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12 errores que cometemos en el consultorio médico

Consejos de un médico para hacer que la visita vaya bien.


Doctora ausculta a una mujer mayor sentada en una camilla en un consultorio medico
Getty Images

¿Cómo es ser un paciente? Esa es una pregunta que nunca pensé que tendría que formularme. Después de todo, estudié once años para ser pediatra de atención primaria, y luego seguí aprendiendo a lo largo de los años con educación continua.

A pesar de toda esa capacitación y de tres décadas de práctica profesional, me sentí deplorablemente mal preparado cuando comencé a visitar el consultorio de mi médico con más frecuencia. Me di cuenta de lo difícil que es cuando eres tú el que busca atención médica y no el que la proporciona. En otras palabras, ser un paciente es difícil.

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La escritora y defensora de derechos de los pacientes Jackie Duda subraya la importancia de una buena interacción con el médico: “Nosotros, como pacientes, somos los responsables de poder comunicarnos muy claramente con los médicos”, dice. Un buen encuentro entre médico y paciente no es solo un momento en que nos sentimos bien: es algo que puede evitar errores. Esta es solo una razón de peso para aprovechar al máximo nuestras visitas al consultorio. Y saber qué no hacer cuando eres el paciente es tan importante como saber qué hacer.

En ese sentido, las siguientes son algunas conductas que debes evitar:

6 cosas que debes llevar a la consulta médica

  1. Toda la información del seguro
  2. Una lista de preguntas
  3. Una lista de tus medicamentos, vitaminas y suplementos
  4. Tipo de vacunas y las fechas en las que te las has puesto.
  5. Un resumen de tus visitas a otros proveedores de atención médica
  6. Un amigo, un familiar u otro defensor de derechos

1. Sobrestimar tus habilidades técnicas

Los portales para pacientes son cada vez más comunes —una encuesta nacional de la Universidad de Michigan del 2023 halló que 3 de cada 4 adultos de entre 50 y 80 años han usado uno (en inglés)—, pero eso no quiere decir que a todos les resulte fácil utilizarlos. Sin embargo, esto no significa que sean fáciles de usar. Del mismo modo, el sitio web de una compañía de seguro médico o incluso esa tableta donde debes registrarte al llegar al consultorio pueden ser un problema para quienes no crecimos con la tecnología. “Es posible que los adultos mayores tengan problemas con la tecnología. Busca ayuda si la necesitas”, dice Duda. Pida ayuda a un amigo o familiar de confianza, o a alguien del consultorio de tu proveedor de salud para obtener asistencia técnica.

2. Hacer las visitas de rutina en el momento equivocado

Si estás enfermo, por lo general debes buscar atención médica con prontitud. Pero si se trata de un problema de rutina, el momento de la consulta puede tener mucha importancia. Por ejemplo, si un representante de Medicare te sugiere que averigües qué medicamentos nuevos podrías necesitar antes de elegir un plan de la Parte D para el año, probablemente deberías programar tu examen físico antes de que llegue el momento de elegir ese plan. El momento oportuno también es importante en lo que respecta a los deducibles de tu seguro médico. Tal vez te convenga hacer la cita hacia fines del año calendario, cuando ya has cubierto tu deducible.  

3. Ir a la consulta sin estar preparado

Es esencial prepararte antes de ver al médico. Jonathan Appelbaum, médico internista y profesor de Ciencias Clínicas en la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida, señala: “Ojalá los pacientes se prepararan para verme tanto como me preparo yo para verlos a ellos”. Michael Gloth, geriatra y profesor en la Universidad de Johns Hopkins y en la Universidad Estatal de Florida, ofrece una sugerencia: comunica primero los síntomas, en vez de diagnosticar lo que tú crees que podrías tener. Probablemente, presentar lo que está sucediendo será más útil para que el médico pueda emitir un diagnóstico preciso, en vez de decirle cuál es, en tu opinión, el problema. Ir a la consulta con una lista escrita de síntomas es un buen punto de partida. “Es útil escribir todo de antemano para que todos estén en sintonía”, dice Gloth.

4. No decirle al médico que has consultado a otros médicos

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Si has visto a otros proveedores de servicios de salud —por ejemplo, un especialista o un médico de urgencias—, no supongas que tu médico tendrá esa información. “Los pacientes piensan que nosotros sabemos todo, que tenemos todo al frente. Nada más lejos de la realidad. Nosotros no sabemos a quién han consultado, cuál fue el motivo de la consulta ni qué se hizo después”, dice Appelbaum.

Insiste en obtener un resumen, o al menos un diagnóstico y el tratamiento recomendado, de todos los médicos que consultes  y comparte esa información con el médico que te esté consultando en ese momento.

