Con pieles de foca en sus esquís de excursión alpina y unas 35 libras en la espalda, Ann Kampf de Silverthorne, Colorado, inició su excursión desde los complejos turísticos en el condado de Summit, Colorado. Llevaba puesto un tutú con lunares alrededor de la cintura porque: “¡Por qué no! ¡Es divertido y festivo!”, dice Kampf.
La mujer de 73 años se dirigió al Bosque Nacional White River para pasar unas cuantas noches en una cabaña con 16 personas de entre 55 y 78 años. Las pieles removibles de sus esquís se afianzaban a la nieve mientras escalaba Bald Mountain en senderos marcados; más tarde las despegaba para hacer esquí de fondo en la superficie lisa. El grupo dejó atrás gruñidos a causa del tráfico, dolores de cabeza por el estacionamiento y líneas de telesilla cada vez más largas, para dirigirse a Sisters Cabin, una de las 38 cabañas mantenidas por la 10th Mountain Division Hut Association, incluida la más nueva, la cabaña Emmelyn Hut, agregada en el 2023. Tomaría de dos a tres horas caminar 3.7 millas desde el sendero hasta Sisters Cabin, que se encuentra a 11,473 pies de la montaña Bald; desde la cima, las vistas incluyen la divisoria continental.
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Según Sam Demas, hay 27 sistemas diferentes de cabañas en EE.UU., que ofrecen la oportunidad de hacer travesías de varios días, con más de 2,200 camas en más de 170 cabañas (y contando), la mayoría de las cuales están abiertas todo el año. Las cabañas, desde Maine hasta Alaska, originalmente sirvieron de refugio para esquiadores y senderistas que viajaban por las zonas rurales. A medida que ha crecido la aventura en el campo, las cabañas a menudo sirven como campamentos base para esquiadores y campistas. Demas, que coescribió Hut to Hut USA: The Complete Guide for Hikers, Bikers and Skiers, dice que los sistemas de cabañas, que son administrados por operaciones con y sin fines de lucro, “tuvieron que tener por lo menos tres estructuras que debían poder ser transitadas en secuencia” y no ser accesibles por carretera. El sistema de cabañas se centra en los viajes impulsados por el ser humano, donde las personas caminan hasta la próxima cabaña, se acomodan y conocen a los compañeros de cabaña de esa noche, dice. En efecto, “vives en comunidad, compartes el alojamiento con extraños”.
Para Demas, hay algo bastante romántico y liberador sobre aventurarse en la naturaleza.
Es una oportunidad de “salir en busca de quién eres realmente cuando te alejas de tu rutina habitual”, dice Demas, de 75 años. Ha viajado de cabaña a cabaña en todo el mundo, incluso en Europa, donde se originó el concepto, y en Nueva Zelanda, que cuenta con el sistema de cabañas más grande del mundo.
Explora estos cuatro sistemas de cabañas para tener una maravillosa sensación de aventura.
10th Mountain Division Hut Association, Colorado
A diferencia del modelo europeo de servicio completo, que ofrece ropa de cama y comidas calientes, la mayoría de los sistemas de cabañas de EE.UU. ofrecen cuatro paredes, un techo y camas simples con colchones encima. Hay cocinas completas donde es posible cocinar. Sin agua corriente, muchas cabañas tienen sistemas de recolección de agua de lluvia; en el invierno, los visitantes derriten nieve fresca con filtros portátiles y purificadores de agua para hacer que el agua sea potable. Las letrinas con inodoros de compostaje son típicas; las duchas son poco comunes.
“La decisión de no adoptar la cabaña de servicio completo al estilo europeo tuvo mucho que ver con el deseo de los fundadores de querer promover la autosuficiencia”, dice Ben Dodge, director ejecutivo de 10th Mountain Division, que abrió su primera cabaña en 1983.
Kampf, quien ha realizado al menos 60 viajes al bosque para quedarse en cabañas, dice que la autoconfianza en un entorno simple genera una maravillosa camaradería, incluida la preparación de comidas; sobrevivir a base de barras de energía no es suficiente para Kampf y sus amigos. En un viaje reciente a una cabaña, los hombres del grupo de Kampf caminaron con 8 libras de salmón, arroz, espárragos y guarniciones de fondue de chocolate como una comida sorpresa por el Día de San Valentín.
American Prairie, Montana
A Lisa Ferguson, de 72 años, de Lewistown, Montana, le encanta pasar noche de chicas y pasar días haciendo senderismo y avistando aves cerca del sistema de cabañas American Prairie en el remoto valle del río Misuri, en el noreste de Montana. “Te sientes como un pionero. … Es rústico en un sentido, pero cómodo en otro”, dice sobre la opción de permanecer en dos yurtas diferentes o en una cabaña, abierta entre abril y diciembre. Sin embargo, por primera vez este año, Lewis y Clark Hut permanecerá abierto todo el invierno para ver cómo va, dice Mike Kautz, director de acceso público y recreación.
En los próximos cinco años, Kautz dice que American Prairie agregará una serie de cabañas móviles que pueden reubicarse en respuesta a los patrones de vida silvestre y las alteraciones humanas.
