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'The Invisible Woman', el hombre detrás de las letras

Los amores –y amoríos– del novelista Charles Dickens.

Director: Ralph Fiennes
Guión: Abi Morgan (basado en el libro homónimo de Claire Tomalin)      
Elenco:
Ralph Fiennes, Felicity Jones, Kristin Scott Thomas, Tom Hollander, Joanna Scanlan, Perdita Weeks, Amanda Hale, Tom Burke, John Kavanagh, Michael Marcus
Duración: 111 minutos

La obra del escritor inglés Charles Dickens es uno de los mejores ejemplos de que el gran arte no tiene por qué estar reñido con el entretenimiento. Es por eso que resulta sorprendente que en su segunda incursión en la dirección, el actor Ralph Fiennes no siguiera la lección de Dickens, el protagonista de The Invisible Woman. La película sobre la amante que Dickens mantuvo en los trece últimos años de su vida, no tiene nada del sentimiento, humor y vitalidad de las novelas que llevaron a su autor a ser una celebridad, adorado por millones de lectores. Sus novelas, además de estar llenas de personajes y situaciones inolvidables, son grandes críticas sociales. En su momento, incluso ayudaron a que se modificaran las leyes que permitían el trabajo a menores de edad en Inglaterra.

Felicity Jones y Ralph Fiennes en una escena de 'The Invisible Woman'.

CORTESÍA SONY PICTURES CLASSIC

Felicity Jones y Ralph Fiennes en una escena de 'The Invisible Woman'

En Coriolanus (2011), su primer esfuerzo como realizador, Fiennes modernizó y revitalizó la tragedia de Shakespeare. Sin embargo, The Invisible Woman no era una historia para perderse en preciosismo visual. La complicada estructura del guión exigía un estilo narrativo sencillo y una representación intimista. Fiennes parece estar experimentando con la forma y, en efecto, algunos de sus encuadres son exquisitos, pero no nos acercan a ninguno de los protagonistas.

The Invisible Woman arranca en 1855. Nelly Ternan (Felicity Jones), recuerda su romance con el ya fallecido Dickens (Fiennes). Hay una cierta melancolía en ella que su actual esposo no logra entender. Resulta que para protegerse del escándalo que su romance con el escritor causó décadas atrás, Nelly tuvo que asumir una identidad nueva. Nelly era una adolescente cuando conoció a Dickens. Tanto ella como sus dos hermanas mayores y su madre, Frances (Kristin Scott Thomas), eran actrices teatrales sin mucho éxito. Agobiada por el peso de mantener a sus tres hijas, Frances accedió a que el escritor casado y de 45 años sedujera a Nelly.

El argumento de esta historia real tiene todos los elementos para que Dickens mismo escribiera una gran novela, pero también había material para una gran película. Una que analizara, con la perspectiva del presente, las injusticias del pasado, en especial en relación a la condición de las mujeres. La respetabilidad del matrimonio fue un pobre consuelo para su mujer Catherine (Joanna Scanlan), de quien Dickens nunca se divorció. El amor del escritor se fue extinguiendo a medida que la juventud, la belleza y –de manera más notoria— la silueta de Catherine, se perdieron. En The Invisible Woman, solo la rotunda figura de la actriz Joanna Scanlan la representa. Tuvo que haber mucho más en esta mujer escocesa que un cuerpo desfigurado por diez embarazos.

De igual manera, Nelly solo parece representar el contraste, un símbolo de lozanía juvenil. Fiennes nunca logra encender la llama del supuesto gran amor que los consumió. Tal vez el único personaje del cual tenemos un mejor atisbo es el de Dickens mismo y la única reflexión interesante es sobre su celebridad. Dickens confiesa a Nelly que la adoración de sus fans es un arma de doble filo porque tiene la obligación de darles lo que esperan de él, que sea un buen hombre. La gran compasión y ternura que el autor exhibía en su obra no puede cumplirse en la vida real donde le tocó jugar el papel de villano, tanto de la esposa rechazada como de la amante ocultada. Dickens fue vilipendiado públicamente cuando abandonó a Catherine, pero como nunca se divorció de ella, tampoco pudo darle una posición respetable a Nelly. 

Por otra parte, la caracterización de Fiennes como Dickens es genial y muestra ese aspecto insospechado del hombre lleno de humor y energía que sus escritos revelan. Es una lástima que el talento histriónico de Fiennes se haya desperdiciado bajo su mala dirección. 

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