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Veteranos de la guerra de Afganistán reflexionan sobre su servicio

Cinco veteranos de 53 a 62 años hablan de las lecciones aprendidas al finalizar el conflicto de 20 años.


spinner image Fotos de veteranos de la guerra de Afganistan que entrevistó A A R P
Cortesía de (en el sentido de las agujas del reloj, desde la esquina superior izquierda) Andrea Mcclam, Tom Porter, Jim Wiltraut, Tony Vizcarrondo, Jim Saenz.

Veteranos de la guerra de Afganistán

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Jim Wiltraut fotografiado en Afganistán (izquierda) y hoy, con su esposa, Karen, y su hijo Henry.
Cortesía de Jim Wiltraut

La guerra de Afganistán, la más larga de la historia de Estados Unidos, duró 20 años. En ella murieron 2,461 soldados y 20,744 resultaron heridos entre los más de 800,000 estadounidenses movilizados. Los miembros más jóvenes del Ejército solo conocieron un país en guerra. Para los de mayor edad, las experiencias anteriores al comienzo de los combates en el 2001 sirvieron para definir su comprensión del complicado conflicto que, dos décadas después, ha llegado a su fin.

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Cuando se acababan de retirar las fuerzas estadounidenses del país, hablamos con cinco veteranos de la guerra de Afganistán sobre sus experiencias como miembros mayores —a veces los de mayor edad— de sus unidades, y les pedimos su opinión sobre lo que las personas en Estados Unidos deberían saber sobre el conflicto. Hemos editado y condensado sus respuestas para mayor claridad (audios en inglés).

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Jim Saenz de uniforme en el 2014 (izquierda) y ahora, como veterano jubilado.
Courtesy Jim Saenz

Jim Wiltraut, 62 años, de Alexandria, Virginia

spinner image Andrea McClam
Andrea McClam era la única mujer de su equipo.
Cortesía de Andrea McClam

De marzo a octubre del 2017, Wiltraut fue el jefe de asuntos públicos de Combined Security Transition Command, una organización multinacional dirigida por Estados Unidos que equipó a las fuerzas afganas para luchar contra los talibanes. Se retiró con el grado de capitán de la Marina a principios de este año, después de 44 años de servicio.  

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Tony Vizcarrondo sosteniendo los colores de la unidad (de espaldas a la cámara) y de uniforme en el 2013.
Cortesía de Tony Vizcarrondo

¿Cómo fue Afganistán en comparación con sus misiones anteriores?

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El servicio militar de Tom Porter lo llevó a los pasillos del Capitolio como defensor de los veteranos.
Courtesy Tom Porter

Había combates directos por todas partes. Nosotros decimos que estábamos allí para entrenar, asesorar y ayudar, pero el enemigo estaba allí para matarnos.

¿Cómo lo prepararon su edad y su experiencia para la misión?

Con tantos años a cuestas, no puedes evitar ser adaptable. Hay que estar preparado para todo. Al mismo tiempo, sabes que el día va a estar lleno de sorpresas. Mientras más preparación tengas, menos sorprendido estarás. El día que llegué a Afganistán faltaba una semana para mi cumpleaños número 58. Bajé del helicóptero con muchachos que tenían poco más de 20 años. Había cosas que ellos podían hacer y yo no, según la experiencia y el rango, aunque yo era mayor que muchos de ellos. Todos bajamos del helicóptero sabiendo que formábamos parte de un todo.

¿Qué deben saber las personas en Estados Unidos sobre la guerra?

Es frustrante mirar atrás, ver los sacrificios que ha hecho tanta gente y ver cómo se desperdicia todo eso cuando los talibanes arrasan el país, prácticamente sin la oposición de las fuerzas que nos costó tanto tiempo crear, financiar y entrenar. 

Lo que espero que las personas recuerden es que hace 20 años, cuando nos atacaron por primera vez, hubo personas dispuestas a dar su vida para asegurar que eso no volviera a ocurrir. Y a pesar de todas nuestras divisiones políticas y sociales, puedes estar seguro de que habrá personas de 18 años en adelante que van a estar dispuestas a tomar esa decisión de nuevo.

