Qué hacer cuando un problema sexual lo saca de quicio

Entre los problemas que consulta la mayoría de las parejas con un terapeuta sexual están:

Diferencias de deseo. "¡Eres insaciable!" "¡Nunca lo deseas!" En aproximadamente dos tercios de los casos, el hombre desea el sexo con más frecuencia que la mujer. En el otro tercio, por supuesto, es lo contrario.

Problemas de erección. Pocas personas saben que los medicamentos para los problemas de erección funcionan mejor si se combinan con la terapia sexual. Investigadores en California les dieron Viagra o Viagra más ocho sesiones de terapia sexual a 53 parejas. De las parejas que usaron Viagra solamente, un 38 % expresaron sentirse satisfechos, en comparación con un 66 % de las parejas que usaron una combinación de tratamientos.

Problemas de libido. Entre las posibles causas figuran las afecciones médicas, efectos secundarios de medicamentos, bajos niveles de testosterona, problemas en la relación y otros factores de la vida cotidiana.

Aversión sexual o la virginidad después de los 30 años. Las personas con estas indisposiciones temen las relaciones sexuales o se sienten tan incómodos socialmente que las amistades nunca se convierten en relaciones amorosas.

Dolor en las relaciones sexuales. Entre las posibles causas figuran: ansiedad, factores de tensión en la relación, haber sufrido trauma sexual en el pasado o afecciones médicas como la atrofia o sequedad vaginal posmenopáusica.

¿Y si uno de los esposos se niega a participar? En ese caso el que desea la terapia puede consultar con el terapeuta por su cuenta y reunir información, explorar sus sentimientos y compartir nuevos conocimientos en el hogar que posiblemente ayuden a resolver el problema. O intente convencer a su cónyuge a sumarse al proceso.

Para la mayoría de los problemas, la terapia sexual requiere sesiones de una hora una vez por semana por cuatro a seis meses. Las tareas que  asigna el terapeuta casi siempre se trata de conversaciones para experimentar nuevas maneras de comunicarse, o ejercicios sensuales para practicar técnicas de masaje u otras maneras de hacer el amor.

Según dónde viva, la terapia sexual cuesta entre $100 y $200 por hora. Algunos seguros médicos la cubren, pero otros no. Algunos limitan el número de sesiones cubiertas, y usted paga por las demás de su bolsillo. Revise su seguro.

Una pregunta común es si influye en algo el sexo del terapeuta. Está bien tener preferencias personales, pero según investigaciones, el sexo del terapeuta es irrelevante: los hombres y mujeres responden igual de bien a los terapeutas independientemente de su sexo. Lo que más importa es la compenetración entre los clientes y el terapeuta, además del compromiso de la pareja en el proceso.

Para encontrar a un terapeuta sexual en su área, visite los siguientes sitios: American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists (Asociación estadounidense de educadores, consejeros y terapeutas sexuales), la Society for Sex Therapy and Research (Sociedad para la terapia e investigación sexual), o la American Board of Sexology (Junta estadounidense de sexología).