Appalachian Mountain Club, Nuevo Hampshire
El plan para las cabañas móviles es distinto entre los sistemas de cabañas de EE.UU., incluida la primera cabaña del país, Madison Spring Hut, que mantiene el Appalachian Mountain Club (AMC). Construida en 1888 en las Montañas Blancas de Nuevo Hampshire, Madison Spring es una de ocho en su sistema de cabaña a cabaña de 50 millas que ofrece el modelo de servicio completo europeo en los meses más cálidos (desde finales de la primavera hasta principios del otoño). Algunas cabañas también ofrecen autoservicio en el invierno. Durante la temporada de servicio completo, se sirven comidas calientes a los visitantes (con la opción de comprar bocadillos al mediodía), lo que permite hacer senderismo con no más de una mochila pequeña. Los maestros de cabañas en el lugar actúan como guías; dirigen a los visitantes a las cascadas y lideran caminatas desafiantes a los picos de 4,000 pies del estado en toda la cordillera presidencial.
Peter Nash, de 63 años del área de Boston, que ha estado haciendo viajes a cabañas desde los veintitantos años, dice que el sistema de cabaña a cabaña permite a los senderistas salir de una cabaña después del desayuno y fácilmente estar en la próxima cabaña mucho antes de la cena. Cuando llegas, “Al instante, incluso si no conoces a nadie, todos hablan de “Oye, ¿qué caminata hiciste? ¿Qué caminata crees que vas a hacer mañana?’ … Hay una sensación de camaradería”. Lo llama la “magia de la cabaña”.
Alaska Huts Association, Alaska
La Alaska Huts Association está tratando de abrir terreno pronto en un sistema vinculado de tres cabañas, el Glacier Discovery Project, en el río Placer en las montañas Kenai, dice el director ejecutivo Philip Swiny. El acceso a las cabañas en el verano podría incluir un paseo en el ferrocarril de Alaska, conocido como el corredor Whistle Stop; en el invierno, los huéspedes de las cabañas podrán montar en bicicleta, esquiar o utilizar raquetas de nieve.
“En uno de los lugares más hermosos del mundo, parece natural tener [cabañas]”, dice Michael Henrich, de 65 años, que ha recorrido las cabañas en las Dolomitas en Italia y ha sido un huésped en cabañas en Alaska desde que se mudó allí en 1985. “Mi objetivo es hacer que más jóvenes salgan al aire libre, porque serán los que lo protegerán a largo plazo”, dice, animando a los abuelos a liderar el camino. Para viajes intergeneracionales a las cabañas, Swiny recomienda Manitoba Cabin, una cabaña de minero renovada en el Bosque Nacional Chugach, construida originalmente en 1936 y abierta al público en el 2012.
Acceso a la cabaña
El sistema de la cabañas en Estados Unidos“ no es para todos; pero, en lugar de ser para el 1% que se encuentra entre los más resistentes físicamente en Estados Unidos, es para un espectro mucho más amplio de la humanidad”, dice Demas. “Ha ayudado a abrir la naturaleza a más personas”.
“A los seres humanos les encanta estar al aire libre, pero también nos encanta el refugio”, dice Kautz, de American Prairie. “Y esa mezcla de exposición y refugio es algo que los humanos encuentran satisfactorio”.
Los expertos de la industria señalan el interés continuo en la aventura al aire libre, especialmente para las personas mayores de 50 años. Snowsports Industries America reportó un crecimiento del 90% en la participación en las giras alpinas durante la temporada de invierno del 2022-2023 para todas las edades. Mientras tanto, Outdoor Foundation, la rama filantrópica de la Outdoor Industry Association, reportó un aumento de más del 14% de los participantes mayores de 55 años en aventuras al aire libre entre el 2019 y el 2022, con participantes de 65 años o más en el grupo de edad de más rápido crecimiento (crecimiento del 16.9%) desde que comenzó la pandemia.
Algunos de los sistemas de cabañas son tan populares que requieren membresía solo para inscribirte en la lotería de cabañas, que es la manera en que funciona 10th Mountain de Colorado. Otros, como American Prairie, abren el calendario primero a los partidarios y luego de manera continua al público. Algunos sistemas de cabañas solo se reservan por cama, y tienen desde una docena de huéspedes hasta casi 100, como en la cabaña Kales of the Clouds, de AMC. Algunos limitan las estadías a dos noches, mientras que otros permiten estadías más largas. Los precios varían desde $20 por noche, por persona, hasta más de $150 por noche, por persona, por una aventura de servicio completo en temporada alta. Para alentar a las personas a “replicar la antigua práctica de la peregrinación”, Demas, de Hut2Hut, creó un mapa interactivo de los sistemas de cabañas de EE.UU., que incluye expansiones planeadas en lugares como Oregón y Minnesota.
Para los nuevos en la práctica, Dodge, de 10th Mountain, sugiere tener una conversación con un sistema de cabañas y comenzar con una experiencia de verano. También hay la opción de contratar a un guía o una tienda, lo cual es especialmente útil para aquellos que vienen de fuera del estado y que tal vez no puedan viajar con maletas y comida. AMC planificará itinerarios según el nivel de desafío y las limitaciones del grupo, e incluso ofrece “pláticas motivacionales”, dice Bethany Taylor, gerente de la cabaña. Y, si bien los recién llegados deberían esperar que sea “más como un viaje que unas vacaciones”, dice que es uno que termina con un maravilloso “sentido de logro”.
Taylor señala que la experiencia de una persona en una cabaña hoy en día es casi exactamente la misma que la de alguien hace 50 años. “No tendríamos esto si las generaciones pasadas no lo hubieran hecho por nosotros. Así que en realmente disfruto esa sensación de estar conectado a algo más grande que yo, diseñado para preservar estos lugares realmente hermosos para otras personas”.
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