¿Cuál es su recuerdo más vivo?

El 31 de mayo del 2017, un camión bomba explotó a unos 1,000 metros de donde yo estaba parado en una azotea. Vi cómo la estela de energía sobrepasaba la parte superior del edificio que había entre esa bomba y yo. Cuando me alcanzó, salí despedido unos 15 pies. Como estaba en una azotea, no había mucho terreno que ceder. Cuando se aclaró mi confusión, fui hacia la puerta donde estaban todos mis compañeros. Fue un caos durante un rato; luego recogimos el equipo y escuchamos lo que teníamos que hacer después. Pronto nos dimos cuenta de qué era y de sus implicaciones.

¿Qué cree que tienen en común todos los veteranos de la guerra de Afganistán?

Como dicen, "todas las generalizaciones son mentira". Sin embargo, espero que compartan el orgullo por lo que han hecho.

Jim Saenz, 56 años, de Arlington, Virginia

Como oficial de las Fuerzas Especiales, Saenz fue a Afganistán varias veces a mediados de la década de los 2000. Anteriormente había prestado servicio en la Operación Tormenta del Desierto, entre otras, para combatir el terrorismo y en misiones de lucha contra el narcotráfico. Se retiró del Ejército con el grado de coronel en el 2017, después de 30 años de servicio.

¿Qué deben saber las personas en Estados Unidos sobre la guerra en Afganistán?

Habiendo estado en muchos destacamentos en otras partes del mundo, creo que es importante entender que las personas son personas. Independientemente de la parte del mundo donde vayas —la situación económica, la religión predominante o las normas culturales—, todos somos humanos y todos queremos lo que podríamos definir como una vida mejor para nuestras familias.

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¿Cuál es su recuerdo más vivo?

Tengo muchos recuerdos muy vívidos. Pero poder vivir en un paisaje y una cultura diferentes fue una experiencia muy positiva. Sin embargo, creo que la experiencia más impactante fue tener que despedir a los amigos y compañeros caídos cuando los poníamos en un avión para el último viaje a casa.

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¿Qué cree que tienen en común todos los veteranos de la guerra de Afganistán?

Es difícil expresarlo con palabras, pero hay un entendimiento común de que has recorrido el mismo terreno y has pasado por las mismas dificultades y peligros.

Después de 30 años de servir a mi patria en muchas funciones y lugares diferentes en todo el mundo, todavía hallo que servir a la nación es algo que me motiva y, creo, motiva a la mayoría de las personas que han servido en las Fuerzas Armadas, especialmente a las que han servido en lugares peligrosos.

Andrea McClam, 59 años, de Chicago

Como la única mujer de su grupo, McClam se desempeñó como jefa de carga entre el 2003 y el 2005 y estuvo a cargo del transporte de personal y de carga por todo Afganistán, Oriente Medio e incluso Europa. En su carrera militar apoyó los objetivos de Estados Unidos en la Operación Tormenta del Desierto y la invasión de Panamá. Se jubiló de la Fuerza Aérea en el 2009 como sargento mayor sénior, después de 27 años.

¿Cómo fue Afganistán en comparación con sus misiones anteriores?

Afganistán fue muy diferente. Muchas de mis operaciones eran nocturnas, lo que nos obligaba a quedarnos en las diferentes bases a las que llegábamos por avión. Mi equipo y yo lo hacíamos todo juntos y éramos muy unidos. Éramos como una pequeña unidad. Yo digo que mi movilización me preparó para esta pandemia porque todo el mundo a mi alrededor se queja de estar en casa. Para mí, es como estar en una misión.

¿Cómo la prepararon su edad y su experiencia para la misión?

