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Dieta cetogénica: ¿Hasta qué punto es saludable?

Cómo reacciona el cerebro ante la ingesta mínima de carbohidratos.


spinner image Vegetales, carnes y pescados
Elena Shashkina/Alamy Stock Photo

Desde hace varias décadas se reconoce el efecto de las dietas bajas en carbohidratos en la pérdida de peso. Sin duda, el consumo de azúcar genera un efecto similar a una adicción a nivel cerebral, además de almacenarse como grasa cuando no quemamos las calorías por medio de la actividad física. En los últimos años han surgido múltiples estudios que tratan de entender por qué ocurre esta rápida reducción del peso y cuáles son las consecuencias de las dietas muy bajas en hidratos de carbono para la salud en general.

Un ejemplo de menú cetogénico sería un corte de carne roja de 4 onzas asado, ensalada verde, una taza de brócoli crudo con dos cucharadas soperas de crema entera y otras dos de mantequilla.

Seguramente has oído hablar de las llamadas “dietas cetogénicas”. Son programas de alimentación en los cuales la cantidad de carbohidratos es extremadamente baja en tanto que las porciones de proteínas y grasas se mantienen en niveles promedio. Esto genera en el organismo la formación de unas sustancias llamadas cuerpos cetónicos que van a ser los responsables, entre otros cometidos, de proporcionar energía al cerebro.

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¿Qué son los cuerpos cetónicos?

Para que tus células puedan usar la glucosa, es decir el azúcar que consumes, requieren de una hormona llamada insulina, que produce el páncreas. La insulina se secreta cuando consumes carbohidratos, y en individuos sanos permite que la glucosa llegue rápidamente a las células para proporcionarles energía. Además contribuye a que tu cuerpo guarde los azúcares o carbohidratos en forma de grasa.

Cuando no comes hidratos de carbono o reduces su consumo significativamente, por debajo de 50 y hasta 20 gramos al día, se acaban las reservas de glucosa de tu cuerpo y empiezas a usar la grasa almacenada. El problema es que el cerebro, ávido consumidor de glucosa, no puede usar la grasa como fuente de energía, así que se ve obligado a encontrar fuentes alternas. Al acabarse la glucosa, tu cuerpo entra en “crisis” e incrementa la producción de una enzima llamada acetilcoenzima A, que proviene justamente de la oxidación de ácidos grasos, y genera los llamados cuerpos cetónicos.

Normalmente tenemos una concentración muy baja de cuerpos cetónicos, menos de 0.3 milimoles por litro de sangre, pero cuando dejamos de comer carbohidratos, la cantidad aumenta y adquieren la capacidad de proporcionar energía al cerebro cuando alcanzan una concentración de 4 milimoles.

¿Es peligrosa la cetosis?

La cetosis generada por una dieta muy baja en carbohidratos es considerada como normal si la concentración de cuerpos cetónicos no supera los 8 milimoles por litro. A diferencia de la llamada cetoacidosis diabética, en la cual estos pueden exceder los 20 milimoles, representando un riesgo para la salud y la vida. En las personas sanas que hacen una dieta cetogénica, los niveles de cuerpos cetónicos en sangre se mantienen gracias a que el cerebro los utiliza como fuente de energía.

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Pros y contras de la dieta

El beneficio más claro de una dieta muy baja en carbohidratos es indudablemente una rápida pérdida de peso, control de la diabetes y ataques de epilepsia. Otras bondades, que aún deben confirmarse, son su potencial utilidad para reducir el riesgo cardiovascular, el acné, el cáncer, la insuficiencia respiratoria y algunos trastornos neurológicos como las enfermedades de Alzheimer y Parkinson.

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Los inconvenientes están principalmente en el daño que podrían causar a los riñones. Si bien no son dietas enfocadas a un consumo excesivo de proteínas, las personas con trastornos renales pueden sufrir mayor daño en estos órganos por comer más proteínas de lo habitual.

Que esperar al comenzar la dieta

Durante los primeros días, se suele experimentar cansancio, mareos y dolores de cabeza, síntomas que duran menos de cinco días. En cuanto aumenta la producción de cuerpos cetónicos se presenta mal aliento, que puede mitigarse lavándose frecuentemente los dientes o con enjuagues bucales y suele desaparecer con el tiempo.

Si tienes pensado hacer una dieta cetogénica, es fundamental que antes consultes a tu médico y la hagas bajo la supervisión de un especialista.

Como siempre, mi recomendación es que en lugar de someternos a una dieta contemos con un estilo de vida saludable; con lo cual perderemos el peso que nos sobra y disfrutaremos de los placeres de la vida con energía y buen ánimo.

Estos y otros consejos de la Dra. Diane Pérez para tener buenos hábitos, comer sano y recuperar la vitalidad se encuentran en su más reciente libro En forma y sin kilitos de más.

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