Las emergencias nacionales y de salud pública por la COVID-19 que entraron en vigor a principios del 2020 terminarán el 11 de mayo, anunció la Casa Blanca el 31 de enero. Esto marcará un final simbólico a una pandemia que ha cobrado la vida de más de 1.1 millones de personas en el país.
Nunca hay un momento perfecto para poner fin a una emergencia como esta, dice el Dr. Joshua Sharfstein, vicedecano de Prácticas de Salud Pública y Participación Comunitaria de la Facultad Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins. Pero, dijo, “Creo que esto refleja el hecho de que la COVID está mucho más controlada que hace un par de años”.

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Desde el 2020, se han aprobado vacunas que pueden ayudar a evitar que las personas se enfermen gravemente de una infección por coronavirus, y ahora hay tratamientos que pueden ayudar a evitar las complicaciones de la COVID. También tenemos un mayor acceso a pruebas rápidas y convenientes, y a mascarillas de alta calidad para disminuir la propagación.
Pero el final de las declaraciones de emergencia debido a la pandemia dará lugar a una ola de cambios que afectarán cuántas personas tienen acceso a estas herramientas.
“Uno de los cambios más inmediatos que las personas notarán es que tal vez se les exija pagar por cosas o enfrentar costos compartidos por servicios que han estado recibiendo gratis bajo el estado de emergencia de salud pública”, dice Juliette Cubanski, subdirectora del programa de políticas de Medicare en KFF, también conocida como Kaiser Family Foundation. Y cuánto termines pagando dependerá del tipo de seguro que tengas, agrega.
Pagar por las vacunas
Medicare y Medicaid cubrirán completamente las vacunas contra la COVID-19 para sus beneficiarios, y la mayoría de las personas con seguro privado también estarán cubiertas, detalla un nuevo informe (en inglés) de la KFF. Pero las personas sin seguro de salud tendrán que pagar por las vacunas una vez que se agote el suministro federal, explica Cubanski. No está claro cuánto tiempo tomará llegar a ese punto, pero podría suceder dentro del próximo año o dos, dice Anna D. Sinaiko, profesora adjunta de Economía y Política de la Salud en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
Pfizer sugirió recientemente que el precio de su vacuna de dos dosis contra la COVID podría variar de $110 a $130 por dosis, mientras que Moderna ha dicho que cada una de sus vacunas de dos dosis podría costar hasta $100 en el mercado comercial. Todavía se desconoce la frecuencia con la que los adultos necesitarán la vacuna. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha propuesto un programa anual de refuerzo para la mayoría de los adultos, pero las personas con mayor riesgo pueden necesitar inyecciones más frecuentes.
Los consumidores deberán pagar por las pruebas
Las pruebas de COVID en el hogar han sido gratuitas para muchas personas en el país durante aproximadamente un año. Los beneficiarios suscritos a la Parte B de Medicare, que cubre las visitas al médico y otros servicios ambulatorios, han calificado para recibir hasta ocho al mes sin costo; los planes de salud privados también las han estado cubriendo. Pero cuando terminen las declaraciones de emergencia, ya no será así.