Las experiencias de la vida te preparan para estar en un espacio donde las cosas no te inquietan tanto. Simplemente miras las cosas con una perspectiva diferente. Cuando eres joven, te entusiasmas con las cosas que quieres que sucedan. Como resultado, tiendes a centrarte más en tu miedo que en la situación concreta. Todos tenemos distintos niveles de miedo. Siempre me preguntan: "¿tenías miedo?". Y yo respondo: "fuera de lo normal, no. La mayor parte del tiempo, me concentraba en mi trabajo y en lo que tenía que hacer para cumplir mis misiones". 

¿Qué deben saber las personas en Estados Unidos sobre la guerra?

Muchas veces, hablas con personas que te dicen que ni siquiera saben por qué lo hicimos. Pero es una lección de historia. Un poco de investigación sobre la historia de nuestras relaciones con otros países ayudaría a las personas a entender por qué vamos adonde vamos y hacemos el trabajo que hacemos. Ayudamos a promover más derechos para las mujeres y a difundir la democracia. Pero ahora, todo el trabajo que se hizo se está perdiendo.

¿Cuál es su recuerdo más vivo?

El entorno nos exigía estar constantemente en alerta máxima con la mentalidad puesta en el modo de supervivencia. No había que hacer nada que llamara la atención de noche. Cosas como las que se ven en las películas. Tienes que hacer lo necesario para estar a salvo. Fue un poco gracioso, porque cuando llegué a casa todavía estaba en ese modo. Miraba debajo del auto antes de subirme. Hacía un montón de cosas que hacíamos allá. Y pensaba: "¡Ay, caramba! De veras necesito hacer la transición a la vida civil otra vez". 

¿Cómo fue servir en Afganistán como mujer?

En Estados Unidos, damos por sentadas muchas cosas. Cuando vas a un lugar así, especialmente como mujer, ves que a las mujeres no se les habla, es como si no existieran. Y luego, aquí en Estados Unidos, simplemente somos libres. Podemos hacerlo todo.

Yo era la única mujer en mi equipo de seis. Una vez tuve la oportunidad de unirme a un equipo compuesto solamente por mujeres, en Qatar. Nos sacaron de nuestros equipos asignados y nos juntaron para esa misión. Cuando volamos esa misión, sentimos un cierto orgullo y nos emocionó mucho que nuestros superiores pensaran que éramos capaces de volar en combate y llevar a cabo la misión. Las pocas mujeres con las que hablaba cuando estaba destacada hablaban principalmente de su casa, porque muchas de ellas tenían poco más de 20 años, mientras que yo tenía casi 50.

También me respetaban, porque soy una persona muy espiritual. Siempre encontraba algo que decir para darles ánimo. Les contaba que tenía dos hijos jóvenes en casa. Pero usaba el correo electrónico, Skype y escribía cartas. Lo mejor de estar destacada era recibir cartas.

Tony Vizcarrondo Jr., 57 años, de Manchester, Nuevo Hampshire

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Vizcarrondo fue enviado dos veces a Afganistán: la primera en el 2010 y la segunda como sargento mayor en el 2012. Durante los 33 años que precedieron a su jubilación del Cuerpo de Infantería de Marina en el 2015, la mitad de sus 12 movilizaciones fueron a zonas hostiles de conflicto, como Beirut en 1984, la guerra del Golfo y la guerra de Irak del 2006 al 2008.

¿Cómo lo prepararon su edad y su experiencia para la misión?

Me pusieron en contacto directo con algunos de los hombres y mujeres jóvenes más notables de esta nación. Pude recurrir a mis anteriores experiencias de servicio para orientarlos mientras enfrentaban problemas en el extranjero y en Estados Unidos. El desempeño diario de estos infantes de marina y marineros en algunas de las condiciones más difíciles fue realmente inspirador y la continuación de un largo legado de los combatientes que los precedieron.

¿Cuál es su recuerdo más vivo?

