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El transporte público provee sustento durante la COVID-19

A pesar de la crisis, los conductores responden para servir a sus comunidades.


spinner image  Personas que usan mascarillas sentadas
AlexLinch/GETTY

| En gran parte del mundo se ha paralizado la vida que conocemos. Las personas están prestando atención a las advertencias del Gobierno y permanecen en sus hogares, lejos de las multitudes y los ambientes que podrían ser infecciosos. El abandono de los lugares públicos que compartimos todos también ha llegado a los autobuses y a los trenes públicos.

Se ha desplomado la demanda del transporte público durante la pandemia —del 75 al 85% en ciudades como Washington, Copenhague y Buenos Aires—. La Washington Metropolitan Area Transit Authority proyecta pérdidas de tanto como $52 millones por mes debido a los cambios en el estilo de vida relacionados con la COVID-19, la eliminación de las tarifas de autobús y la crisis económica.

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Sin embargo, a pesar de la pérdida de ingresos e incluso los peligros de la COVID-19 que su fuerza laboral enfrenta, los proveedores de transporte, comúnmente considerados estáticos e inflexibles, han respondido a estas circunstancias extraordinarias para servir a sus comunidades. 

La necesidad

Muchos adultos mayores, en particular, enfrentan grandes desafíos. Se les ha instado permanecer en el hogar porque el riesgo de enfermarse gravemente aumenta con la edad. A menudo, estos individuos no conducen, y algunos tienen recursos económicos limitados. Pero aún necesitan comida y posiblemente medicamentos, y tal vez tengan que hacer viajes vitales de rutina a citas de diálisis, por ejemplo.

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Los adultos mayores no son los únicos que dependen de los sistemas de transporte público. Puede que los hogares de bajos ingresos tengan que ir a programas de almuerzos escolares y supermercados. Las personas sin hogar pueden tener que acceder a centros de pruebas de detección del virus y lugares de cuarentena para mantener su seguridad y la de su vecindario.

Es en estos momentos, particularmente con el cierre de muchas organizaciones de servicios humanos, que el transporte público brilla como el servicio esencial que es.

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La respuesta

Los proveedores de transporte público han ajustado la manera en la que operan, y han incluso asumido nuevas funciones. Charlevoix County Transit (CCT) (en inglés) en el norte de Míchigan es solo uno de los muchos proveedores de transporte rurales que empezaron la entrega domiciliaria de víveres, paquetes de los bancos de alimentos, comidas provistas por centros de adultos mayores, y medicamentos recetados para personas de mayor edad e individuos de riesgo que no deben salir de sus hogares. La agencia de transporte también provee transportación a los residentes que necesitan ir a un programa de alimentación escolar o a uno de los restaurantes locales que ofrecen comidas a precios reducidos o gratis a los estudiantes. Además de eso, CCT (en inglés) ha extendido las tarifas gratis a todos los viajeros y eliminado los requisitos para el servicio de transporte médico.

Otro ejemplo es rabbittransit, (en inglés) una autoridad regional de transporte público que opera en 10 condados en áreas principalmente rurales en el centro y el centro sur de Pensilvania. Ha respondido a la pandemia al colaborar con el sistema local de salud para proveer a familias y a las personas sin hogar transporte a instalaciones de pruebas y lugares seguros de cuarentena. 

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Al igual que CCT, muchos sistemas de transporte en EE.UU. han eliminado las tarifas y han establecido el uso de las puertas traseras para ofrecer un mejor distanciamiento entre los conductores y los pasajeros. Esta es una medida prudente, pero tendrá repercusiones duraderas para los presupuestos de transporte. Rabbittransit, por ejemplo, está perdiendo $34,000 cada semana. 

La reciente ley CARES (en inglés) provee un sustento sin precedentes de $25,000 millones para restablecer los presupuestos de transporte que han sufrido grandes pérdidas, y les ofrece a los operadores de transporte más flexibilidad de gastos para que puedan responder con agilidad.  

En peligro

Más allá de las pérdidas financieras de las agencias de transporte, sus conductores corren riesgos personales. Pero el transporte es una necesidad para todos, y los proveedores tienen que estar ahí para ellos. MOVIA, (en inglés) autoridad regional de transporte de Copenhague y coordinadora de servicios flexibles innovadores para responder a la demanda (en inglés), ha dedicado un vehículo para el transporte de pacientes con COVID-19 de una ala de hospital a otra. MOVIA también eliminó temporalmente sus servicios reconocidos a nivel mundial de viajes compartidos al limitar cada vehículo a un pasajero.

A pesar de las medidas prudentes para distanciar físicamente a los conductores y los pasajeros, los operadores de transporte público y los profesionales de entregas ahora forman parte de la primera línea. Deben ser reconocidos, junto con los trabajadores de atención médica y los de servicios de alimentos, por servir en ese rol.

La adaptación del transporte público durante este tiempo de crisis demuestra la capacidad de cambiar hasta nuestros modos más tradicionales de movilidad para satisfacer las necesidades de la gente, asegurar el traslado seguro de los bienes y hacer al mundo más resistente. No olvidemos las lecciones de este momento mientras preparamos nuestro futuro sistema de transporte para responder a otros desafíos. Estos comenzarán con la recesión económica mundial, y continuará desde ahí, incluso hacia la inminente amenaza climática. Es imperativa una respuesta igualmente ágil para esos retos. 

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