4 pueblos poco conocidos de México
Descúbrelos, te llevarás buenas sorpresas.
In English | Salir de las rutas usuales en México es gratificante, aun para aquellos que no dominan bien el español. Te toparás con sonrisas y escenas simpáticas de la vida diaria en destinos poco conocidos para el turista habitual.
Río Lagartos
Desvíate para ver el mayor número de flamingos en México y casi 400 otras especies de aves, según el sitio web Visit Mexico. La villa de pescadores y reserva natural, a tres horas por carretera al noroeste de Cancún, es un "paraíso virgen" que "lo remonta a los encantos y la vida simple del viejo México", dice el sitio web de viajes Loco Gringo. Tiene poca infraestructura turística, salvo un puñado de hospedajes básicos (algunos por menos de $50 la noche), media docena de restaurantes y guías con experiencia que te llevarán a ver garzas, garcetas, cocodrilos y caimanes entre los manglares (los "lagartos" en realidad son caimanes). Flota al estilo del Mar Muerto en lagunas de sal que te harán superboyante, y toma un baño de barro al estilo maya. Río Lagartos también puede ser una escapada de un día para aquellos que prefieren las comodidades de los complejos turísticos de Cancún.
Álamos
Designado como un Pueblo Mágico por el Gobierno de México, Álamos fascina a los visitantes con sus calles de adoquines, arcos elegantes y los casi 200 edificios de la época colonial española que han sido nombrados monumentos nacionales. El Panteón, del siglo XVII, es tan solo uno de ellos. El antiguo centro minero de cobre y plata al sur de Arizona, a orillas de las montañas de la Sierra Madre, es, según Clifton Wilkinson, "muy bonito, muy histórico... probablemente la ciudad más civilizada y arquitectónicamente rica del noroeste mexicano". Wilkinson es editor de destinos del sitio web y de las guías turísticas Lonely Planet. Hospédate en la mansión de un antiguo magnate minero, ahora convertida en hotel, o comparte con los residentes locales mientras saboreas un bacanora, el potente licor de Sonora, destilado de la planta de agave. Los amantes de la historia y los seguidores de la moda apreciarán el Museo Costumbrista de Sonora, localizado en la plaza principal, y su exhibición de vestimenta regional, muebles y carruajes de época. Los avistadores de pájaros deben traer sus binoculares al visitar los 20 acres del muy apreciado El Pedregal Hotel en la Naturaleza y Centro de Retiro. Es un punto de partida para excursiones. Pero llegar a Álamos no es tan fácil. Toma un vuelo al pequeño aeropuerto de Ciudad Obregón y continúa en auto por 90 minutos.
Zipolite
Descansa en una hamaca colgada entre palmeras en la arena dorada antes de disfrutar de un almuerzo de mariscos recién pescados. Aprovecha los atardeceres en el patio de tu hotel de $25 la noche (o $50, si quieres algo más que básico). También puedes descansar bajo una palapa con techo de paja en la playa antes de ir a disfrutar de música en vivo en un café en la pequeña calle principal. O disfruta de un masaje a precio increíble. Esta playa apartada en forma de medialuna al suroeste de México comenzó por atraer a los hippies de los años 60 y 70. Ahora hospeda a viajeros experimentados de todo el mundo. Dos docenas de restaurantes sirven menús que van desde lo mexicano hasta lo mediterráneo. Zipolite todavía preserva "una atmósfera hippie o de estilo bohemio" y no es para todo el mundo, dice Wilkinson, de la guía Lonely Planet. Se tolera el nudismo en la milla de playa y hasta en los hospedajes, tales como el Nude Bungalows & Spa, solo para adultos, que ha ganado un certificado de excelencia de TripAdvisor. Pero si eso no es lo tuyo, busca otro lugar donde poner tu toalla. John Noble, otro escritor de la guía de viaje Lonely Planet, disfruta de los pueblos playeros vecinos de San Agustinillo y Mazunte, donde las corrientes son menos fuertes. Los tres pueblos pueden visitarse en un solo viaje y "son todos muy relajantes y excelentes para pasar el tiempo", dice. Vuela hasta Huatulco; Zipolite queda a una hora de viaje por carretera en auto privado o taxi.
Pátzcuaro
El Día de los Muertos (que en realidad se celebra durante dos días; el 1.° y el 2 de noviembre) honra a los seres queridos fallecidos y se celebra "de manera espectacular a través de México, pero en ningún sitio más que en el Lago de Pátzcuaro", según el Mexico Rough Guide, cuyos escritores son expertos en destinos apartados. En el lago, cerca del pueblo de Pátzcuaro, se llevan a cabo rituales anualmente. El pueblo indígena purépecha pasa días juntando artículos como margaritas y calaveras de azúcar. El 1.° de noviembre, con velas encendidas, reman en botes pesqueros hasta la islita de Janitzio. Limpian las tumbas de sus seres queridos y les dejan a los fallecidos las comidas y bebidas que más disfrutaban en vida. Puede que canten y hagan vigilia toda la noche. Acompaña al gentío en bote y sube con ellos los escalones hasta el cementerio. Pátzcuaro, otro Pueblo Mágico del interior del país, cerca de 220 millas al oeste de la Ciudad de México, también vale la pena visitar en ocasiones menos concurridas. Es el hogar de artistas y artesanos y de pintorescos edificios de adobe y techos de tejas rojas. El Aeropuerto Internacional de Morelia queda a 40 millas de distancia.
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