Hay aspectos de Afganistán que son impresionantes, desde las cordilleras, los wadis [valles] y el increíble ingenio del pueblo afgano para prosperar en los entornos más hostiles. También están las tormentas de arena que tapan el sol, el calor extremo y el terreno. En particular, mientras realizábamos un reconocimiento de ruta en noviembre del 2010, el enemigo nos atacó directamente después de que nuestro vehículo de vanguardia chocara con un gran artefacto explosivo improvisado. Un miembro del grupo perdió una pierna y otro quedó inconsciente, lo que tuvo efectos después del servicio. Nuestro ayudante médico de tercera clase, Paul Gomez, y yo nos dirigimos al vehículo, prestamos los primeros auxilios básicos y nos llevamos a los heridos al lugar de la evacuación médica para que recibieran más tratamiento. Recuerdo cómo aquel infante de marina se agarró al cuello de mi camisola de camuflaje, me miró a los ojos y me habló mientras lo sacábamos del vehículo destrozado.

¿Qué deben saber las personas en Estados Unidos sobre la guerra?

En general, la guerra y el combate pueden ser extremadamente complicados. En el caso de Afganistán, en particular, podrías empezar el día reuniéndote con los líderes tribales locales, comiendo y compartiendo el té. Luego, en el camino a otro lugar puedes encontrarte con artefactos explosivos improvisados, recuperar a los heridos en acción, enfrentarte con el enemigo y tener que llamar a los medivacs [helicópteros] para los heridos. Luego puedes pasar a otra zona en la que estés reconstruyendo carreteras, puentes y edificios, o dándole asistencia médica a la población local, sabiendo perfectamente que no todas las personas con las que te encuentras son amigos tuyos o de la causa.

¿Qué tienen en común todos los veteranos de la guerra de Afganistán?

Esa es una pregunta complicada que podría generar todo tipo de respuestas dependiendo de las experiencias personales de cada militar. Muchos conservan un profundo y duradero respeto y amor por los compañeros que sirvieron a su lado. También coinciden en un profundo sentimiento de orgullo por haber soportado algunas de las experiencias más difíciles de su vida mientras servían juntos. Muchos de nosotros además cultivamos relaciones estrechas con algunos de los lugareños.

Tom Porter, 53 años, de Springfield, Virginia

Porter fue oficial de asuntos públicos de la Marina en Kabul del 2010 al 2011 y dirigía la operación de los medios de comunicación en todo el teatro de operaciones. Anteriormente, lo habían destacado a Baréin en el 2007. Este año el capitán cumple 25 años como reservista de la Marina. En la actualidad, también es vicepresidente ejecutivo de asuntos gubernamentales de IAVA (Iraq and Afghanistan Veterans of America).

En comparación con movilizaciones anteriores, ¿cómo fue estar en terreno en Afganistán?

Afganistán fue radicalmente diferente. Independientemente del lugar al que te envíen en Afganistán, no vives en la ciudad, vives en la base o en tu puesto de combate. No viajas solo. Si viajas, vas en un convoy, en vehículos blindados o en helicóptero. En Baréin, salía por mi cuenta y conducía mi propio auto.

¿Qué deben saber las personas en Estados Unidos sobre la guerra?

Creo que logramos una enorme cantidad de cosas buenas mientras estuvimos allí. No hablo por todos los veteranos, pero mi preocupación personal es que perdamos todo eso por lo que está pasando ahora.

¿Cuál es su recuerdo más vivo?

Mi recuerdo más vívido es el número de niñas que veía ir a la escuela al principio de mi año allí comparado con el final. El número de niñas que iban a la escuela, y de niños y niñas que caminaban juntos, aumentó notablemente.

¿Qué cree que tienen en común todos los veteranos de la guerra de Afganistán?

Va a ser difícil encontrar una cosa que todos los veteranos de la guerra de Afganistán tengan en común, aparte del orgullo por su servicio. Creo que si hablas con un veterano, has hablado solamente con un veterano.

Aaron Kassraie escribe para AARP sobre asuntos de importancia para los veteranos de las Fuerzas Armadas y sus familias. También es reportero de temas generales. Anteriormente, Kassraie cubría temas de política exterior de EE.UU. como corresponsal en la oficina de Washington de Kuwait News Agency y realizaba trabajo de captación de noticias para USA Today y Al Jazeera English.

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