5. Ocultar la verdad

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Los médicos lo han oído todo, y el consultorio debería ser un área donde no se emitan juicios. Hablar con el médico sobre tu historial sexual o de drogas, por ejemplo, nunca está fuera de lugar y podría ser importante para tu salud. También es necesario conversar sobre los factores familiares que causan estrés y la violencia doméstica. Y esas mentirillas inocentes sobre cuánto alcohol bebes, lo que comes y con qué frecuencia haces ejercicio pueden marcar una diferencia en tu salud. Superar cualquier sentimiento de vergüenza y mantener una conversación honesta con tu médico tiene muchos beneficios: el médico puede interpretar mejor tus síntomas y, cuando es necesario utilizar medicamentos, recetarte algo con menos probabilidades de causar daño o tener efectos secundarios.

6. No conocer tus antecedentes familiares

Ahora sabemos mucho más que antes sobre la manera en que se heredan las enfermedades. Nunca ha sido tan importante conocer los detalles de las enfermedades de tus familiares para poder compartirlos con el médico. Pregunta a tus familiares —en especial a tus padres, hermanos e hijos adultos— sobre cualquier enfermedad grave o crónica que hayan padecido. Si tienes acceso a sus historiales clínicos, infórmate lo mejor posible sobre los tratamientos que han recibido.

7. No llevar una lista de los medicamentos que tomas (incluidas las dosis)

Los medicamentos pueden interactuar entre ellos y, en efecto, a veces se dan malas combinaciones. Más de cuatro de cada diez adultos mayores de 65 años afirman haber usado cinco o más medicamentos recetados (en inglés) el mes pasado, según un informe de 2024 publicado en JAMA. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que los adultos de 65 años o más acuden a urgencias por reacciones adversas a medicamentos 600,000 veces al año en Estados Unidos (en inglés), más del doble que las personas más jóvenes.

Recuerda que las vitaminas y los suplementos también pueden interactuar con los medicamentos, por lo que debes incluirlos en la lista. “No siempre sabemos qué estás tomando. Tú debes constituirte en tu propia historia clínica”, dice Appelbaum. Si el médico no te pregunta sobre los medicamentos, “debes decir algo”, agrega Duda.

8. Ver la relación médico-paciente como una vía de una sola dirección

Tradicionalmente, las conversaciones entre médicos y pacientes tendían a tener un tono de “porque yo lo digo”. Eso ya no es cierto. En la actualidad hay (idealmente) más colaboración entre las dos partes. “Siento que mis médicos quieren entender cuál es mi situación y cuáles son mis necesidades”, dice Duda. En gran parte, son tus circunstancias las que dictarán la mejor estrategia para cuidarte. Debes comprender que tu voz tiene peso.

9. Ignorar el aspecto económico de tu atención

Los costos de la atención médica son elevados, por lo que es importante que obtengas la mejor atención posible por tu dinero. Pregunta por adelantado cuánto costarán los servicios específicos y qué cubre tu seguro y qué no. Si no puedes pagar algo, infórmeselo a tu proveedor. Puede que haya una alternativa disponible.

10. Irte del consultorio sin instrucciones por escrito sobre los medicamentos, el cuidado de una herida o los tratamientos recomendados

Las instrucciones postoperatorias son habituales desde hace años. Sin embargo, hoy en día, es probable que tu médico tome notas en la computadora durante la consulta, lo que significa que tu historial clínico se actualiza de inmediato. Por lo tanto, debería ser fácil obtener una copia impresa que incluya la lista de medicamentos, los tratamientos recomendados y otras instrucciones. Asegúrate de tener la tuya al finalizar su consulta. Si tu médico no te la ha ofrecido, pídala.

11. Irte del consultorio sin respuesta a tus preguntas

Nada es más frustrante que salir del consultorio del médico y darte cuenta de que olvidaste preguntarle eso que más querías saber. Piensa en esas preguntas, anótalas, y si hay algo que te preocupa, saca el tema al comienzo de la consulta.

“Muchas veces, en las personas mayores, no se trata solamente de un problema”, dice Gloth. “Hay muchos muchos problemas, y el desafío es obtener toda la información al comienzo, en vez de cuando el paciente se está yendo”.

12. No utilizar al personal del consultorio

 Establece una buena relación con otros miembros del equipo de tu médico y no vaciles en recurrir a ellos cuando sea necesario. Si tu médico tiene que pasar al paciente siguiente —o si surge algo cuando estás en casa y el médico no está disponible—, es posible que los enfermeros, los asistentes médicos o el personal de recepción del consultorio hayan tratado situaciones muy similares con otros pacientes.

Saber cómo comunicarte y trabajar con tu médico no es fácil, y no es de sorprender que todos (yo incluido) seamos propensos a equivocarnos en nuestras interacciones. Si nos esforzamos más para evitar esos errores, mejoraremos en mucho nuestros encuentros y, consecuentemente, los resultados de nuestra salud.

Nota de la redacción: Este artículo, publicado originalmente el 8 de diciembre de 2023, ha sido actualizado con nueva información.

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