejores, los ahorros durarían muchos más años.

Paso 3: suma el total de tus ingresos

Agrega esa cantidad “segura” del 4% a tus ingresos anuales garantizados. Por ejemplo, si el Seguro Social te pagará $20,000 y sacarás $4,000 de $100,000 en ahorros, tendrás $24,000 que puedes usar con seguridad para los gastos de manutención, lo que incluye impuestos.

Paso 4: establece tu presupuesto

Por último, divide por 12 tus ingresos anuales esperados para calcular el dinero que tendrás disponible cada mes. Y eso es todo. No te preocupes por la inflación; tus ingresos deberían crecer al ritmo de la inflación, gracias a los aumentos por costo de vida del Seguro Social y los incrementos de la cantidad anual que sacas de tus ahorros.

Factores especiales

Calcula tus ingresos gastables de tres maneras: una vez como pareja, una vez suponiendo que tú falleces primero y una vez suponiendo que tu pareja fallece primero. ¡No dejes de hacer este análisis! Las parejas por lo general reciben dos cheques del Seguro Social, uno para cada cónyuge. Quien sobreviva solo recibirá un cheque. Si recibes una pensión, esto también puede disminuir o eliminarse cuando fallezcas. Cada cónyuge debe saber lo que podría cambiar después de que fallezca su pareja.

¿Te preocupa que estas cantidades no financiarán un nivel de vida decente? Tal vez te convenga recurrir al valor líquido de tu vivienda.

Sin embargo, para los jubilados puede ser difícil obtener un préstamo sobre el valor líquido de la vivienda. En vez de eso, si no deseas mudarte, podrías obtener una hipoteca revertida: un préstamo sobre tu hogar para el cual no hay que realizar pagos hasta que abandones tu vivienda de manera permanente. La deuda por lo general se salda con los fondos de la venta de tu hogar. Los costos son altos: si tu vivienda vale $260,500 —la mediana de precio en Estados Unidos— una línea de crédito de $50,000 podría costar $13,000 en cargos únicos. (Ese dinero no proviene de tu bolsillo, sino del valor líquido de tu vivienda). Otra opción es tener un inquilino. O podrías mudarte a un lugar más pequeño y agregar los fondos de la venta de tu hogar a tus inversiones.

La regla del 4% está basada en la premisa de que inviertes aproximadamente la mitad de tus ahorros en fondos de bajo costo —fondos mutuos indexados o fondos cotizados en la bolsa— que son propietarios de acciones de empresas grandes y se guían por un índice del mercado de valores. La otra mitad está invertida en fondos de bonos del Tesoro. Si también tienes fondos con acciones de empresas más pequeñas, Bengen dice que es seguro comenzar gastando un 4.5%.

Sin embargo, si evitas las acciones y solo tienes bonos y certificados de depósito, un 4% es demasiado alto. Tu tasa segura de retiro inicial es más como un 3%, según el economista Wade Pfau de American College of Financial Services en Bryn Mawr, Pensilvania. También podrías comenzar con ese número si te jubilas temprano o eres propietario de acciones individuales, que son más arriesgadas que los fondos mutuos guiados por el mercado.

Por otra parte, podrías sacar un porcentaje más alto. La regla original del 4% fue diseñada para protegerte de los peores tiempos, dice el planificador financiero Jonathan Guyton de Edina, Minnesota. Pero para la mayoría de los períodos de 30 años las finanzas van bien y quizás notes que estás escatimando mientras tu dinero se acumula. Guyton sugiere que empieces con un 5% o un 5.5%. Pero, dice, hazlo solo si tienes por lo menos un 60% de tus inversiones en acciones y estás dispuesto a reducir tus gastos un poco —digamos, dejar de retirar un 10% de tu cantidad anual planificada— cuando bajan los mercados. Un 5% también es sensato si solo deseas 20 años de ingresos; por ejemplo, si no dejas de trabajar hasta que cumplas 75 años.

Jane Bryant Quinn es una experta en finanzas personales y la autora de How to Make Your Money Last: The Indispensable Retirement Guide. Ha escrito para AARP desde el 2006.